Pensamiento
¿Qué va a pasar el día 9?
Esa es la pregunta del millón. La respuesta parece ser complicada pero no lo es. El día 9 será todo un éxito a juicio de los convocantes. Nos contarán que han acudido a las urnas miles y miles de ciudadanos. Apuesto que se superará con creces la cifra de 1.800.000 personas asistentes a la última manifestación del 11 de septiembre. La cifra real no la sabremos nunca porque son los independentistas los que presiden las mesas, son los independentistas los que cuentan los votos y son los independentistas los que harán públicos los resultados.
El presidente Artur Mas lo dejó ayer bien claro. Votar es hacerlo en “defensa del país”. Por tanto, los que no votemos no defendemos el país. Somos “botiflers”, traidores al servicio de la pérfida España
Con esta limpieza del proceso y las garantías democráticas que conlleva pondrán sobre la mesa su coartada. Las fotos de miles de catalanes ante colegios improvisados y urnas llenas de papeletas. Será su foto para exponerla en la ventana internacional. Sin embargo, los más de 4,6 millones de catalanes que no acudirán a votar, que no aparecerán en las fotos, que no llevarán camisetas identificativas, ni participan en caras campañas publicitarias de las que se desconoce el origen de los fondos, no existen.
El presidente Artur Mas lo dejó ayer bien claro. Votar es hacerlo en “defensa del país”. Por tanto, los que no votemos no defendemos el país. Somos “botiflers”, traidores al servicio de la pérfida España. No somos ni siquiera catalanes. Le está pasando ahora a Encarnación Roca. La jurista catalana del Tribunal Constitucional que ha pasado de ser una reconocida juez a ser una peligrosa traidora de los intereses de Cataluña. De su Cataluña. De ser la arquitecta del Derecho Civil Catalán a ser una vil servidora de los intereses de España.
Lo peor de todo es que todo este festival no servirá para nada. Mas enviará el día 10 una carta a Rajoy. Sabe que el día 9 no servirá para nada. Hasta Arrufat de la CUP ha dicho que el gobierno catalán haga lo que quiera después del 9. O sea que el 9 no acaba nada, más bien seguirá todo en un panorama que anuncia cambios. La política española está más que revuelta con la última encuesta del CIS, que sea dicho de paso acierta más que el CEO y el mapa político puede ser el año que viene muy diferente al que tenemos hoy. En el PP también empiezan a sonar tambores de guerra. ¿Y el 9? La foto y todos a ganar. ¿Después hablaremos de plebiscitarias? No, parece que no.