Pensamiento

Terricabras tiene "don de lenguas"

6 abril, 2014 11:03

¡Qué valioso es saber idiomas! Y no cabe duda de que es un excelente bagaje, importantísimo, y en particular para cualquier político que vaya en las listas electorales europeas. El trabajo de la construcción de una Europa cohesionada, armonizada fiscal y financieramente, con mayor capacidad de decisoria para el ciudadano, y todo con vistas a su constitución política y federal como unión de Estados, requiere del mayor número de habilidades intelectuales y formativas posibles, la de comunicarse en las principales lenguas, una de ellas.

Terricabras ya ha avisado de qué será lo primero que haga cuando llegue a Bruselas: pedir a la Cámara comunitaria que se declare favorable a que "los catalanes puedan votar libremente"

Josep Maria Terricabras, el candidato de ERC, puede lucirse puesto que es capaz de hacerlo de forma competente en varias lenguas. Para demostrarlo, aparece en un vídeo de precampaña hablando en francés, inglés, italiano, alemán y castellano (¡también sabe!) con un grupo de jóvenes. Pero, yo me pregunto, ¿habla idiomas Terricabras o lo suyo es más bien esa gracia antigua, sacra, escatológica llamada "don de lenguas"? Como dice la Wikipedia, "en la teología cristiana se define como don de lenguas a la facultad milagrosa, concedida a ciertos hombres y mujeres, de hablar en idiomas que no conocen. La Biblia dice que esta facultad resultaría transmitida mediante el Espíritu Santo. Este don es útil para dar señal de la fe y anunciar el evangelio a los no creyentes".

No cabe duda de que en estos tiempos modernos, con educación pública gratuita, intercambio cultural a tutiplén y viajes al extranjero cada dos por tres, no hace tanta falta que la capacidad de hablar diversas lenguas nos la conceda Dios Padre en persona. En esto ha sido ampliamente superado por las nuevas tecnologías y la capacidad de movimiento que ofrece el actual nivel de vida. Pero, por el resto, una casi diría que la destreza de la que hace gala Josep Maria Terricabras tiene más parecido con ese "don de lenguas" que con el objetivo de conocerlas y utilizarlas para la que debería ser la finalidad de formar parte de una lista electoral europea: colaborar en la construcción de una unión solidaria, que deje atrás agravios insolubles, en la que reine la cooperación y el deseo de trabajar por lo que nos une. Porque el mismo Terricabras ya ha avisado de qué será lo primero que haga cuando llegue a Bruselas: pedir a la Cámara comunitaria que se declare favorable a que "los catalanes puedan votar libremente".

Convencido de que Europa no tiene más preocupación que las fantasías de unos políticos decimonónicos de un rincón del sur, desean convertir el referéndum soberanista del 9 de noviembre en un asunto europeo "para aumentar la presión sobre el Gobierno para que acepte la votación". Ni la crisis, ni el paro... Nada. Van a lo suyo: el referéndum. Y el catalán, claro, pues ya avisa de que "es bueno que en Bruselas se hablen muchas lenguas a fin de que, algún día, también se hable la nuestra". No sé si existe una versión coincidente en otros idiomas del "éramos pocos y parió la abuela". Pero habría que inventarla. Por si no resultase suficientemente incómodo y oneroso que existan 24 lenguas oficiales, añadamos otra más, que luego ya vendrán el vasco y el gallego, por mencionar sólo las de aquí.

Veremos eurodiputados que utilizarán en Bruselas su "don de lenguas", es decir, la capacidad de transmitir mensajes de Dios, de la patria o de cualquier otro ente de los que prefieren hablar al corazón y no al sentido común

En resumen, veremos eurodiputados que utilizarán en Bruselas su "don de lenguas", es decir, la capacidad de transmitir mensajes de Dios, de la patria o de cualquier otro ente de los que prefieren hablar al corazón y no al sentido común. Eurodiputados que se servirán de tan noble conocimiento para adoctrinar llegando a almas incautas de todo el orbe. "El Apóstol Pablo, en su primera carta a los Corintios, explicó que el don de lenguas servía de 'señal [...] a los incrédulos', es decir, para los que no eran cristianos". Terricabras, Tremosa y otros más hablarán en Europa y todos recordaremos aquella vez en que "estaban reunidos unos 120 discípulos de Jesús en una sala de una casa en Jerusalén. De pronto [como a eso de las 9 a.m.], los presentes oyeron un sonido de una brisa impetuosa y fuerte que sacudió la casa donde estaban, y sobre cada uno se posaron lenguas como de fuego, y ellos comenzaron a hablar en lenguas (idiomas) diferentes. Al salir ellos de la casa, los peregrinos de naciones lejanas podían oír el mensaje de los cristianos, cada uno en su idioma natal...".

Si para esto se va a Europa con tal despliegue comunicativo haría menos daño un émulo de Paco Martínez Soria con una cestita con chorizos y la sempiterna gallina asomando. Por lo menos no podría hablar con nadie y los eurodiputados constructivos podrían seguir haciendo su trabajo. En serio, nos saldría más a cuenta.