Pensamiento
Por qué este año iré al acto del 12 de octubre
Hace un año escribía en esta misma columna las razones por las que no había asistido al acto del 12 de octubre. No voy a reiterarlas ahora. Pero sí creo mi deber explicar por qué en esta ocasión sí tengo la intención de asistir.
En primer lugar porque desde Sociedad Civil Catalana (SCC) hemos diseñado un acto, como ya lo fue el de la Diada del 11 de septiembre,alejado de la confrontación identitaria y centrado en la puesta en valor de los vínculos afectivos, económicos e históricos que unen a catalanes, andaluces, aragoneses, valencianos... a todos los pueblos de España. Un acto en el que se apuesta por seguir adelante, a pesar de las dificultades, con la construcción europea, incompatible con el secesionismo.
Iré porque me gusta la Cataluña tolerante, integradora y bilingüe que el nacionalismo quiere destruir
Iré porque me gusta la Cataluña tolerante, integradora y bilingüe que el nacionalismo quiere destruir. La sociedad catalana es el fruto de la convivencia con el resto de pueblos de España. Los flujos migratorios hubieran sido distintos con una Cataluña indpendiente. Y lo serán en el futuro, si la secesión se consuma. El nacionalismo apuesta por favorecer un tipo de inmigración que tiene el grave riesgo de crear una sociedad dual por las diferencias culturales, étnicas y religiosas, quizás porque se cree que es rentable políticamente.
Además, el 12O es una oportunidad que no podemos dejar pasar para que todos los que no comulgamos con el proceso secesionista salgamos a la calle, pacíficamente, para hacer oír a todos que Cataluña no es, afortunadamente, un país monolítico. Que no todos pensamos igual y que no tenemos miedo a expresarlo. Catalanes de ideologias muy diversas. De derechas o de izquierdas, conservadores o progresistas, liberales o intervencionistas, monárquicos o republicanos, partidarios o no de las terceras vías, catalanistas, españolistas o ciudadanos del mundo.
Todos debemos dejar de lado por unas horas lo que nos separa, para que se visualice que muchos catalanes no creemos en la secesión. La independencia, aquí y ahora, con las fuerzas políticas que la impulsan, lejos de ser el paso previo a una sociedad mejor, es la antesala del aislamiento, del empobrecimiento y de un país más dividido, con el poder más concentrado y, por tanto, con menos garantías democráticas.
Estas son las razones por las que, en unos momentos históricos que pueden determinar el futuro de Cataluña, creo necesario aparcar las diferencias y afirmarse en lo primordial. Y espero que los partidos no secesionistas estén a la altura de las circunstancias y se olviden, también ellos, de tacticismos electoralistas. Nos vemos el 12O en la Plaza de Cataluña.