¿Habrá pacto con Vox o se convocarán nuevas elecciones en Andalucía? Ciudadanos tiene la llave para que suceda una u otra opción. La situación es compleja en todos los sentidos porque, si el acuerdo se confirma, la inestabilidad del nuevo gobierno autonómico será el pan de cada día.

Si la formación naranja apuesta por el "pacto de las derechas" puede perder el apoyo de parte de aquellos votantes procedentes del caladero socialista. Se quedaría con aquellos decepcionados con el expansionismo aznarista y que dejaron de votar a los populares por el insoportable hedor de su corrupción y por el tancredismo de Rajoy. Unos y otros son electores que, cansados de la partitocracia, de las administraciones paralelas o de las cesiones a los nacionalismos catalán y vasco, vieron en Cs un proyecto ilusionante, en origen socialdemócrata estatalista, que se ha mezclado en los últimos años con altas dosis de liberalismo económico y españolismo emocional.

Todo es negociable. Si Cs no apuesta por Vox reforzaría su perfil de centro, ese espacio electoral en el que se han sostenido las mayorías absolutas o simples de socialistas y populares. Sus actuales votantes no ejercen de militantes, sino que prefieren al mejor postor. A fin de cuentas, nuestro sistema democrático se sostiene por la continua negociación, no por la imposición o por el chantaje.

Uno de los dilemas que Cs aún no parece haber resuelto es su concepto de espacio político de autoridad. Su aparición en Cataluña procede de su oposición a la conversión de la gestión autonómica en una práctica soberanista identitaria. Esta negación del nacionalismo catalán era en sí misma una propuesta de refundación del Estado. Su apelación al constitucionalismo no es una profesión de fe, sino la defensa de un proyecto de racionalización de la gestión de lo público. Dicho de otro modo, Cs relee la Constitución al reconsiderar el autonomismo más como un espacio de gestión delegada que un reconocimiento de la soberanía plurinacional.

En ese sentido, buena parte de sus votos en Andalucía o en Madrid son mucho menos ideológicos que los que han recibido en Cataluña. Luego si pretenden desbancar al PSOE en Andalucía ¿qué han de priorizar: la gestión o la ideología? Pero si su objetivo es la Moncloa o el ayuntamiento de Barcelona ¿es rentable el pacto con Vox?

Una ficción andaluza. El éxito de Cs no se debe a Juan Marín, de bajísimo perfil, sino al proyecto estatalista y racionalizador que encabeza Rivera. Pactar con Vox debilitaría ese proyecto, de ahí que cualquier alarde extremista y derechón de Abascal sea ahora visto como un alivio para Rivera. Si no hubiera acuerdo, unas nuevas elecciones en el sur podría ser la mejor salida para Cs, hasta para Susana Díaz. De cualquier modo, los resultados no son nada previsibles, sobre todo si Marín no repitiera como candidato y el proyecto lo liderase Inés Arrimadas, eso sí, con una campaña ilusionante, tan gaditana como alejandrina: "¿Y si fuera ella? Que aparece y que se esconde, que se marcha y que se queda, que es pregunta y es respuesta". Con Inés y Susana, frente a frente, el espectáculo electoral sería apasionante.