Villar Mir se adelanta a los nubarrones
La constructora madrileña OHL prepara una gigantesca ampliación de capital de 1.000 millones de euros. Esta firma es el buque insignia del vasto imperio industrial forjado por Juan Miguel Villar Mir en tres decenios de trabajo duro, gestión austera y, sobre todo, un olfato infalible para anticiparse a los acontecimientos y explotar toda oportunidad de negocio que se le pusiese a tiro.
Los desdobles del calibre anunciado por OHL suelen tener por finalidad el acopio de recursos para futuros dispendios. Barrunto que en este caso hay gato encerrado. Es de recordar que Villar capeó airosamente los embates de la reciente crisis del ladrillo. Incluso se permitió el lujo de aprovechar el ciclo recesivo y los precios deprimidos para tomar fuertes posiciones en varias compañías punteras y engrosar su patrimonio de bienes raíces.
Los desdobles del calibre anunciado por OHL suelen tener por finalidad el acopio de recursos para futuros dispendios. Barrunto que en este caso hay gato encerrado
Así, hace tres años entró por la puerta grande en el consorcio catalán de infraestructuras Abertis, feudo de La Caixa. Mediante un desembolso de 2.000 millones, se erigió en su segundo accionista. Después se hizo con el paquete de control de la también barcelonesa Inmobiliaria Colonial, por el que satisfizo 300 millones.
Paralelamente, aplicó centenares de millones en edificios y conjuntos singulares como el formado por la vieja sede de Banco Hispano Americano en Canalejas/Gran Vía, de Madrid.
Lo malo de estos trasiegos es que en buena parte no los lubricó con peculio propio, sino asumiendo carretadas de deuda. Ello hace que el grupo entero sufra cada vez más el lastre de su enorme losa de pasivos bancarios. Sólo el año pasado, éstos acarrearon una carga de intereses de 400 millones.
Semejante situación despertó en el marqués de Villar Mir la ansiedad por reforzar los fondos sociales y aligerar los compromisos financieros por todas las vías posibles. De ahí que en las últimas semanas se lanzase a hacer caja y se desprendiera de parte de los paquetes que poseía en Abertis y en Colonial. Recaudó por ellos la friolera de 500 millones.
El miedo guarda la viña
El objetivo declarado de estas desinversiones no es otro que aplicar el dineral obtenido a la ampliación de capital de su mascarón de proa OHL y preservar, así, la holgada participación de control que luce en la promotora. En sus prisas tal vez haya tenido muy presente el amargo desenlace de los problemas de otra reina de la hormigonera nacional, la FCC de Esther Koplowitz.
Como se sabe, el agobio de los débitos movió a FCC a rearmar también sus fondos, justo por idéntico importe de 1.000 millones contantes y sonantes. El desdoble desencadenó la irrupción del magnate mejicano Carlos Slim, quien tomó el relevo de su máxima propietaria tradicional, empuñó el bastón de mando y relegó a Koplowitz a un papel secundario. Gracias a esa operación, la histórica entidad se salvó de la quema, pero a costa de ceder el timón al oligarca azteca.
A buen seguro que el precedente de FCC ha influido de forma decisiva en el ánimo de Villar y le ha espoleado a tomar medidas conducentes a la evitación del mismo riesgo. Además, ocurre que el despegue económico se retrasa más de la cuenta y las incertidumbres se acumulan en el horizonte. En tales circunstancias, el gran empresario intuye que toda precaución es poca y ha actuado en consecuencia.
A buen seguro que el precedente de FCC ha influido de forma decisiva en el ánimo de Villar y le ha espoleado a tomar medidas conducentes a la evitación del mismo riesgo
Merece subrayarse que su acervo corporativo, acuñado a golpe de audaces iniciativas y constantes absorciones, es hoy uno de los mayores de España. Da empleo a más de 30.000 personas. Está presente en fertilizantes, electrometalurgia, saltos hidráulicos, concesiones públicas, servicios, construcción e inmobiliario. Entre otras cosas, es líder mundial en ferroaleaciones, el principal productor de fertilizantes de la Unión Europea y el primer generador independiente de energía eléctrica de España.
Villar Mir ejerció de vicepresidente del Gobierno y ministro de Hacienda durante la transición de los años 70. Después abandonó la política y se consagró de lleno a montar casa propia. Se ganó a pulso la fama de ser uno de los gestores más prestigiosos de España y logró amasar una de las fortunas más copiosas de la península.
Ello no impide que, a sus tempranos 83 años, siga sin desmayo al pie del cañón del quehacer diario. Para ir preparando la sucesión, en 2013 designó consejero delegado de OHL al ex ministro Josep Piqué y señaló a su hijo Juan Miguel Villar Mir de Fuentes como heredero del conglomerado familiar.