Pensamiento

La unidad de los partidos pro consulta hace aguas

25 octubre, 2014 11:54

Después de la espantada de Mas el 13 de octubre, la aparente unidad de los partidos que apoyaban la consulta independentista del 9 de noviembre saltó por los aires en pocas horas. Herrera, líder de ICV-EUiA, rechazó la suspensión unilateral de la consulta dictada por Mas y ya ha confirmado que no votará el 9N en la consulta-farsa que Mas pretende utilizar, según Herrera, como trampolín electoral. Pese al cínico intento de Homs de enredar a la CUP, al anunciar la existencia de un acuerdo ‘técnico’ para avalar la celebración de la consulta-farsa que fue desmentido inmediatamente por la propia CUP, el hecho cierto es que este partido independentista siempre ha defendido seguir adelante con la consulta pactada y desafiar abiertamente al gobierno español y al Tribunal Constitucional (TC). Las últimas noticias indican, no obstante, que la CUP ha decidido poner toda la carne en el asador sin coordinarse con el resto de partidos para fomentar la consulta-farsa “desde la calle”.

El objetivo de Mas es impedir a toda costa que Junqueras y ERC capitalicen en las próximas elecciones autonómicas el voto independentista

Espadaler, consejero de Interior del gobierno de Mas por UDC y secretario general de la coalición CiU, en un arrebato inusitado de independencia se mostró a favor de agotar la legislatura y rechazó convocar elecciones anticipadas, posición que matizó, todo hay que decirlo, pocas horas más tarde cuando manifestó, al término de la reunión que mantuvo la dirección de CiU el 20 de octubre, que los “planes de Convergencia y los de Unió son la conjura por al 9N”. Iceta, secretario general del PSC, tampoco ha mostrado gran entusiasmo por la consulta-farsa y aunque dejó claro que sólo irá a votar cuando se plantee una pregunta clara y haya un debate serio, el líder del PSC sigue manteniendo una ambigüedad marca de la casa. Ros, presidente del PSC, alcalde de Lérida e independentista confeso, ha confirmado que pondrá locales municipales a disposición de los independentistas para que celebren la consulta, e Iceta, aunque no piensa votar, ha dado instrucciones a los alcaldes del PSC para que “si la Generalitat les pide un local, y el secretario general del ayuntamiento dice que se puede hacer, que lo hagan, ¡solo faltaría!”. Puestos a hacer gestos, sólo faltaría que Iceta se lo pensara mejor y acabara yendo a votar.

En cuanto a Junqueras, lo primero que hay que decir es que una vez más ha demostrado carecer de coraje para plantar cara a Mas, y deambula perdido por las ondas implorando entre sollozos que, por favor, se declare ya la independencia. Supongo, no obstante, que se habrá dado cuenta a estas alturas (o alguien se lo habrá hecho notar) de las aviesas intenciones del President que, no contento con haberle obligado a pasar por el aro de la consulta-farsa, quiere ahora robarle la cartera. La rueda de molino con la que ahora pretende hacerle comulgar es la lista de ‘país’, una zanahoria envenenada, porque la lista la encabezaría el propio Mas, e incluiría a los además de su fieles escuderos, a los cerebros del CATN a sueldo de Presidencia y a las rutilantes estrellas amarillas de la galaxia independentista. El objetivo de Mas es impedir a toda costa que Junqueras y ERC capitalicen en las próximas elecciones autonómicas el voto independentista que les otorgan ahora las encuestas, y evitar el aparatoso hundimiento político de Mas y CDC. Y Si Junqueras cede una vez más ante la presión de Mas habrá perdido la gran oportunidad de situar a ERC por delante de CDC e intentar aquello que dice ya no puede esperar más: la proclamación unilateral de la independencia de Cataluña.