Fin de año. Fin del engaño. Del engaño en que tenía Podemos a parte de la ciudadanía. Vendían a bombo y platillo que llegaba a España la nueva política. Que eran ellos el futuro y el presente. Que las bases eran las que dirigían. Que los viejos partidos y su "casta" eran el final de una época. Que llegaban ellos para democratizar y mejorar a este país. Sorpresa. En un año se han destapado. Se les ha roto el espejo. Son iguales o peores que la "casta" de los viejos partidos. Sólo aspiran a la silla. Y destruyen a cualquier compañero que se la dispute. Recordemos el caso de Sergio Pascual, exsecretario de organización, y ahora el de José Manuel López, laminado del cargo de portavoz de la Asamblea de Madrid. Y las mujeres tirándose del pelo.
Ya son como los demás. Ya están donde todos. Guerra interna. Ahora unos van por Errejón. Otros por Iglesias. Las mujeres, unas a por las otras. No se sabe si defendiendo a sus parejas o defendiendo su posición y su silla. Errejón muestra seguridad en los objetivos a alcanzar. Iglesias tiene la imagen de más radical. Irene Montero defiende a su chico, Iglesias, con uñas y dientes. Le arrancará el pelo a Rita Maestre y a Tania Sánchez si se interponen. Maestre defiende a su chico Errejón contra todo ataque del ala radical de Podemos. Incluido Echenique que se ha unido a Iglesias para mantener la silla. ¿Y Bescansa? Recuerde, es gallega. Ya tomará partido por el lado ganador.
En un año se han destapado. A Podemos se les ha roto el espejo. Son iguales o peores que la "casta" de los viejos partidos. Sólo aspiran a la silla. Y destruyen a cualquier compañero que se la dispute
Llevamos varios meses de guerra soterrada. Hoy, a falta de mes y poco para Vistalegre II, la guerra a salido a la superficie entre pablistas y errejonistas. Lucha de poder. Como en todos los partidos. Igual que el PSOE actual, pero peor. O sea, a navaja abierta. "Podemos ha dado probablemente la peor imagen de su historia", declaraba Pablo Iglesias en La Sexta. Aunque lo peor, según dicen, está por llegar. En el mes largo que queda hasta la fecha de febrero, en Vistalegre II. Ahí se aclararán los conceptos. Ahí se marcará el futuro. Un partido moderado errejonista con aspiraciones de poder o un partido radical pablista sustituto del casi desaparecido Partido Comunista sin opciones de dirigir la izquierda y aspirar al poder.
Rectificar es de sabios. Y puede que, hasta Iglesias, sea capaz de rectificar. Dudoso que su narcisismo se lo permita. De momento pide perdón a las bases, "perdonadme por haceros pasar esta vergüenza", en una carta a través de las redes sociales. La carta que Iglesias ha dirigido a las bases es la respuesta a la interpelación de una votante conocida como la "abuela de Podemos". Se trata de Teresa Torres, extremeña de 76 años, que pedía explicaciones al secretario general del partido morado sobre el lío que se ha montado entre los distintos sectores de Podemos en un mensaje de audio de Whatsapp.
Parece que a Iglesias le ha hecho mella la carta de la vejez. O de la sensatez. O de la experiencia de la vida. Rectificar es de sabios, siempre que sea de corazón y de verdad, no palabras que lleva el viento y se difuminan entre la niebla que nos azota en este final de año. Niebla en lo meteorológico, niebla en lo político, en lo social, en lo económico. Niebla que cubre el país y no nos deja ver el horizonte, el futuro. Niebla que envuelve el Parlamento de donde todavía no ha salido una propuesta de futuro. Algo sí ha salido. Los diputados para irse mes y medio de vacaciones. Estos sí que tienen niebla en el cerebro.
La esperanza nunca se pierde. Y si Errejón e Iglesias son hombres de paz, se hará la paz en Podemos. Con dos que se entiendan es suficiente. Y se frenará la baja política en la que está envuelto todo el Parlamento, no sólo Podemos. Habrá que sacarla del sótano. Que le de el sol. Para que haya luz y paz. El deseo para el Año Nuevo. Feliz año.