Cómo desnacionalizar la Cataluña catalana

¿Estará Salvador Illa haciendo mejor las cosas de lo que nos parecía a los españolistas resentidos? Cuando ganó las elecciones, creímos (ilusos de nosotros, ¡como si no conociésemos al PSC!) que iba a proceder a una purga digna de Stalin en los medios de agitación y propaganda del antiguo régimen procesista, que habría ceses de lazis a punta pala y que Peyu sería devuelto a su pueblo de una patada en el trasero, pero no fue así. La cosa siguió como si aquí no hubiese pasado nada: los mismos jefes de informativos, los mismos tertulianos, los mismos humoristas siniestros del Puta Espanya…Como dice el refrán, para ese viaje no hacían falta alforjas. “Hay que tener tranquilos a los del beato Junqueras”, nos decía al oído algún sociata recalcitrante, “que para algo les debemos los sillones”.

El problema de los lazis es que nunca están contentos y todo les parece poco. De ahí que ahora se estén agarrando a una presunta desnacionalización de Cataluña vía TV3 para emprenderla con el gobierno del PSC. Según ellos, la nostra cada vez es menos suya. Un simple cambio de nombre (TV3 y Catalunya Radio unidas en el apelativo 3Cat) ha bastado para sacarlos de quicio. Y también un supuesto incremento del castellano en la programación que el resto de la población no ha detectado por ninguna parte. ¿Cómo es posible que a unos nos parezca que ·CAT luce la misma costra nacionalista de siempre, mientras que otros opinan que el perverso Illa está utilizando la tele y la radio catalanas para sus ladinos objetivos de desnacionalización del paisito? Que alguien me aclare este enigma, por favor.

Mientras algunos, con respecto a este tema, hemos optado, una vez más, por dejar al PSC por imposible, otros lo utilizan para cargar contra él. Si se fijan ustedes, las principales broncas de las últimas semanas en el Parlament han sido a costa del concepto desnacionalizador. Y los primeros espadas (por llamarlos de alguna manera, ya que son, más bien, desechos de tienta) de Junts, como el ponzoñoso Agustí Colomines y el zoquete de Albert Batet, se han puesto las botas a la hora de denunciar las turbias maniobras españolistas del señor Illa (que los demás no vemos por ninguna parte, pues ahí sigue Peyu con su humor antediluviano).

Puestos a elegir un ejemplo de todo lo que, según los indepes, va mal en 3Cat, le ha caído el premio gordo a la pobre Bibiana Ballbé, de la que ahora empiezan a sospechar que tal vez no tenga muchas luces y, además, sea cómplice de los ñordos: su nuevo programa, Bestial, se ha llevado todas las bofetadas posibles por tierra, mar y aire, irritando por igual a políticos, columnistas y tuiteros del universo lazi.

No sé muy bien qué esperaban de la señora Ballbé, que siempre fue algo así como la sonrisa del régimen, una cultureta moderniqui y algo frívola, pero simpática, que ya tuvo algunos programas que no iban muy allá. Elegirla como símbolo de la decadencia nacional de TV3 es de una crueldad innecesaria, sobre todo cuando se contrapone a su Bestial cimas del palurdismo audiovisual como El Foraster o cualquier espacio en el que asomara su jeta de gañán el inefable Peyu. ¿Que Bestial es un sindiós de ji-ji, ja-ja que no lleva a ninguna parte? Probablemente, pero lo que el lazismo considera hitos de TV3 son cosas que a muchos nos provocaban una dentera y una vergüenza ajena considerables, prefiriendo una Bibiana a un Quim Masferrer (y medio Peyu).

Aquí hay alguien que se está equivocando. No puede ser que Salvador Illa esté salvaguardando el espíritu del ancien regime y, al mismo tiempo, desnacionalizando Cataluña a marchas forzadas. Y como no me gusta equivocarme, tengo la impresión de que los de Junts se están agarrando a TV3 como podrían haberse agarrado a cualquier otra cosa, ya que lo importante es chinchar. Y no descarto cierta envidia hacia Illa por haber sido recibido por el Papa, que los convergentes también son muy de misa.