Pensamiento
Del internacionalismo al nacionalismo
Una de las características más sorprendentes del llamado "hecho diferencial catalán" se encuentra en la izquierda y el sindicalismo -lo mismo se podría decir de la progresía- con mando en plaza. En general, en Cataluña, la una y el otro profesan -en mayor o menor medida y con alguna excepción- el credo nacionalista o neonacionalista. Muchas preguntas. ¿Por qué buena parte de la izquierda y el sindicalismo -a los textos, declaraciones y hechos me remito- juegan la carta del localismo nacionalista en detrimento del universalismo internacionalista? ¿Dónde está la crítica de ese nacionalismo considerado como expresión de los intereses de la clase dominante? ¿Acaso no afirmaban ayer que el nacionalismo era una manifestación de chauvinismo? Ese valor fundamental -entre otros- de la izquierda y el sindicalismo que es la igualdad entre las personas y los territorios, ¿se puede defender bajo la bandera del nacionalismo? ¿Han sucumbido ya a la sentimentalidad y el populismo nacionalistas en perjuicio de la racionalidad? ¿Qué se ha hecho de la vieja proclama según la cual los obreros no tenían patria?
Si me remito a los textos, resulta que en los estatutos de los partidos de izquierda y los sindicatos de clase hay de todo. Juzguen ustedes mismos. Ahí está el PSC -"libertad, igualdad, justicia social, sostenibilidad, solidaridad, internacionalismo, paz"- que apuesta por "una Cataluña más libre y justa en el marco de una España y una Europa plurales y federales capaz de hacer realidad un mundo mejor". Ahí está ICV, una "formación política democrática, catalanista, republicana, de izquierdas, ecologista, feminista, municipalista" comprometida con todos aquellos que quieren "superar el capitalismo" y comparten valores como la "igualdad" y la "radicalidad democrática". Ahí está la UGT que habla de la lucha por el "establecimiento de un marco donde encuadrar nuestras peculiaridades nacionales" (catalanas). Y ahí está, en fin, CCOO: un "sindicato nacional" que se desarrolla en el "seno de la nación catalana que configura el Estado plurinacional español", que se organiza "sobre la base de los principios de federalismo y de democracia sindical", que proclama el "sindicalismo de masas, reivindicativo, de clase, internacionalista y global", que "se declara partidaria" de "avanzar hacia el ejercicio del derecho a la autodeterminación, a través de los mecanismos establecidos en la Constitución para su reforma".
¿Quizá los estatutos de un sindicato "internacionalista y de clase" han de incorporar el derecho de autodeterminación, no de los trabajadores, sino de un territorio que se atribuye a sí mismo el llamado derecho a decidir?
Muchas preguntas, otra vez. ¿La España plural se defiende -finalmente, parece que la mayoría del PSC se ha dado cuenta del engaño- abogando por el derecho a decidir 'sí' a la secesión? ¿La "radicalidad democrática" no está reñida con el incumplimiento de la legalidad democrática que supone un derecho a decidir inexistente? Un partido de izquierda -como ha dicho su líder-, ¿puede dedicar toda su "energía" al derecho a decidir con los problemas que hoy tienen planteados aquellos que quieren "superar el capitalismo"? ¿Qué connotaciones incorpora la expresión "sindicato nacional"? ¿Qué tiene que ver el "encuadramiento de nuestras peculiaridades nacionales" catalanas con las reivindicaciones de los trabajadores? ¿En virtud de qué criterios e intenciones un sindicato sostiene que España es un "Estado plurinacional"? ¿Quizá los estatutos de un sindicato "internacionalista y de clase" han de incorporar el derecho de autodeterminación, no de los trabajadores, sino de un territorio que se atribuye a sí mismo el llamado derecho a decidir? ¿No es un despropósito que un líder sindical afirme -refiriéndose al derecho a decidir y en la prensa nacionalista: hay que quedar bien, supongo- que "se debe forzar la legalidad"? ¿No es un despropósito que el mismo líder sindical -refiriéndose esta vez la semana de huelga insinuada por Oriol Junqueras- sostenga que "no está en la agenda, pero eso no quiere decir que no pueda ocurrir en un momento determinado"? Otro despropósito: el editorial -reseñado por CRÓNICA GLOBAL- de uno de los órganos de expresión de UGT Cataluña -perdón: UGT Catalunya- en donde se habla de la independencia como "proyecto colectivo" de "presente y futuro" que produce "alegría", "gozo", "dignidad", "orgullo", "esperanza", "aplauso". ¡Qué fuerte!, por decirlo coloquialmente. Tirando del hilo: ¿Qué sentido tiene que unos sindicatos internacionalistas y de clase -lo mismo puede decirse de la izquierda- deseen participar en el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir? ¿La renovación de la izquierda y el sindicalismo se consigue apostando por un nacionalismo averiado y de todo a cien -populista, sentimentaloide y de bajo vuelo- que pone en peligro la convivencia, nos distrae de los problemas reales, amenaza con el incumplimiento de la ley y cuestiona el Estado de derecho?
Una última pregunta. De hecho, la pregunta: ¿Por qué en Cataluña la izquierda -una parte de ella, por mejor decir- y el sindicalismo comulgan e impulsan determinados postulados del credo nacionalista? Primera hipótesis: temor a manifestar lo contrario a lo establecido por el pensamiento único nacionalista dominante. Segunda hipótesis: hay que agradar a determinados oídos no sea que piensen mal de nosotros. Tercera hipótesis: seguidismo y oportunismo políticos por lo que pueda suceder. Cuarta hipótesis: obtención de determinados ventajas de índole diversa en el supuesto de que el proceso secesionista tuviera éxito. ¿Qué hipótesis? Probablemente -cosa que ocurre desde hace tiempo-, una combinación de las cuatro. Y el caso es que los ciudadanos catalanes se merecen una izquierda y un sindicalismo que huyan -propuestas, lenguaje, acciones- de los intereses, la teología y las obsesiones nacionalistas.