Fin del recreo en Cataluña. Todos a clase de nuevo. Todos a sus celdas. ¿Fin, también, del procés? Algunos dicen que sí. Demasiado rápido. Habrá que esperar. Habrá que pasar la cuarentena. Lo que parece claro es que a los jefes del 27-O se les ha terminado la semilibertad que la Generalitat les había concedido. El Tribunal Supremo ha impuesto su Ley. ¡Cuánto juego! Todos a jugar con la Justicia. Puede que sea una tela de araña para calmar a los poderes de la Justicia y a la vuelta de vacaciones estén de nuevo en la calle. Todo se andará. Nos esperan más de dos sorpresas para el otoño frío al que le sobrará calor. Vamos camino de ello. A pesar de tanta propaganda con el rescate europeo para tapar las vergüenzas gubernamentales.

El recreo ha terminado, principalmente para Junqueras que ya se veía en campaña, de mitin en mitin por Cataluña para conseguir, habrá que verlo, ganar las elecciones catalanas y quitarle el protagonismo al expresident Puigdemont. Todos a clase de nuevo y a esperar al nuevo director que parece va a ser el presidente del Tribunal Supremo. O ya era, pero con las funciones usurpadas. Porque sólo llevaban nueve meses de cumplimiento de sus condenas tras la sentencia. Nueve meses y a la calle. ¡Qué pensarán el resto de presos de esos privilegios! Sólo nueve meses. Que se entere bien el vicepresidente Aragonés, de ERC, que está rematando continuamente fuera de portería. Muy lejos. Ya se ve President antes de las elecciones. Tranquilo, Aragonés, que aun así hay que contar las papeletas.

Se ven, los de ERC, tan imprescindibles para Pedro Sánchez, que juegan a tener el poder sin que nadie los haya declarado vencedores. Se creen imprescindibles para Sánchez, para aprobar los Presupuestos de 2021. ¡Qué poco conocen a Sánchez! Pero hombre, Gabriel Rufián, todavía no le has hecho una fotocopia a Sánchez. Todos los días con él y todavía no lo has radiografiado. Ya es hora. Pasa de vosotros. Lo vais a comprobar tras el recreo y tras las vacaciones. Por mucho que predique Pablo Iglesias, Sánchez aprobará los Presupuestos sin vosotros, los de ERC. Y a empezar de nuevo. En dos meses lo comprobamos.

Porque octubre está a la vuelta de la esquina y la vuelta de piel que va a sufrir este país será de las que marquen época. Porque el propio Iglesias está en la cuerda floja, aunque él, listo, se agarrará con uñas y dientes a la misma porque es su futuro. Y su presente. O se irá por el túnel del olvido como le ha ocurrido al engreído Rivera ‘Riverita’. Ha tomado nota. No quiere pasar a ser el jefe de una Izquierda Unida renovada, pero sin sillón azul de poder.

El otoño se presenta con temperaturas excesivas. Temperaturas dramáticas. Se ha sumado un millón más de parados a los ya existentes. Los hombres de negro de la UE están vigilando. Sánchez no dará un paso sin ser controlado. Iglesias tampoco. Y eso desespera al Coletas. No soporta que lo controlen. Pues tendrá que buscarse otro banco más arriba en el Congreso, junto a las columnas que en su día mandó a su excompañera Tania Sánchez, cuando la cambió por la actual, Irene Montero. Ahí puede estar su sitio. Su asiento le espera. Ya Tania dejó su nombre escrito para cuando lo ocupe.

El dinero que Europa nos manda es un rescate en toda regla. Y controlarán hasta el último céntimo, a pesar de lo que nos vendan Pedro y Pablo. Y tendrán que cumplir. Tanto Pedro, con aplausos de sus ineptos ministros o sin ellos, como Pablo, cumplirán. ¡Qué remedio! A Pablo no le queda otra. Unas elecciones lo mandarían al sótano de la indiferencia o a su desaparición de los despachos de poder y eso no quiere. Le ha cogido gustillo a decidir y ordenar, que es lo que más le gusta. Elecciones, no. Tragará a todos los hombres de negro, como si es a trozos.

Así que ya nos vemos en otoño. Comienza un nuevo curso. Presupuestos y elecciones en Cataluña. Las dos asignaturas fuertes. Y Oriol Junqueras en prisión. Así no le gana a Puigdemont. Habrá que liberarlo. ¿Amnistía? ¿Indulto? ¿Por qué camisa se decidirá Pedro Sánchez? Ya la están probando. Hay que ajustar el cuello y los botones y a ponerla. Pedro los quiere, a los presos del procés, fuera, en la calle. ¿Y el futuro? Ay, el futuro. Dejémoslo para el otoño. Ahora vayamos de vacaciones. Y el Tribunal Supremo decidirá. O hará lo que diga Pedro Sánchez. Atentos.

De momento, una vez que los presos regresen a la clase de Lledoners, no podrán salir de prisión ni para hacer los trabajos de ‘voluntarios’. También la Fiscalía ha recurrido contra el tercer grado de la Forcadell. Toca esperar para conocer en qué va a quedar todo. Arrepentidos no están. Han llamado a los jóvenes para seguir montando follón.  Para que “desobedezcan tantas leyes injustas”.

Tendrá Sánchez que tomar medidas. ¿Amnistía? Todo indica que seguirá ese camino. ¿Se la va a aplicar a todos los presos o sólo a los independentistas? Si la Justicia está ‘tocada’ una Amnistía a los independentista la dejará decapitada. Piénsalo bien Pedro Sánchez. Sin prisas. Sin pausas. Piénsalo bien. Porque ya adelantó Martin Luther King que “la injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la Justicia en todas partes”. Piénsalo bien, Pedro Sánchez.