Les confieso que podría hacerles reír burlándome de la bufonada del fugado errante en Dinamarca. No huele a podrido porque en enero nada puede pudrirse en ese país de manto blanco y sin sol con el que sueña el expresident. No lo haré porque muchos amigos indepes me leen y me soportan, y no quiero cabrearles más de lo justo y razonable. Así que me contengo con marcha corta conduciendo en una pista helada como las danesas.
No haré como los gaditanos en sus charangas porque los indepes tienen la piel escocida. Que se pueden reír de todo bicho viviente menos del fugado. Así que me pongo el traje serio de los entierros para seguir escribiendo.
En estos casi tres meses que lleva huido en Bruselas, la única decisión razonable que ha tomado el flamenco ha sido desdecirse de ir a pasar la Nochevieja con Marcela en los Cárpatos; era mala idea ir a celebrar el Año Nuevo con los suegros, y dejar colgados a los cuatro exconsellers que se dieron el piro con él.
Supongo que ese desdecirse, tan de Puigdemont, habrá sido porque la Ponsatí y sus muchachos le habrán dicho que no es plan que el líder que han seguido les deje amarrados en tierra extraña.
Rumanía es la patria de Eugène Ionesco, el padre del teatro del absurdo que hoy protagoniza la política indepe con el barbudo sustituto de la Forcadell diciendo que no completa otra alternativa que "Puigdemont o Puigdemont", como hace un año decía Puigdemont que "referéndum o referéndum". El nivel de la clase política, es el reflejo de la ESO.
La profesora de la Universidad de Copenhague le puso los puntos sobre las íes a Puigdemont
El caso es que el huido ha ido a Dinamarca porque necesita al altavoz de la prensa como los peces el agua para respirar. Es la patria de Hans Christian Andersen, el cuentista, enamorado de España, que escribió el cuento de El rey desnudo. Pero ningún cortesano de Junts per Catalunya (ni de nadie del bloque indepe) se atreve a decirle que el fugado está cueros porque el niño (en el cuento fue un niño) que lo diga saldrá de la foto...
Que lo jueces no están al servicio del Gobierno sólo los ciegos no quieren verlo, porque, si el juez Llarena hubiera dejado en libertad a Oriol Junqueras, esta función del teatro del absurdo no se hubiera producido. Junqueras se presentaría como candidato y los cortesanos de Puigdemont le darían sus votos, y fin de la comedia.
La ponente Marlene Wind profesora de la Universidad de Copenhague puso los puntos sobre las íes cuando oyó que el errante vino a decir que la sombra de Franco había cambiado el Palacio del Pardo por la Moncloa.
No es que algo huela a podrido en Dinamarca, como dijo William Shakespeare, lo que está rancio son los planteamientos del hijo del pastelero de Amer...