Parece que, finalmente, Josep Antoni Duran i Lleida ha deshojado la margarita y ha tomado una decisión: separarse del soberanismo con vistas a encabezar una candidatura, muy probablemente con el PSC e independientes, que agrupe a todos aquellos que reclaman lo que se ha venido en llamar 'tercera vía'.
El tándem Duran-Navarro posibilitaría visualizar una tercera vía potente, capaz de ser un interlocutor con PP-PSOE de cara a una hipotética reforma constitucional
La noticia no es nada buena para CDC, las reacciones lo demuestran, pues debilita a Mas al quedarse sin un aliado que le permitía mantener su barniz moderado. En cambio es una muy buena noticia para el catalanismo no independentista. En unas elecciones planteadas en clave plebiscitaria las diferencias en temas económicos y sociales pasarán a un segundo plano. Ello facilitará un posible pacto con el PSC. Porque el anuncio de Duran fortalece a un muy tocado Pere Navarro. Le permite deshacerse del estigma de que se alinea exclusivamente con PP y Ciudadanos. Legitima su alejamiento del soberanismo. El tándem Duran-Navarro posibilitaría visualizar una tercera vía potente, capaz de ser un interlocutor con PP-PSOE de cara a una hipotética reforma constitucional.
El movimiento de Duran acaba con cualquier especulación sobre un posible acuerdo entre la Generalidad y el Gobierno español antes del 9 de noviembre. Mas ha demostrado que no es un interlocutor leal. Incluso su aliado lo reconoce con su dimisión. Negociar bajo su chantaje hubiera sido seguir una estrategia nefasta: lo que Stéphane Dion califica de "estrategia del contentamiento", que sólo sirve para reforzar el independentismo. En cambio, si en Cataluña se consolida una tercera vía, sus aportaciones pueden pefectamente incorporarse al proceso de reforma del Estado, en la que casi todos están de acuerdo, sea a través de una modificación constitucional o sin ella, y se llame federalismo o de cualquier otra forma.
Al margen de lo que pueda suceder en el futuro, lo innegable es que la postura de Duran acaba con la pretensión, ya muy debilitada con la aparición de Sociedad Civil Catalana (SCC), de que Cataluña es un país unánime. De que quienes nos oponemos a la secesión sólo somos una minoría irrelevante.
Tras el sorpasso electoral de ERC, los sucesos de Can Vies, las declaraciones de Homs, es evidente que un catalanista no independentista y conservador no podía seguir como si nada estuviera pasando. Mis amigos de CDC -sí, de CDC- me lo vienen repitiendo: "Somos independentistas sentimentales, pero no podemos apoyar una Cataluña en manos de ERC, la CUP y todo el movimiento antisistema. Una Cataluña empobrecida, dividida, enfrentada a Europa y a los EEUU, y con graves riesgos de derivas autoritarias y estatalistas".
El seísmo Duran inaugura una nueva etapa en la política catalana y puede obligar a Mas y a Junqueras a olvidar sus intenciones de retrasar las plebiscitarias hasta 2016
El seísmo Duran inaugura una nueva etapa en la política catalana y puede obligar a Mas y a Junqueras a olvidar sus intenciones de retrasar las plebiscitarias hasta 2016. Los argumentos para que CDC y ERC quieran agotar la legislatura son, a mi entender, inequívocos: si ganasen ampliamente deberían hacer una declaración de independencia que ellos mismos saben que no está madura (¿dónde está el dinero?). Y, si no lo hicieran, su proyecto quedaría muy tocado. Mejor seguir ordeñando la vaca, piensa Junqueras, y ganar poder municipal, no sea caso que suspendan la autonomía y no tengamos dónde refugiarnos. ¿Y qué mejor "refugio" que los ayuntamientos?.
Mas tampoco se pondrá serio para adelantar unas elecciones que perdería, con más rotundidad después de la salida de Duran. Pero si a Duran se le suman la mayor parte de los diputados de Unió en el Parlament, Mas difícilmente podrá sobrevivir. En este caso, las elecciones plebiscitarias ya no serían en torno al "derecho a decidir" sino a favor o en contra de la declaración unilateral de independencia (DUI), por lo que ICV no podría sumarse a CDC y ERC, salvo que asuma una escisión.
En cualquier caso los catalanes debemos exigir elecciones anticipadas. No podemos seguir prolongando la situación de impasse. Que se presenten pidiendo el apoyo para una DUI y, si no tienen el apoyo suficiente o las agallas para hacerla, que se estén una temporadita calladitos y dejen a otros gobernar y tratar de maximizar la recuperación económica que se anuncia.