El ambiente en Vilanova i la Geltrú está enrarecido con la ciudad en pie de guerra contra el equipo de Gobierno de ERC, CUP y Junts per Catalunya presidido por la alcaldesa republicana, Olga Arnau. Desde el inicio de la pandemia, el Ayuntamiento ha conseguido una extraña unanimidad. En su contra. Los comerciantes por un lado, las asociaciones de vecinos por otro, y ayer, los sindicatos.
Los comerciantes están que trinan. El Gremio de Hostelería y Restauración lleva semanas pidiendo un acuerdo con el gobierno municipal para poder superar la crisis económica que vendrá tras la sanitaria. No sólo no han sido escuchados por el equipo de Arnau sino que se han encontrado con una ración de lentejas. O las tomas, o las dejas. El consistorio ha decidido bajar la tasa de terrazas un 35% al igual que la de basuras. Sin embargo, los comerciantes se quejan porque la de basuras ha crecido este año un 49%.
Con la rebaja pagarán este año lo mismo que el pasado con el agravante de que no han trabajado durante dos meses, la temporada de verano está en el aire y la recuperación será lenta. Además, el Gremio mira hacía Barcelona donde la rebaja de la tasa de terrazas para favorecer la recuperación y de apoyo al sector es del 70%, el doble que en Vilanova i la Geltrú. Por si fuera poco, la presidenta local de Junts per Catalunya lanzó un vídeo en las redes sociales pidiendo al Ayuntamiento una rebaja del 100% de las tasas a los comerciantes. Sorprende la petición de Gloria García, cuando Junts per Catalunya forma parte del gobierno “aunque no pinta absolutamente nada”, comentan en el sector.
La oposición pidió desde el primer día un pacto de ciudad. La fuerza más votada, el PSC, propuso llegar a acuerdos de unidad para hacer frente a la pandemia. Su oferta ha sido despreciada por el equipo de gobierno. Ciudadanos y Vilanova en Comú se sumaron a la propuesta de Juan Luis Ruiz.
En la pandemia, el equipo de republicanos, anticapitalistas y neoconvergentes ha aprovechado para hacer su particular guerra al coche. Se han suprimido centenares de plazas de aparcamiento en el centro de la ciudad y lo más criticado por las Asociaciones de Vecinos: se ha bloqueado la Ronda Ibérica, la vía de circunvalación que une varios barrios populosos de la capital del Garraf.
La vía de dos carriles se ha convertido en carril único sin tener en cuenta que la Ronda Ibérica es la única forma de acceder al Hospital de Sant Antoni, a los juzgados y a la Comisaria de los Mossos d’Esquadra. La oposición municipal ha pedido los informes técnicos de la policía municipal o de los bomberos. No parece que existan porque por única explicación que dan en el consistorio es que “la decisión es política”.
Ayer, los que saltaron contra el consistorio fueron UGT y CCOO. Ambos sindicatos han pedido reiteradamente reunirse con la alcaldesa. No sólo no lo han logrado sino que se han enterado de las medidas aprobadas por el Ayuntamiento por el socorrido “por la prensa”. Los sindicatos protestan en un comunicado de su marginación en las conversaciones, donde si ha estado presente la patronal de la comarca. “En Vilanova parece que sólo interesa la opinión de los empresarios”, siendo un gobierno de izquierdas, dice el responsable de CCOO, que añade: "Tomamos nota, pero la decepción es evidente”. UGT no se queda atrás. Su secretario general carga contra el consistorio: "Hemos instado a la creación de una mesa de diálogo social y aun esperamos una respuesta. No hay precedentes en la forma de hacer las cosas”.
La situación se puede complicar todavía más porque oposición, movimiento vecinal, sindicatos y comerciantes no tienen intención de quedarse quietos. Por eso, muchos se preguntan si “¡arde Vilanova!”