Del helado diario al fuego purificador
Estos chicos de la "revolución de la sonrisas", esa que asombra al mundo por su civismo y por el buen rollito que desprende mientras miembros de todas las generaciones desfilan uniformados cada 11 de septiembre, están demostrando una interesante querencia por el fuego purificador. Y, que sepamos, no es debido a que ningún patriota del 3% tenga acciones en empresas de encendedores y fósforos.
Nuestros amigos que cada día nos dan, con razón, lecciones de civismo y democracia han decidido pasar de prometer una ración de helado diaria a venerar el fuego que todo lo sana
Ya no es solo que Empar Moliner monte performances con fakes de la Constitución para subir en la lista de venta de libros. A los simpáticos chicos que defienden la tolerancia y la pluralidad en Badalona les dio por sugerir la quema una efigie del líder del partido más votado en su ciudad en las elecciones municipales, Xavier García Albiol. No es el único en la lista, el ejemplo comienza a cundir y ya se habla de políticos socialistas, de Ciudadanos, de la CEDA y de UCD remisos a aceptar la "desconexión" y que merecen que su foto sea expuesta en la plaza pública.
Estos actos entrañables se unen a la ya tradicional quema de fotos del Rey de España y de banderas rojigualdas y francesas. Esta bonita costumbre es uno de los elementos centrales de un buen número de concentraciones de los revolucionarios de la sonrisa, que muestran así su respeto hacia los símbolos de los países vecinos que, sin duda, aceptarán la plena incorporación de la República catalana a la Unión Europea ante tal respeto a la democracia.
Nuestros amigos que cada día nos dan, con razón, lecciones de civismo y democracia --porque ya se sabe que los catalanes que nos consideramos españoles somos una panda de fascistas y ellos son la quintaesencia del progresismo-- han decidido pasar de prometer una ración de helado diaria a venerar el fuego que todo lo sana. No sorprende. Dada su querencia por mitificar la Edad Media en Cataluña, el siguiente paso es reivindicar la modernidad de la hoguera.
Los revolucionarios de la sonrisa ya están pensando en pedir a la UNESCO que las concurridas marchas con antorchas que se celebran en las comarcas catalanas sean declaradas Patrimonio de la Humanidad. Y se habla de que Romeva va a sugerir a la futura dirección del CIDOB, como prestigioso think tank de las relaciones internacionales, que se ponga a ello. Los independentistas catalanes siempre a la vanguardia del progreso de la civilización occidental. ¡Bravo! O, mejor dicho, ¡qué arda bien!