Pensamiento

El independentismo catalán en el Gran Teatro del Liceo

4 octubre, 2015 02:06

No hay ningún ámbito social ni cultural en la Cataluña de hoy que no se impregne de la ideología nacionalista. Nada es casual, sino perfectamente diseñado, preparado, secuenciado y ejecutado con magnífica precisión.

Así ocurre hasta con la programación del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, considerada la catedral de la ópera en Cataluña y en el resto de España.

No hay ningún ámbito social ni cultural en la Cataluña de hoy que no se impregne de la ideología nacionalista. Nada es casual, sino perfectamente diseñado, preparado, secuenciado y ejecutado con magnífica precisión

El próximo 7 de octubre y como inauguración de la temporada operística se representará en el Gran teatro del Liceo 'Nabucco', la gran ópera de Verdi que narra la tragedia de una babilonia enamorada de un hebreo, y la opresión de los babilonios hacia los hebreos. Después de enfrentamientos, celos y traiciones Nabucco (ya convertido al judaísmo) libera a los hebreos.

La liberación del pueblo oprimido. ¿Les suena?

El éxito de la obra, independientemente de sus innegables cualidades musicales, se debe a la asociación del público con el ideal de libertad -ya desde su estreno- en una Italia sometida por un ejército extranjero en 1842 donde el 'Risorgimento' (el resurgir del pueblo italiano, humillado y abatido) que era la concreción de un nacionalismo italiano se alzaba orgulloso ante el poder austríaco.

En el imaginario nacionalista catalán el paralelismo no puede ser mas evidente. En la ópera Nabucco el canto de los esclavos -"Va, pensiero"- es seguramente lo más conocido de esta obra y se ha convertido desde su nacimiento y a lo largo de la historia en un poético canto reivindicativo, a través de la añoranza de la tierra y el anhelo de libertad. Idea machaconamente repetida por la ideología nacionalista que ha conseguido calar en la sociedad.

En estos momentos políticos no hay duda de que el público del GranTeatro del Liceo lo interpretará así. Ese público que acude asiduamente al Gran teatro del Liceo está compuesto mayoritariamente por la burguesía catalana muy bien acomodada y hasta muy bien subvencionada, siempre junto al poder, que no solo aplaudirá entusiásticamente el "canto de los esclavos" ("Va pensiero"/Vuela, pensamiento") sino que pedirá su repetición y aún lo coreará puesto en pie en una perfecta simbiosis con la obra de Verdi.

La correspondencia esta perfectamente estudiada y programada. Y la oportunidad del momento también. Nada queda al azar

No sabemos si los espectadores del 'quinto piso' del Liceo --estudiantes, músicos y muchísima gente entendida y amante de la música con bastante menos poder adquisitivo, pero acaso igual de ideologizada, a través de la escuela y los medios-- seguirán las expresiones entusiásticas de 'los de abajo' (patio de butacas y palcos, que socialmente son 'los de arriba') ya que la ANC y Òmnium Cultural no pueden perder esta oportunidad buscada sin utilizarla para su propaganda independentista.

Generarán la noticia que veremos en todos los periódicos y será portada de telediarios: "El Gran teatro del Liceo puesto en pie reivindica la libertad de Cataluña y su derecho a decidir". Porque en estos momentos oír cantar en el Gran Teatro del Liceo "hay que matar a los extranjeros opresores” recuerda mucho al "bon cop de falç" de Els segadors, y no hay duda que excitará los ánimos de los oyentes ya fuertemente caldeados.

La "identidad del pueblo", las humillaciones, los desprecios de los que habla la obra se corresponden en el imaginario nacionalista con la "identitat catalana", y al pueblo opresor con España, que es el pueblo español. Y el sentimiento de culpa de los opresores que se evidencia en la obra de Verdi se corresponde -siempre en el imaginario nacionalista- con el sentimiento de culpa que han de tener todos los españoles, que han maltratado a los catalanes, "España nos roba", "nos invadieron", "nos impusieron su lengua española", etc. y ahora no nos permiten decidir nuestro destino como pueblo: "Ser libres".

La correspondencia esta perfectamente estudiada y programada. Y la oportunidad del momento también. Nada queda al azar. Lo mismo que la fecha del 15 de octubre en la que Mas irá a declarar ante el juez, una fecha concedida a petición del mismo Mas para que coincida con otro evento de triste memoria.

Nada es coincidencia. Nada es casual. El independentismo emplea la propaganda a fondo. Ahora han apretado el acelerador ante un Gobierno de España harto débil y pusilánime. "Ahora o nunca", dicen los independentistas. Habrá sufrimiento no hay duda, pero España es mucha España y, por ahora, va a ser que no.