Con motivo de la publicación de su libro La España en la que creo (La Esfera de los Libros), Alfonso Guerra ha concedido una entrevista en El Mundo que merece ser comentada.

Empezaré por un resumen de sus palabras para después comentar algunas de sus afirmaciones.

En relación con Cataluña, Guerra se desmarca de los pactos de González señalando que él nunca estuvo de acuerdo con pactar con Pujol y propuso pactos alternativos con IU o el CDS. Aunque atribuye la culpa de la situación actual a los nacionalistas, a los que acusa de dar un golpe de Estado, señala que PP y PSOE miraron para otro lado frente a "barrabasadas" de Pujol. Recuerda que el nacionalismo causó 70 millones de muertes en Europa el siglo pasado, que el 155 debió aplicarse el 6-7 de septiembre e intervenir la gestión de TV3. Asimismo, señala el tema catalán como determinante en el resultado de las elecciones andaluzas. Se muestra partidario de no inmiscuirse en las cuestiones judiciales en una crítica nada velada al PSOE.

Con relación a 'los cordones sanitarios', se muestra partidario de aplicarlos a ambos lados. Es decir, a VOX, pero también a los independentistas y a todos los contrarios a la democracia (sin citar a Podemos), Critica que el PP quiera aplicarlos a Bildu, los secesionistas o Podemos pero no a Vox , y viceversa en el caso del PSOE.

En relación con este último partido, dice que más que un nuevo PSOE él ve 'otro' PSOE. Critica las primarias que promueven el cesarismo y el populismo, y piensa que la moción de censura debió ir seguida de una inmediata convocatoria electoral.

Cree que Franco no debería estar en el Valle de los Caídos, pero que la gestión de su salida ha sido mala. Hay un resurgir de Franco promovido por VOX y los nacionalistas catalanes. No entiende por qué para gentes de izquierda gritar "viva España" es de fachas y "visca Catalunya o gora Euskadi" está bien.

Crítica el 'Adanismo' de los jóvenes líderes actuales, su incapacidad para resistir las protestas callejeras. Les pide no creerse los primeros de la historia, que sean más humildes.

También denuncia la deriva totalitaria de Podemos, achacándoles sus purgas internas y el nepotismo, así como haberse convertido en casta a marchas forzadas.

Hasta aquí una apretada síntesis de lo dicho por Guerra. Me identifico prácticamente con todo lo que dice, y su discurso me recuerda mucho al de Manuel Valls. No obstante, matizaré algunas de sus afirmaciones. Coincido con sus palabras sobre la situación catalana, su origen y situación actual. De hecho, sus opiniones se asemejan con lo que muchos llevamos diciendo desde hace muchos años y que, poco a poco, se abren paso después de haber sido ignorados reiteradamente. No obstante, no me resisto a decir que la transformación que sufren muchos políticos del PSOE o el PP en este tema,  cuando no están en el poder, no justifica su silencio o exceso de prudencia cuando tenían responsabilidades de gobierno. La responsabilidad de PP y PSOE en que hayamos llegado hasta aquí es indudable y afecta, en mayor o menor grado, a todos los que tuvieron responsabilidades y poder para haberlo evitado.

Mi mayor discrepancia se centra en su opinión de responsabilizar a la cuestión catalana, casi  exclusivamente, de los resultados de las elecciones andaluzas y, especialmente, de la aparición de VOX. Evidentemente que ha tenido su peso, pero sin la legión de agraviados por lo políticamente correcto, ideología de género, animalismo, buenismo en materia de inmigración, etcétera, VOX no hubiera tenido los resultados que tuvo, ni tendría las expectativas electorales que ahora tiene.  Cuando reivindicaciones originariamente justas se extralimitan generan una reacción contraria entre quienes, con razón o sin ella, se sienten menospreciados por las nuevas políticas. El problema catalán no explica ni a Trump, ni a Le Pen, Bolsonaro o Salvini, por no alargarme. La explicación para el resurgimiento de la derecha alternativa tiene que ver con problemas compartidos en el mundo occidental. La cuestión catalana es un elemento más, pero no determinante. Me sorprende el silencio de Guerra en estos temas, sin duda delicados, pero que un intelectual como él no debería rehuir. Ya sé que es más cómodo callar para que no te llamen fascista. Pero la lucha contra el crecimiento de los extremismos se hace hablando de los problemas y buscando soluciones razonables y racionales , no banalizando el concepto de fascista o guardando silencio.

Por lo demás, aplaudo su denuncia de los 'cordones sanitarios' unilaterales, sólo para un extremo. La doble moral imperante en la política. Es discutible si es más eficaz aislar a determinados grupos o integrarlos subordinadamente para que se vayan moderando con el ejercicio del poder. Pero lo que no es de recibo es la doble vara de medir. Por ejemplo, a mí me parece tan o más agresivo y supremacista el discurso de Torra, y encima con sus propios conciudadanos, que el de VOX. No entiendo por qué tiene que haber un cinturón sanitario a un lado y no al otro. Bueno, sí. Todos obvian el cordón sanitario cuando les conviene para acceder o mantener el poder.

Los jubilados de la política, sin son inteligentes como Guerra, dicen cosas más interesantes que los políticos en activo, que se limitan a repetir consignas. Son más libres. Pero me parece que Guerra ha seguido aplicándose una dosis de autocensura.