Los analistas bursátiles se columpian
Las bolsas mundiales han comenzado el año con unas caídas demoledoras. La española no es excepción. Las compañías del Ibex 35 amasaban al concluir diciembre una capitalización conjunta de 562.000 millones de euros. Desde entonces, se han hecho humo 62.000 millones. Las dos primeras semanas de enero atestiguan un derrumbe en toda regla, con un recorte de más del 10%.
Estos movimientos sísmicos vuelven a recordarnos que tales lonjas son algo bastante parecido a un casino. Suben y bajan, y viceversa, sin que nadie sepa explicar el motivo de las variaciones. A la vez, dejan en ridículo los augurios, más bien tomaduras de pelo, de los llamados 'expertos'.
Los movimientos sísmicos de las bolsas vuelven a recordarnos que tales lonjas son algo bastante parecido a un casino y, a la vez, dejan en ridículo los augurios, más bien tomaduras de pelo, de los llamados 'expertos'
Me refiero a la tropa de supuestos 'sabios' que pululan en el seno de las entidades bancarias y de las firmas intermediarias o asesoras del mundo del parqué. Creen disponer de bolas de cristal infalibles y dan en vaticinar el futuro con el mayor de los desparpajos. Sin morderse la lengua, expelen consejos a diestro y siniestro, sea de compra, sea de venta, o ni una cosa ni otra, es decir, de inacción lisa y llana.
A comienzos de 2014 estos farsantes pregonaron que la bolsa española encerraba un "potencial de revalorización" de entre el 5% y el 25%. Es probable que, ante previsiones tan atractivas, muchos ahorradores se lanzaran en tromba a comprar. Más les habría valido abstenerse cautamente. Porque al final, el Ibex no registró alza alguna, sino que bajó un 3,66%.
Hace justo un año, los adivinos volvieron a emitir sus cábalas. Coincidieron, curiosamente, en un desbordado optimismo. Para los más moderados, las cotizaciones se iban a revalorizar en 2015 un 12%. Los más lanzados llegaron a anunciar ascensos vertiginosos de hasta el 20%. Hubo alguno que se soltó la melena, propaló que nuestro mercado sería el más rentable de Europa y se quedó tan ancho. Para desgracia de tirios y troyanos, en 2015 el Ibex cayó un 7,15%.
Si del panorama general descendemos al detalle, el resultado es bastante penoso. He espigado al azar unas cuantas recomendaciones realizadas doce meses atrás por los hechiceros bursátiles. Veamos unos ejemplos.
El poderoso Citibank apostó con firmeza por Caixabank, Mapfre, Amadeus, IAG, Iberdrola y Enagás. ¿Qué ha ocurrido con estos valores? Pues ciertamente hubo alegrías: Amadeus se disparó un 23%, IAG un 33% e Iberdrola un 17%. En cambio, Caixabank sufrió un desmoronamiento del 26% y Mapfre cedió un 18%, mientras que Enagás 'solo' bajó un 0,7%.
Deslices a granel
Por su parte, el omnipresente grupo de información financiera Bloomberg reunió un plantel de siete 'especialistas', a cuál más entendido, y reclamó su docta opinión. Diagnosticaron sin ningún género de dudas que las acciones llamadas a subir con más ímpetu serían Edreams, Sacyr, Tubos Reunidos, Applus y, agárrense fuerte al sillón, Abengoa. Según el consenso de esos siete magníficos, los títulos citados podrían escalar más del 50%.
La dura realidad no puede ser más desoladora. De toda la serie, el único valor que se movió hacia arriba es Edreams, con un 13%. Los demás flexionaron. Applus perdió un 9%, Sacyr un 34%, Tubos Reunidos un 65% y Abengoa se llevó la palma del desastre con un aparatoso hundimiento del 80%.
En el fondo de estos episodios subyace algo tan elemental como que el futuro es imprevisible, sobre todo en cuestiones bolsísticas
Ahorro Corporación, que se autoproclama "uno de los principales grupos de servicios de inversión de España", puso toda la carne en el asador por Almirall, Amadeus, Enagás, Acerinox y OHL. Acertó en los dos primeros, pues remontaron un 35% y un 23%. Los otros tres experimentaron retrocesos respectivos del 0,7%, 25% y 52%.
Tampoco los analistas de Banco Sabadell estuvieron muy finos en sus pronósticos. Difundieron que las estrellas del año serían Acerinox, ACS, Bbva, Caixabank y Red Eléctrica. Sólo atinaron en una: Red Eléctrica, que progresó un 5%. Caixabank se dejó por el camino un 26%, Acerinox un 25%, Bbva un 14% y ACS un 7%.
Por último traigo a colación a Bankinter. Animó a los inversores a comprar Telefónica, Santander, Enagás y Red Eléctrica. Sólo se salva esta última, que avanzó un 5%. Las restantes menguaron: Telefónica un 13%, Santander un 35% y Enagás, un 0,7%.
Con la muestra transcrita queda bastante claro que los yerros rebasan los aciertos por enorme margen. En el fondo de estos episodios subyace algo tan elemental como que el futuro es imprevisible, sobre todo en cuestiones bolsísticas. Lo mejor que pueden hacer los ahorradores es estudiar caso por caso, observar la máxima prudencia y seguir su propio instinto. Seguramente darán en la diana más que los videntes de pacotilla que presumen de estar en posesión de la verdad.