Pensamiento

CiU, producto caducado

14 octubre, 2013 11:14

En la federación nacionalista las aguas bajan revueltas. Nos contó nuestro compañero Alfons Quintà, que el domingo día 6 se realizó con discreción una reunión de altos responsables de CDC para analizar la situación, cada día más crítica a tenor de las encuestas y de los recortes que debilitan y desgastan al Gobierno autonómico. En la cumbre, se encontró al culpable: Josep Antoni Duran i Lleida. Literalmente, Quintà afirma, citando fuentes conocedoras de la reunión, que fue criminalizado.

No es la primera vez. Desde los púlpitos mediáticos, la red de opinadores y columnistas cercanos a CDC han despellejado a Duran y lo han señalado como el culpable de todos los males. El planteamiento de la "tercera vía" ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los convergentes. Ahora, su objetivo es hacer caer a Duran, forzarle a abandonar la escena política. Para ello se agarran, como cuenta Quintà, a que Unió sin Duran se disolverá como un azucarillo en CDC.

En Unió son conscientes de la situación [cercana a la ruptura con CDC] y están preparándose para una contienda que se augura "muy sangrante y con malas maneras"

Esta es una cara de la moneda. ¿Y la otra? ¿Qué se mueve en UDC? "Convergència i Unió tiene fecha de caducidad". Así de lacónico se expresó un dirigente democristiano cuando le preguntaba por el futuro. "Sólo hay que esperar a saber cuándo nos echarán", añade para remarcar que "no tenemos ninguna intención de irnos. Nos tendrán que echar. Ellos son los que han cambiado y nos están echando en manos de ERC". Conclusión: en Unió son conscientes de la situación y están preparándose para una contienda que se augura "muy sangrante y con malas maneras".

El núcleo duro de Unió lleva meses trabajando en esta hipotética ruptura. Saben que llegará tarde o temprano y no tienen intención de dejar nada al azar. En estos días, se están celebrando las asambleas que son la antesala del proceso congresual. "Estamos ganando diez a cero", visualiza un dirigente cercano al líder democristiano. No se da puntada sin hilo y ante la presión de CDC se está hablando con todos los cargos orgánicos del partido. En el Congreso de los Diputados y el Senado no se esperan bajas en UDC. Al contrario que en Parlamento autonómico. En esta Cámara, los democristianos tienen catorce diputados. La desconfianza es manifiesta con la presidenta del Parlamento autonómico, Núria de Gispert, porque "ésta nunca ha sido de Unió". Con el resto de diputados autonómicos alguna incógnita pero "la práctica totalidad seguirá con la dirección, incluidos los consejeros", apuntan fuentes del partido.

El núcleo duro también tiene una preocupación. Su líder está "quemado" y en más de una ocasión se ha visto tentado a tirar la toalla. Sin embargo, "no lo hará porque sabe que él es fundamental para que Unió siga en primera línea; le estamos convenciendo". Justo el camino contrario por el que transita CDC. Echar a Duran es fundamental para evitar que Unió siga siendo un problema.

A la vista de estos movimientos, el producto CiU es un producto caducado. Si CiU está en sus horas más bajas a la vista de las encuestas, la ruptura provocará una explosión que la hará saltar en pedazos. En Unió cuentan que su fuerza crecerá ante el pasmo que tienen muchos votantes nacionalistas. La próxima batalla, las europeas. CDC quiere evitar la sangría aliándose con ERC. Los de ERC, de momento, no están mucho por la labor y no parecen estar dispuestos a darles un salvavidas. Unió tampoco está por la labor. Es más, los democristianos están preparados para dar la batalla. Y puede ser la última.