No es fácil afirmarlo. Porque cuando está apagado como que recupera brillo. Resucita. Vuelve a las portadas de la prensa. Vuelve a inventarse un nuevo partido. Y van… Es igual. Lo que sí han pasado son cinco años desde que apareció en la cumbre de la Generaritat para hacer los deberes que le ordenaba el jefe Mas y, tras desobedecer, pasar a ser el jefe. Ahí empezó Carles Puigdemont. Y no ha dejado de ser él. En Cataluña y en Waterloo. ¿Y ahora, qué? Tras dos grades terremotos seguro que está preparando algo nuevo, pero cada vez lo tiene más complicado. Casi imposible. La cera de su farol se está terminando.
Los dos grandes contratiempos para el caudillo Puigdemont son la creación de un nuevo partido, el Partido Nacionalista Catalán (PNC) por parte de la excompañera Marta Pascal y la pérdida de Perpiñán cuyo alcalde elegido es del partido Reagrupación Nacional, de Marine Le Pen. Se terminó utilizar la ciudad para su propaganda política. Louis Aliot, el nuevo alcalde, ya advirtió que no va a consentir que problemas catalanes compliquen la vida a la ciudad. Fin del refugio ideológico de Puigdemont y sus palmeros. ¡Ah! Nos falta otro inconveniente. Laura Borrás. ¡Qué olvido! Será investigada por el Tribunal Supremo. ¡Hay más! La inhabilitación de Quim Torra. Será en septiembre. Si lo inhabilitan --ya casi no nos creemos nada-- deberá abandonar la presidencia de la Generaritat. Da la sensación de que vamos a tener un otoño bastante movido. Frío y calentito a la vez. Atentos.
¿Formará Puigdemont un nuevo partido? Los convergentes ya llevan seis partidos en cinco años. Demasiados, ¿no? Parecen demasiados. Pues si el PDECat no se disuelve Puigdemont amenaza con crear uno nuevo. Cuando vayan a votar los convergentes tendrán muchas complicaciones para elegir al que quieren. Hay tantos con el mismo fondo… será mejor quedarse en casa y no romperse el cerebro en investigar cuál le representa.
Puede que Cataluña no esté, en estos momentos, para crear más partidos. La crisis del Covid se ha cebado en Cataluña. Ahora toca reconstruir. Se necesita la ayuda del resto de España. Y la ayuda de la UE. No parece un buen momento para el secesionismo catalán. Y menos para Puigdemont que, recordemos, todavía sigue con problemas con el Parlamento Europeo. Demasiados problemas. Sin olvidar que en la Audiencia Nacional se están depurando las responsabilidades del fallido Golpe de Estado del 27 de octubre de 2017. Demasiados problemas. Este farol se queda sin cera. Se apaga.
¿Y las elecciones catalanas? Según lo previsto serán también en otoño. ¡Ufff! ¿Todo va a ocurrir en otoño? Un poco de descanso. No vamos a tener días para tanto acontecimiento. Pues si Torra las convoca antes de ser expulsado del poder serán en otoño. Marta Pascal ya tendrá su partido, el PNC, funcionando y, previsiblemente, le quitará algunos escaños al soberanismo catalán, y, de paso, a Puigdemont. Le queda menos cera. Porque parece que al PNC le apoyan bastantes empresarios catalanes. También el PNV vasco, por similitud, se supone. Pero todo es un interrogante. Tendrán que votarlo los antiguos votantes de CiU y CDC. Y después habrá que contar las papeletas. Entonces se verá si el PNC tiene representación o se queda en la acera esperando mejores tiempos. Seguro que es el deseo del fugado Puigdemont. Sólo le queda esa tabla. Que fracase el PNC y su amiga Marta.
Parece que Puigdemont lo tiene claro. Quiere que PDDECat y la Crida se disuelvan dentro de JxCAT. Éste sería el nuevo partido de referencia del soberanismo. Pero no hay mucho acuerdo. Temen perder que JxCAT juegue a favor de Puigdemont. Temen, en Cataluña, perder el control del partido, los derechos electorales y el acceso a los fondos. ¡Los fondos! Ahí está la madre del cordero. Puigdemont está tocando ruina y necesita fondos para sobrevivir. Sin mencionar las listas electorales, donde cada cual quiere poner a sus fieles y sumisos soba-espaldas.
Habrá que esperar para ver qué sucede con este enredado abecedario de letras. ¿Dónde está Artur Mas? No se le oye. ¿Dónde está la vieja guardia del PDECat? ¿Serán los mismos ‘personajes’ los que manejen el nuevo partido? Comentan por la ribera del Llobregat que el nuevo JxCAT --lo mismo le cambian de nombre-- será liderado por Puigdemont. Qué casualidad, como la Crida. Reivindicará el mandato democrático del 1-0, como la Crida. Lo gestionará Jordi Sánchez, ¡oh casualidad!, como la Crida. Esperan sumar a todos los independientes --Torra, Toni Morral, Eduard Pujol, Borrás, Nogueras, Batet, etc--, como la Crida. Más los que cumplen penas por el intento de sedición en 2017. ¡Otra casualidad!, como la Crida.
¿No había fracasado la Crida? Misterio. Pues quieren repetir. Nadie lo explica. Nadie lo entiende. ¿Lo entienden ellos? Que lo expliquen los de la Crida. ¿Será el renacer o el fin del ‘caudillo’ Puigdemont? Insinúan que el farol se está apagando. No hay más cera.