Una de las frases más citadas durante este período de enervación independentista ha sido el "el món ens mira" ("el mundo nos mira", en castellano). Qué mejor forma para saber si es cierto que ir a mirar las tendencias del gran hermano que todo lo sabe, Google. Allí hemos lanzado tres búsquedas, desde el 2004 hasta día de hoy, en catalán, en castellano, y en inglés.
En catalán, "Catalunya independència":
En castellano, "Cataluña independencia":
Y en inglés, "Catalonia independence":
En los tres casos los porcentajes están calculados en base a 100. Está claro que en Cataluña el apogeo fue 2012. Aunque el dato más sorprendente es que desde el 2015, incluyendo la última Diada, el interés es incluso inferior al que había en 2004. Por su parte, en España y en el Mundo el interés máximo fue en 2015. Sobre todo en el caso español, queda de manifiesto al ser la mayor punta de todo el gráfico. En ambos casos está claro que 2016 ha significado una caída al infierno para el independentismo.
Más claro es el gráfico de búsqueda de tres palabras clave: Catalunya (escrita en catalán), España (escrita en castellano) y Europa. Esta búsqueda, lanzada exclusivamente a usuarios en Cataluña. Como puede verse, desde 2004, sólo en el período 2012-2015 el interés por Cataluña supera en algunos momentos a España. Desde ese momento vuelve a repuntar el interés por España con fuerza (en rojo, España; en azul, Catalunya, y en amarillo, Europa).
Lo más curioso del asunto es que la división que alguna vez hemos explicado que existe en Cataluña no es algo nuevo. Tanto si se lanza la búsqueda en castellano (Cataluña en azul; España en rojo, y Europa en amarillo)...
...como en catalán (Catalunya en azul; Espanya en rojo, y Europa en amarillo). Y se puede constatar que unos no miran a los otros, y viceversa.
Al final, no es que el mundo nos mire o no. El gran problema de Cataluña, al menos según Google, es que una parte de Cataluña no mira a otra parte, y la otra parte ignora a la primera. Y no es algo que suceda sólo ahora, es algo que sucede desde hace muchos años; al menos, desde 2004. La gran diferencia es que, al salir a la calle, unos lo han puesto de manifiesto. Y ese sí es el gran problema y el gran error de Cataluña. La división interna nunca se ha resuelto. La cuestión no es que el mundo no nos mira, sino que ni nosotros nos miramos unos a otros.