Plena campaña. Un líder se viste de nazareno, otro de motorista y otros casi ni se visten. Lo que nos espera. Pobre Congreso. Tras estas elecciones tendremos un Congreso caótico, con lo mejor de cada casa. Nazarenos, motoristas, toreros, generales y periodistas. Ahí es nada. Agárrese el nuevo presidente/a para poner orden en ese mercadillo de personajetes e ideologías. Ni el Rastro madrileño le va a igualar. Qué forma de caer el nivel. Por poner un ejemplo, podemos comparar la lista electoral del PP por Madrid de 2015 y la del próximo 28-A. Rajoy, Soraya, Tejerina, Montoro, Nadal, etc., en 2015. Casado, Suárez Illana, Edurne Uriarte, Lacalle, Beltrán Villalba, etc. Sólo los cinco primeros. Para qué seguir. Se te cae la lista a los pies. Sin comentarios. Valga como ejemplo, las demás son parecidas. ¡Pobre Congreso!
¿Y la propaganda de la campaña? ¿Y los discursos? ¿No están perdiendo el nivel y el argumentario de viejos tiempos? Por lo menos la derecha sí. De paso le dejan a Pedro Sánchez, a pesar de su pesadez repitiendo lo mismo, la moderación, el centrismo, el ganarse a los indecisos con su discurso centrista y entendible. ¡Quién lo diría, señor! Los desatinos de la derecha ya no caben en los periódicos. Un día tras otro. Catástrofe tras catástrofe. Por el Dios de las procesiones. Parece que Vox les ha hecho perder los papeles. Parece. A lo peor ya los habían perdido a partir de que Mariano Rajoy no dimitió y entregó el poder a Pedro Sánchez.
Ante la insensatez de la derecha aparece el PSOE con Pedro a la cabeza para vender sosiego, tranquilidad y centrismo. Y unión de país. Nada de separatismos. Lo dicen en su programa electoral hecho público hace dos días. Por fin aparece el pensamiento oficial del PSOE frente a Cataluña. Primordialmente frente a la etapa posterior a las elecciones. ¿Pactos electorales? “Nuevo impulso al autogobierno” se remarca en el programa electoral. Fin de la autodeterminación. Fin del referéndum de independencia. “El modelo territorial del PSOE es el único modelo viable para superar la crisis”, dicen en su programa. Todo política. Echo en falta en su programa sobre Cataluña alguna referencia a la economía. A las empresas. Al futuro de los ciudadanos.
¿Cómo está el mundo empresarial en Cataluña? ¿Siguen yéndose las empresas? ¿Se crean otras? Cuentan por otras latitudes geográficas, como Madrid, que la brecha de creación de empresas en Cataluña y Madrid se hace cada vez más grande. La mayor en los últimos siete años. En Cataluña se está hundiendo la constitución de sociedades. Hay un retroceso del 13,4% desde 2016, cuando empezó el proceso independentista. En ese mismo tiempo en Madrid aumentó un 7% la constitución de sociedades. Lo dice el Colegio Nacional del Notariado.
La constitución de empresas es uno de los principales indicadores de la actividad económica presente, y sobre todo futura, ya que muestra el estado de ánimo con el que emprendedores y empresarios se lanzan a formar un nuevo negocio. Cataluña ha perdido más de 3.000 nuevas sociedades. El año 2017 fue demoledor, cuando el procés alcanzó la mayor tensión con el referéndum del 1 de octubre y la declaración de independencia. Mejoró algo en los tres últimos meses de 2018, donde se rompió la tendencia negativa. A pesar de la creación de cerca de 20.000 nuevas empresas el nivel es el mismo que en 2014. Fuerte retroceso para la autonomía que preside un ciudadano llamado Quim Torra. Se va a necesitar una fuerte colaboración y entendimiento entre Cataluña y el nuevo Gobierno de Madrid que resulte de la elecciones del próximo 28 de abril. Falta hace.
Hay programa del PSOE sobre Cataluña, pero no se sabe bien cómo crear empresas. Pedro Sánchez busca la moderación y predica que si tiene que aplicar el 155, lo hará muy suave. Ahora también critica al independentismo para seguir la vía del autogobierno. Pedro se ha instalado en el centro. Como dijo Indalecio Prieto “soy socialista a fuer de liberal”. Veremos luego si gobierna de esta manera si gana las elecciones o todo se queda en propaganda electoral. De momento vende buenas palabras. Pero de economía no habla. De empresas tampoco. Esto se parece mucho a las últimas elecciones de Zapatero. No queremos recordar cómo terminó.