Cuesta de entender que muchos catalanes no estén inmunizados contra el uso de la palabra "patria". Durante muchos años, veinte, treinta, cuarenta, según la edad de cada uno, "patria" fue sinónimo de opresión, persecución, injusticia, dictadura. Eran tiempos de aquella frase estampada en los portales de los cuarteles de la Guardia Civil: "Todo por la patria".
Los patriotas dan miedo. Cuando oigo la palabra "patriota" me espanto
"Patriota" es la palabra derivada de patria y se refiere a aquella persona que vive intensamente el hecho de pertenecer a una determinada nación, Estado o país. Eso hace que rime con otra palabra -"idiota"-, lo cual no deja de tener su sentido. "Idiota" deriva de la palabra griega "idios", que quiere decir "privado, uno mismo" y empezó utilizándose para referirse a aquellas personas que sólo se preocupaban de ellas mismas, que se desentendían de la cosa pública. Posteriormente se ha convertido en un insulto, identificándola con la persona de bajo nivel intelectual.
Los patriotas dan miedo. Cuando oigo la palabra "patriota" me espanto. "Patriotas" son, o dicen serlo, los que boicotean actos del Gobierno de la Generalidad en Madrid con motivo del 11 de setiembre, o los cuatro ultraderechistas que interrumpen un acto en Mataró de una asociación formada por cuatro gatos y financiada por los "patriotas" del otro bando.
"Patria o muerte" dicen o decían en Cuba. La opción es tan absurda como la que plantean las preguntas de la consulta que nadie cree que llegue a realizarse nunca.
Artur Mas no tiene empacho en proclamarse "patriota" catalán y ahora propone la creación de una "alianza patriótica" para defender el "proceso" soberanista. Lo que para unos es motivo de orgullo, para otros es un insulto. Antes "idiota" que "patriota".