Ya está decidido. No se aplicará el artículo 155 en Cataluña. Nada nuevo. Ni que el 155 de la Constitución fuera la panacea. Ni que con él desapareciera el problema catalán. Viene de tan lejos y seguirá tantos años que forma parte de la vida normal de España. Es la gripe de cada invierno. Las competencias de la Generalitat que el Gobierno recuperaría con el 155 las tiene ya sin necesidad de acudir al tan manoseado artículo. Dejemos en paz el 155 y empecemos a trabajar por la concordia y el futuro. Diálogo, progreso y mejoras para todos los ciudadanos. De Cataluña, de Aragón, León y todos los pueblos de España. Y el que no esté a gusto que se ponga. Que cambie de silla si le roza.
Dijo Rafael Hernando, portavoz del grupo parlamentario del PP, hombre fiel y servidor de Mariano, que el Gobierno tomaría las medidas que considerase necesarias y que la CUP estaba radicalizada. ¡Anda! Como si fuera nuevo el tema. Ya estaba radicalizada cuando hizo pacto con Puigdemont. Pero sin ellos no gobernaría el PDeCAT. Y Mas quiere mantener el poder. Eso es lo que le importa. Poder, poder y más poder. Y que nadie meta las narices entre sus papeles antes que los pase por la criba. “Un grupo anarquista de corte totalitario es quien manda, y con pocos votos”, dijo Hernando. Cierto. Pero un grupo sin calificar también es quien manda en el PP y en el Gobierno. Y no todos del PP están de acuerdo. Y a otro grupo del Parlamento con cinco diputados le dan el oro y el moro para que haya presupuestos y pueda gobernar el PP. Es la misma piedra para todos en la que se afila el cuchillo del poder.
Fin de Convergència. Llega el futuro con ERC. ¿Será mejor? La respuesta la tendremos tras finalizar el teatro del 1 de octubre
Pero cierto es que en Cataluña su vida política se está radicalizando. Ya estamos en la cuenta atrás. El 1-O está a la vuelta. Sólo queda septiembre en medio. ¡Vaya mesecito nos espera! Referéndum el 1 de octubre, al día siguiente del 30 de septiembre. Ya está ahí. Y la CUP (Candidatura d'Unitat Popular) tiene su programa muy bien engrasado para montar el número. Y ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) se está merendando a la antigua Convergència. Da igual que le hayan cambiado de nombre. Se los come a la parrilla como merienda de final de verano. Dicen las encuestas que Convergència en las elecciones autonómicas se quedará con menos de 20 diputados. Desde 50 que tiene. ¡Vaya castañazo! El independentismo se ha comido a Convergència. De mandar, al banquillo de los desahuciados. Y Ciudadanos sigue subiendo, y el PSC y Podemos. Suben a cuenta de Convergència. Hasta el PP crece en Cataluña. Adiós a la banda de Pujol, Mas y Puigdemont.
Y Oriol Junqueras de president. ¡Quién se lo iba a decir hace dos años! Y sacando beneficios políticos de la radicalidad de la CUP. Más exigencias de la CUP, mejor para Junqueras. ¿Tendrá pacto de futuro el tal Junqueras con Soraya, la Triple S? Puede. Lo que sí parece claro es que es el gran favorito y va a ganar. En navidades habrá president Junqueras. En año nuevo ya veremos si nieva o sigue la sequía en las relaciones de Cataluña con el Gobierno central. Y todo gracias a la CUP. Ahora quieren la cabeza de Santi Vila. Por criticar a sus jóvenes y sus acciones contra el turismo. Alguien tendrá que decirles cuatro cosas a esos radicales que quieren volver a las cuevas anteriores a los romanos. El mundo se ha hecho global y cada uno va donde quiere. Y visita las ciudades que quiere. No donde diga la CUP ni lo que quiera la CUP.
“Barrer” a Mas y Pujol, dice la CUP. Mucho Twitter pero perjuicio político. Y se acerca el final. El día H. El 1-O. Son los días claves, los días de septiembre. Y Puigdemont no ha reaccionado. No da la talla. Bueno, nadie esperaba que tuviese nivel. No tiene salida. Fin de Convergència. Llega el futuro con ERC. ¿Será mejor? La respuesta la tendremos tras finalizar el teatro del 1 de octubre. Será otoño.