Se aprobarán los Presupuestos. Con Bildu o sin Bildu, da igual. Habrá Presupuestos, luego tendremos Sánchez para toda la legislatura. Porque habrá mayoría de gobierno, así de sencillo. Y dejemos de dar la murga con Bildu, si los vota allá ellos. Miramos hemeroteca y comprobamos que casi todos los gobiernos han pactado con nacionalistas. Y mucho, como el gobierno de Aznar, por nombrar a uno que ha sacado la lengua de paseo. Cada Gobierno se busca la vida para seguir en el poder. No nos explicamos por qué ahora se rasgan algunos las vestiduras cuando ellos lo han hecho antes. Las líneas rojas depende de dónde se tracen, por un lado y por el otro. Vale ya de palabrería barata. Hay que levantar la vista y mirar el horizonte. Mirar el futuro.
La negociación de los Presupuestos no nos sorprende. Lo ha hecho Pablo Iglesias a su manera. Él ha preparado los pactos con el PNV, Bildu y ERC, los partidos de la investidura. Ha dejado fuera a Inés Arrimadas, quien ha escenificado en lo que queda del Congreso su discrepancia y ha puesto a Sánchez en la duda de con quién pactar. Y más tras verse acorralado por Otegi e Iglesias. Por ahí Arrimadas no pasa, se juega la existencia del partido Ciudadanos. E Iglesias no quiere ver a Ciudadanos. Y como manda él, pues a Sánchez no le queda otra que seguir lo marcado por Iglesias, alias el Moños. A ERC, o sea Junqueras, los tiene seguros. Son votos claros. Porque Junqueras necesita el indulto de Sánchez para ser el candidato, el 14 de febrero, en Cataluña.. Lo de Rufián es simple espectáculo.
Tenemos Presupuestos, tenemos a Iglesias dirigiendo los pactos y al gobierno. De momento. Porque a su partido le están saliendo agujeros por todas partes. Demasiados escándalos para ser tan jóvenes. Pero a Iglesias le da igual. Él quiere estar en el poder. No engaña. Cree que esos pactos son los que debe tener el Gobierno de coalición y terminar la legislatura. Y puede que lo consiga. ¿O no, Sánchez? Claro que visto el oleaje que hay en el PSOE en los últimos días, una vez conseguido los Presupuestos lo mismo se le ocurre volar solo. Romper el pacto y gobernar en minoría. Se libraría de Iglesias y de Bildu, pero ¿cuánto duraría en la Moncloa? Mucho riesgo. Sánchez quiere seguir y seguir de presidente.
¿Qué propósitos tiene Sánchez para España? Los objetivos de Pedro Sánchez para España los ha descrito en varios discursos y se pueden resumir en la transformación digital, la transición ecológica, igualdad entre hombres y mujeres y justicia social. Lo ha manifestado en varios foros, antes empresarios y fondos importantes. Con ello sueña. Con ello pretende mantenerse en el poder sine die.
Aunque para ello deberá enderezar la cúpula gubernamental. No puede permitir que su socio Podemos le ponga palos a la rueda de los Presupuestos aliándose con Bildu y ERC por el tema de los desahucios. Eso se discute fuera. O por los privilegios de Iglesias a Bildu en detrimento del PNV. Se pueden hartar y cambiar de acera. Lo hacen a menudo, según de donde puedan sacar mayor tajada. Ortúzar ha dado el primer aviso. Deberá enderezar la nueva Ley de Educación de su ministra Celaá. Porque sorprende que se hayan puesto en contra y de acuerdo el resto de partidos, desde PNV y PDECat a PP y VOX. Incluso Ciudadanos. Todos de acuerdo. Casado, Borrás, Ortúzar, Abascal y Arrimadas. ¡Vaya ensalada! ¿En qué están de acuerdo? En la defensa de la escuela concertada. Toma nota, Pedro Sánchez.
Son disparidad de criterios, pero que Sánchez debe corregir si quiere permanecer. Como que Podemos Canarias pida la dimisión del ministro de Interior Marlaska. Aunque sea con razón, queda la duda y la pregunta de dónde está Podemos, en el Gobierno o en la oposición. Deberían aclararlo. Está bien que las líneas internacionales estén trazadas en la misma dirección. El nuevo presidente Biden, los planes de la UE, la orientación de grandes firmas y grandes fondos y lo que piensa Sánchez van en la misma dirección. Es importante la coincidencia. Sólo queda saber qué piensan los directivos del Ibex, de las grandes empresas españolas, sobre Sánchez. ¿Están de su parte en la gestión? Estaría bien saberlo para olfatear el futuro.
Sí parece que hay una cosa clara. Se está creando un nuevo dibujo internacional. Y los grandes poderes están en la misma línea. Y España debe adaptarse y seguir su línea marcada, si no quiere quedarse fuera de juego. En esa dirección parece que va el gobierno de Sánchez. Con obstáculos, claro. Pero hay que superarlos. Sobre todo estas disputas políticas de alto tono que no llevan a ninguna parte. La aprobación de los Presupuestos lo puede solucionar. Con ampliación de alianzas. Si las mantiene será difícil discutirle el poder. Lo mantendrá por largo tiempo. Porque, además, no hay opositor que le discuta el liderazgo. Ni dentro, ni fuera de su partido.
Si controla la pandemia que nos devora y la economía empieza a despegar, no habrá descontento que lo expulse de Moncloa. También puede suceder lo contrario, aun sin líder opositor. Si las vacunas funcionan y empezamos a ver el sol podemos tener Sánchez para rato. Falta que las élites nacionales se decidan. Los vientos internacionales soplan a su favor. Atentos al futuro. Larga vida al emperador Sánchez.