Los socialistas catalanes sacan pecho con la remodelación del Gobierno de Sánchez. El PSC no tenía dos carteras en el ejecutivo desde hacía muchos años. Formalmente han aumento su peso específico. Miquel Iceta, en Cultura, y Raquel Sanchez, en Transportes y Movilidad, un ministerio en el que el PSC tiene una importante presencia con Isaías Táboas (Renfe), Maurici Lucena (Aena) y Marc Murtra (Indra). Por si fuera poco, Francesc Vallès, exdiputado del PSC, será nombrado secretario de Estado de Comunicación.

En el PSC se pusieron las pilas desde el minuto uno para fijar su argumentario. Dicen que Raquel Sánchez es una persona apadrinada por Salvador Illa y que es un valor en alza, cosa que no niego, pero tampoco tengo inputs para juzgarla porque la nueva ministra no ha tenido un papel protagonista en la política catalana, por lo que habrá que esperar a ponerle nota recuperando aquellos 100 días de gracia que en muchos casos no son ni 100 minutos. Si no, que se lo digan al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que casi no llegó a sentarse en su despacho para que le estallara la crisis de Cuba, que la derecha española utiliza para atizar al Gobierno. Es la brocha gorda. No importa tanto contribuir a la solución como atizar al ejecutivo por blando.

También el PSC puso en valor la continuidad de Iceta en el ejecutivo. El primer secretario del PSC no parecía estar tan contento en su toma de posesión. Su discurso fue una queja al cambio de cartera. Fue suave en las formas pero no había que hacer mucho esfuerzo en leer entre líneas. Fue para el ministro de Cultura y Deportes como "volver al cole con una nueva cartera", como comentaba casi lastimeramente su entorno cercano. Y yo añadiría que con pocas ganas de volver al cole.

Aquí está el interrogante, saber cuál será su protagonismo en la nueva etapa de la política catalana. Iba para portavoz y se quedó en Cultura, un ministerio maría. Cabe recordar que Sánchez en tres años ha tenido cuatro ministros al frente de esta cartera. El movimiento indica que Sánchez, el gélido Sánchez, ha dado carpetazo a Iceta --algo que no se merece-- y le ha transferido todo el poder a Illa. Al menos eso parece, pero el miércoles Abc publicaba una información, con tufillo a la nueva cocina monclovita, en la que se decía que el PSOE iba a pilotar la negociación con los independentistas, lo que deja en mal lugar al PSC. Podría pensarse que es un input lanzado por un verso suelto, pero la actitud de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, de reducir el debate político catalán al escenario económico no parece una buena idea. No hay que olvidar transferencias ni inversiones, cierto, pero Cataluña seguirá siendo tema trascendental.

Estas actitudes no son buenas noticias para el PSC. Tampoco es buena la salida de Iván Redondo que ya no está en Moncloa. El ahora repudiado jefe de Gabinete, el "culpable" de que Pedro Sánchez esté en Moncloa por la moción de censura y por ganar dos generales, era el cordón umbilical con la cocina de ERC, y con Salvador Illa. Veremos cómo afecta su marcha en este complejo escenario. Illa, ciertamente, se queda sin un apoyo importante en los aledaños del presidente. Redondo es vasco y tiene una percepción muy concreta sobre el modelo territorial, favorable a una reforma constitucional que haga mejor el encaje entre Cataluña y España. Muy cercano a Illa, muy cercano a Iceta. No creo que Félix Bolaños, madrileño, y Óscar López, castellanoleonés, junto a los nuevos asesores áulicos de Pedro Sánchez, que llevan tiempo pululando por Moncloa y que actuaron de mensajeros en esta crisis de Gobierno cuando el presidente no quería dar la cara, tengan este talante. De momento, el Gobierno no ha variado el mensaje pero denle tiempo.

Un detalle. Illa dijo que el decreto para financiar los avales de los afectados por el Tribunal de Cuentas se ajustaba a derecho. La respuesta gélida de Moncloa de que están estudiando el texto hace saltar las alarmas. En pocos días sabremos cuál es la posición final de Moncloa y, en apenas un mes y medio, cuál es la actitud en la mesa de negociación de Sánchez. En la formación de la delegación de la mesa por parte del Gobierno tendremos algunas claves. Quién estará y quién no. Y, tras la puesta en escena, quién será la voz del ejecutivo en una mesa que será larga y en muchos momentos tediosa. Aquí tendremos la respuesta final sobre dónde queda el PSC en el nuevo Gobierno.