Pensamiento
Movimiento Ciudadano, una apuesta con riesgo
Este fin de semana se ha presentado en Barcelona Movimiento Ciudadano (Mov), despues de hacerlo hace unos dias en Madrid, en un ambiente de euforia reforzado por los excelentes resultados que el CEO ha dado a Ciudadanos en su última encuesta. Los problemas por los que atraviesan los dos grandes partidos españoles, debido a una crisis económica y política que no han sabido abordar, y las dificultades de UPyD de dejar de ser un proyecto unipersonal de Rosa Diez y convertirse en un partido con implantanción en todo el territorio español, explican la buen acogida de Mov.
Sin duda, la figura personal de Albert Rivera juega un papel fundamental en el éxito mediático del nuevo proyecto político. Desde luego, la fusión de UPyD y C's tendría la gran virtud de convertir dos organizaciones todavía demasiado vinculadas a sus líderes en un partido de verdad, capaz de perdurar en el tiempo más allá de vicisitudes personales.
Durante más de 30 años, en Cataluña, no ha habido otra estrategia política a largo plazo que la nacionalista
Yo entiendo el paso dado por Rivera. Todo partido, como cualquier empresa, siempre se plantea crecer y ganar influencia. A corto plazo el protagonismo estatal del líder de Ciudadanos puede ser beneficioso para su partido en Cataluña. Ser el líder de un partido no nacionalista en Cataluña es un esfuerzo duro, que exige una gran convicción y capacidad de resistencia.
Dicho lo anterior, permítanme que plantee algunas posibles contraindicaciones a la apuesta iniciada por Rivera. Soy de los que piensan que si C's hubiera existido en 1980 no se hubiera llegado a la situación actual. PP y PSOE hubieran tenido que implicarse mucho más en Cataluña, evitando dejar al nacionalismo catalán, el de fuera de estos partidos, pero también el que anidaba en ellos, especialmente en el PSC, actuar a su libre albedrío en Cataluña sin nadie que les parara los pies.
Durante más de 30 años, en Cataluña, no ha habido otra estrategia política a largo plazo que la nacionalista. Sociedad civil, escuela, medios de comunicación... han sido ocupados sin que nadie rechistara hasta la aparición de C's. Todavía, hoy, a pesar de que los catalanes no nacionalistas empiezan a salir del ghetto, se echa a faltar una estrategia a largo plazo para luchar contra la hegemonía nacionalista.
Esta situación de abandono tiene dos explicaciones. Una, que desde fuera de Cataluña el desconocimiento de la realidad catalana es absoluto. Siempre se ha pensado que los catalanes somos nacionalistas por definición y a los que no lo somos se nos consideraba una anomalía que el tiempo iría solventando. La otra, que los votos de CiU y su contribución a la gobernabilidad han propiciado mirar hacia otro lado a los gobernantes españoles, tanto del PP como del PSOE. Que el PP se cargara a Aleix Vidal-Quadras o que el PSOE apoyara al dúo Reventós-Obiols frente a la nueva mayoria de Lluch, Martín y Prats son dos ejemplos de lo que trato de explicar.
Si C's da el paso, un fracaso en toda España tendría una repercusión negativa en su proyecto catalán
Así pues, el éxito de C's se basa en ser un partido de obediencia exclusivamente catalana y de carácter no nacionalista. Eso le hace ser libre de tener que atender a otros intereses que no sean exclusivamente los de los catalanes no nacionalistas. Por ello, convertirse en un partido de ámbito estatal es una apuesta de alto riego. Muchas personas en la actual coyuntura apoyan a C's en las autonómicas pero votan PP o PSC en las generales. Su conversión en un partido estatal le obligará a definirse en temas que hoy no son prioritarios en Cataluña y a atender intereses de ámbito general. Ahí radica un riesgo, a mi entender incuestionable, que los promotores de Mov deberían valorar antes de dar el paso definitivo de presentarse a las elecciones.
Todo ello sin tener en cuenta que el éxito de la operación no es seguro. No sé si la comparación les parecerá adecuada, pero sé por experiencia que no es fácil convertir una mediana empresa de éxito en una multinacional. Hacen falta medios, organización, cultura empresarial, personas, vínculos internacionales... No sé si C's, todavía a medio hacer en Cataluña, está preparado para el salto, aunque reconozco que la coyuntura es golosa. El agujero que están dejando PP y PSOE es tremendo, pero no debe menospreciarse su capacidad de reacción cuando se acerquen las elecciones. Y si C's da el paso, un fracaso en toda España tendría una repercusión negativa en su proyecto catalán.