Pensamiento

Andreu Martín y la alegría 'negra'

19 mayo, 2016 00:00

¿Quién de ustedes no lucharía, si se terciara, contra la pena negra, lo que en español significa luchar contra una fatal aflicción física o moral? Es una cuestión de supervivencia. Se busca por instinto compensar las penas con alegrías y con ilusiones, por mínimas que sean. Así, puede suceder que cosas disparatadas nos arranquen una sonrisa, como, por ejemplo, ciertos nombres de personajes de cómic: Alí Oli, Otto Iván Dos o Pancho Colate.

Andreu Martín ve en la novela una oportunidad de 'hacer' cosas que nos hubiera gustado vivir, en una suerte de ceremonia placentera, en una zona de esperanza

En sus memorias De moment, tot va bé (premio Gaziel de este año; también en castellano, y en versión del propio autor), Andreu Martín vincula su dedicación a la literatura con el gusto de narrar historias y también de escucharlas. Ve en la novela una oportunidad de hacer cosas que nos hubiera gustado vivir, en una suerte de ceremonia placentera, en una zona de esperanza. También asegura que no le gusta viajar, sino que le gusta "haber viajado". Asimismo, tiene a bien alardear de que su profesión haya sido siempre la de escritor, un simple e ilusionado escritor. En su caso, alguien atento para extraer ficción de la realidad; de hecho, toda realidad guarda espacio en sí misma para la ficción, que permite hacer más soportable la existencia. Claro que hay que comer: "Del padre, que había trabajado de firme toda la vida, aprendí que el dinero cuesta mucho de ganar, que hay que trabajar mucho y con mucho esfuerzo, y, habitualmente, haciendo cosas que no te gustan".

Andreu Martín cuenta que aprendió a escribir jugando y que aún hoy sigue jugando a escribir. Trabajó también en el mundo del teatro y del cine, mostrando algo de lo que aprendió en la vida y practicando el atrevimiento a ser. Cuenta que al leer no encuentra solo una distracción, sino que ejerce una forma de vida. Sería atractivo ver a Andreu satisfacer su propuesta de plasmar más y mejor las conversaciones de barra de bar, que ve como un género literario que merece la pena.

Llamo alegría negra a la que combate la pena negra con el ímpetu de lo que desde Paco Camarasa, comisario de la formidable BCNegra, se denomina Negra y Criminal. Este era el nombre de la inolvidable librería de la calle de la Sal, en la Barceloneta, dirigida e inspirada por Paco Camarasa y Montse Clavé. Una actitud ante la vida que consiste en compartir con afición, camaradería y amabilidad el afán por leer, hablar y escuchar cualquier cosa referente al misterio de la realidad y de las apariencias. Durante trece años, desde que se inaugurase el 4 de diciembre de 2002, Negra y Criminal fue punto de encuentro de autores y de lectores, invitados los sábados con vino tinto y mejillones negros. Un estímulo para todos los asistentes a hacerse con una verdadera alegría negra, en lo más profundo de sus sueños, donde brotan inesperadas energías.

Para concluir, les brindo este párrafo de Andreu Martín, con el deseo de que lo saboreen: "Si existe una literatura moral en el mundo, esta es sin duda la literatura policíaca, para la cual son esenciales los conceptos de lo que es correcto y lo que no lo es". Por ahora, todo va bien; si estás instalado en una vocación positiva.