Es siempre una buena noticia que un periódico francés del prestigio de Libération preste atención a lo que sucede fuera de Francia, y resulta todavía más interesante si lo hace tratando un tema que nos toca bien de cerca. Ahora bien, la noticia se torna oscura cuando, el que es considerado un periódico riguroso e independiente, publica un artículo ("Espagne: la Catalogne prend le large"), firmado por François Musseau el 4 de diciembre pasado, que se acerca más a la propaganda nacionalista que al relato objetivo de la realidad.
Hay bastantes otros catalanes que asumen, como yo, la doble condición de españoles y catalanes con una gran naturalidad, como Estrasburgo vive sin contradicción su identidad francesa y alsaciana
El periodismo es un oficio fundamental para la libertad, sin información veraz no existe la posibilidad de emitir un juicio certero y es por eso que al periodista se le debe exigir contrastar fuentes, investigar a fondo, escuchar a todas las partes e intentar mantener un espíritu objetivo. Cuando se empieza diciendo que Sant Vicenç dels Horts se encuentra a 50 kilómetros de Barcelona, cuando se halla a 20 kilómetros aproximadamente, es empezar con mal pie y es dar un paso en falso en todas esas características que universalmente se entenderían como las apropiadas para definir a un buen periodista. Pero lejos de ser una equivocación puntual, este primer error nos lleva al desarrollo de un texto plagado de falsedades, medias verdades y mentiras interesadas, que se suceden una tras otra como si el enviado especial en cuestión hubiese estado disfrutando de unas vacaciones pagadas mientras le escribía su texto el primer separatista que se hubiese cruzado por la calle.
Empecemos por el título, "¿Cataluña se desengancha de España?". Yo también soy catalán y nunca me he desenganchado de España, ni física ni metafóricamente. Y no es solo mi caso, desde luego: hay bastantes otros catalanes -sobre todo en Sant Vicenç dels Horts, donde viví durante algunos años- que asumen, como yo, la doble condición de españoles y catalanes con una gran naturalidad, como Estrasburgo vive sin contradicción su identidad francesa y alsaciana.
Esta identidad doble catalana y española, vivida de modo no conflictivo, es ampliamente mayoritaria en Cataluña, como lo muestran todas las encuestas, oficiales o no. Y es todavía más marcada en Sant Vicenç dels Horts, como lo ejemplifica el hecho de que el nacionalismo haya podido acceder al Ayuntamiento únicamente en las últimas elecciones municipales, debido particularmente al fiasco del partido socialista local, y con una coalición peculiar que comprende separatistas (ERC), nacionalistas conservadores (CiU) y ex comunistas (ICV). Pero por supuesto, si se informa sólo desde el lado de la concejal municipal separatista Imma Prats (ERC), y el muy politizado y desprestigiado Centro de Estudios de Opinión (CEO), dirigido por el militante de ERC Jordi Argelaguet, no es extraño que el cuadro resultante sea completamente parcial y demasiado próximo a las tesis de ERC, pese a todo, minoritarias en Sant Vicenç dels Horts.
El artículo empieza su "trabajo de campo" entrevistando a varios vecinos de Sant Vicenç dels Horts, como Iván, "que descubrió en la escuela que en Cataluña las cosas se hacen mejor, de forma más seria". O su esposa Montse, que quiere "una Cataluña divorciada de España". Jaume también opina parecido, y claro, como marcan los cánones del buen periodismo, debe surgir alguien que piense lo contrario. Y aparece Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, en el mismo plano que mis queridos ex vecinos. Con todos los respetos para ellos, establecer una comparativa de opiniones entre personajes anónimos y un reconocido intelectual como De Carreras, es tanto como poner en el mismo nivel la opinión respecto a la cosmología de Cristiano Ronaldo y Stephen Hawking.
Establecer una comparativa de opiniones entre personajes anónimos y un reconocido intelectual como De Carreras, es tanto como poner en el mismo nivel la opinión respecto a la cosmología de Cristiano Ronaldo y Stephen Hawking
Pero es que la cosa no se queda aquí, sigue su curso, y de qué manera. Se acepta como válido que la ANC no tiene filiación política y que la sociedad civil marca la diferencia respecto a otros movimientos separatistas internacionales. Claro, más de 30 años de nacionalismo obligatorio que ha convertido la escuela en una herramienta al servicio de la manipulación hispanofóbica y catalanocéntrica más absoluta no debe ser tenido en cuenta. Tampoco las riadas de millones de euros destinadas a subvencionar todas aquellas organizaciones políticas, sindicales, colegios profesionales, asociaciones "independientes" (como la propia ANC, dirigida por Carme Forcadell, miembro de ERC), medios de comunicación, asociaciones de vecinos, de inmigrantes o de amigos de la sardana. Pero es que todo esto exigiría "patearse el terreno" y comprobar que la sociedad civil en Cataluña no es más que otro instrumento en manos del nacionalismo político.
El escrito avanza dando categoría de verdad a los mantras que tan bien nos conocemos los no nacionalistas, a saber, que si las autopistas son de peaje, que si pagamos muchos impuestos, que si el corredor ferroviario central, que si la nueva ley de educación ataca el catalán y lo deja en un segundo plano, que si Messi tuvo a su hijo a las 17:14... Y claro, el insigne periodista en cuestión no se molestó en comprobar que mientras en Cataluña teníamos autopistas, en el resto de España pocas veces conocían una carretera de más de dos carriles; que los contratos con las concesionarias como Abertis habían expirado y podían haber pasado a manos públicas y haber eliminado los peajes; que mientras aquí gastamos casi 300 millones de euros anuales en mantener una televisión (entre otros gastos suntuosos con el objetivo de "fer país"), se recorta en los servicios sociales más esenciales como la educación o la sanidad; que el Estado ha apostado decididamente por el corredor ferroviario mediterráneo; que la LOMCE habla de utilizar como lengua vehicular cualquiera de las dos lenguas oficiales, pero como el Ministerio de Educación (absolutamente vaciado de competencias) se ve incapacitado para que no se produzca fraude de ley, utiliza el subterfugio del pago anticipado de una escuela privada bilingüe para aquellos padres que lo demanden. Y, ¡ostras tú! , que la hermana de Messi tuvo que marcharse de Cataluña porque le obligaban a hablar en catalán en la escuela y no se sentía cómoda.
Es evidente que esta retahíla de mantras no podía quedar zanjada sin un corolario espectacular, digno para la ocasión: EL RELATO. Dicen que escribir en mayúsculas en Internet significa chillar, y sí, es lo que acabo de hacer, es más, lo he acompañado mentalmente con un redoble de tambores, por aquello de darle mayor religiosidad al asunto. Y es que leer de la pluma de un periodista extranjero que "el Tribunal Constitucional redujo a cero el nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña" es como para echarse a reír si no fuera porque no hace ninguna gracia.
Leer de la pluma de un periodista extranjero que "el Tribunal Constitucional redujo a cero el nuevo Estatuto de Autonomía para Cataluña" es como para echarse a reír si no fuera porque no hace ninguna gracia
Resulta que Maragall primero, Montilla después y todo ello con la connivencia de Zapatero, deciden dar a Cataluña "el Estatuto que los catalanes quieran" y apropiándose de la voluntad de todos (incluida la mía que también voté psC), producen un bodrio inconstitucional en muchas de sus partes, votado por un censo que no se acerca ni de lejos al obtenido por una Constitución que queda derogada por la puerta de atrás, y que rompe en mil pedazos la igualdad entre ciudadanos de un mismo país. El TC hace su trabajo pese a las múltiples presiones recibidas y "¿todo eso produce las masivas manifestaciones por el sentimiento de agravio que produce en Cataluña?". Y "¿todo esto lleva a pedir la secesión?".
Claro, como decía Xavier Trias el otro día utilizando ese victimismo que tan bien explotan desde hace años: "Yo no soy independentista pero votaré independencia". ¿Le sonará al señor François aquello del doublethinking? Pues debería haberse enterado de que esta gente tan ducha en el lenguaje orwelliano, que le han escrito el artículo mientras posiblemente admiraba embelesado el Parque Güell o la Sagrada Familia, construyen el RELATO que les interesa a su imagen y semejanza, aprovechando el legítimo sentimiento de muchas personas que no quieren ser conscientes de que están siendo instrumentalizadas. Digno de Maquiavelo y de Goebbels y revestido de un aura "guay" que pueden utilizar por la indignidad de nuestra izquierda oficial. Sí, esa izquierda que dejó el internacionalismo a un lado para convencer a Manolo, ese trabajador que es entrevistado al final del artículo, que estaba perdiendo su puesto de trabajo en Fercable, de que "sólo se puede combatir la globalización desde la independencia". ¿Qué independencia? ¿La de Alemania? ¿La de la Troika? ¿La de Estados Unidos? ¿La de los mercados globales?
Probablemente el señor François Musseau disfrutó de lo lindo de su estancia vacacional por estas tierras, pero para la próxima vez, si no es mucho pedir, estaría bien que viniese con el traje de periodista y dejase el bañador y la crema solar en Francia.
Gracias por la atención. Au revoir.