La muñeca de origen catalán que plantó cara a Barbie, Nancy
La muñeca de origen catalán que plantó cara a Barbie: un fenómeno de masas y de coleccionistas
Su estética reflejaba los cambios de la sociedad española y la apertura hacia nuevas modas
Otras noticias: Estas son las profesiones favoritas de los niños catalanes: dos clásicos que nunca fallan
Noticias relacionadas
- El desconocido texto en catalán de García Márquez: cuesta 4.000 euros y se encuentra en un famoso mercado de Barcelona
- Se buscan trabajadores en un pueblo de Barcelona: jornada intensiva de tarde y sueldo de hasta 20.000 euros anuales
- Luis Romaguera, asesor financiero: “La jubilación en España es un sistema obsoleto y en quiebra: la pensión descenderá a 800 euros/mes”
Hay juguetes que forman parte del imaginario colectivo. Uno igual no los ha conocido, pero tienen el nombre en la cabeza: los Madelman, los Juegos Reunidos Geyper, la Barbie y, sí, la Nancy.
La Nancy fue un fenómeno de masas, una supuesta reacción a la mítica muñeca de Mattel, más cañí, algo menos sofisticada y algo más tradicional si cabe. También mucho más alta. Frente a los escasos 29,5 centímetros de Barbie, Nancy alcanzaba los 42. Una demostración de que aquí se apostaba por los juegos a lo grande.
Es de sobra conocido que la muñeca española es de la firma de juguetería más popular de España, Famosa, que, desde Onil (Alicante), lanzó en 1968 esta creación que fascinaría a las niñas españolas. ¿Pero quién fue en realidad su creador?
Por mucho que el proyecto final fuera un trabajo en equipo, alguien pensó en la idea y fue tan buena que la compraron. Detrás de la concepción artística estuvo, en realidad, un catalán. Su nombre: Agustín Juan Alexander, pero todo el mundo lo conocía como Tino Juan.
Quién la creó
Este diseñador catalán nacido en Barcelona en 1924. Se formó en Bellas Artes y antes de entrar al mundo, que era su auténtica vocación, tocó diferentes disciplinas donde tuvo una notable trayectoria. Pero, cuando entró en la juguetería, su creatividad echó a volar.
Fue él quien ideó a Nancy, dotándola de una identidad propia que pronto se ganó el cariño de generaciones de niñas. Él tenía claro que quería una muñeca que no fuese un bebé, sino una niña cercana, con la que las chicas españolas pudieran identificarse. Y así fue.
Cómo era la muñeca
La primera Nancy medía 42 centímetros, tenía un cuerpo articulado y unos ojos que se abrían y cerraban, no como los de Barbie. Su cabello, largo y en la mayoría de ocasiones rubio, era más extenso de lo que inicialmente había previsto el diseñador, pero eso permitía a las niñas jugar a peinarla con los peines y accesorios que la acompañaban.
Sus vestidos reproducían las tendencias de moda de finales de los años sesenta, lo que reforzó su carácter innovador. Todo, en cualquier caso, con ese aire tradicional del franquismo, retratando un estereotipo de feminidad muy marcado: de cuidados, de estilo y un poco de frivolidad.
Nancy clásica
Eran otras épocas. Barbie seguía esta misma tendencia y hasta bien entrado el siglo XXI seguía esta misma línea, pero con un estilo diferente: menos sofisticado, pero más cercano a la vida cotidiana de la infancia española. A través de ella, se jugaba a reproducir escenas del día a día, como ir al colegio, salir de paseo o vestirse para una fiesta.
El éxito fue inmediato y masivo. Durante la década de 1970, Nancy se convirtió en la muñeca más vendida en España. Sus vestidos, complementos, casas y vehículos ampliaban las posibilidades de juego, y muchas niñas soñaban con tener no solo la muñeca, sino también todo su universo.
Los años de gloria
Los años 70 fueron la etapa dorada de la muñeca. Se lanzaron modelos muy variados: Nancy colegiala, Nancy deportista, Nancy vestida de gala. Su estética reflejaba los cambios de la sociedad española y la apertura hacia nuevas modas.
En los años 80, con la aparición de nuevos competidores, la muñeca se adaptó a la moda juvenil de la época. Sus conjuntos eran más atrevidos y su imagen evolucionó, aunque nunca perdió su carácter de compañera de juegos.
La nueva Nancy
Nancy hacía a las niñas de España, crecía con ellas y pasaba a la Historia. Sin embargo, la expansión internacional de Barbie fue desplazando a Nancy, que perdió terreno durante los noventa.
Aun así, nunca desapareció. En 2007, con motivo de su 40 aniversario, Famosa relanzó una edición conmemorativa que reproducía sus modelos clásicos. La muñeca regresó al mercado con dos líneas principales: la Nancy de colección, dirigida a adultos y coleccionistas, y la Nancy moderna, pensada para las nuevas generaciones. Aun así, nunca han recuperado el éxito de antaño.
Una muñeca Nancy actual
La prueba es que a día de hoy, las primeras ediciones de Nancy son muy valoradas en el mercado de segunda mano. Los modelos originales de finales de los 60 y de los 70 alcanzan cifras elevadas en ferias y plataformas especializadas.
Los detalles como el tipo de pelo, los ojos o los vestidos en buen estado marcan la diferencia entre una muñeca corriente y una pieza de coleccionista. Lo saben las comunidades activas de fans y coleccionistas que todavía existen e intercambian, restauran y exponen muñecas Nancy. Un éxito de Tino Juan.
Más allá de Nancy: otros inventos de Tino Juan
El catalán nunca hizo nada igual. Pasó a la historia gracias a Nancy, pero su creatividad no nace ni muere con esta muñeca. El diseñador fue también el autor de “Superpet”, una peculiar mascota con superpoderes que se popularizó entre los más pequeños.
Asimismo, ideó la colección educativa “Conoce tu país”, que tenía como objetivo despertar en los niños el interés por la geografía, la historia y la cultura de España mediante juguetes pedagógicos. Algunos de ellos traspasaron las fronteras nacionales y tuvieron impacto en otros países. Tanto es así que museos y exposiciones siguen recordando su legado, donde la Nancy ocupa un lugar destacado. Como también lo tiene en el corazón de muchas niñas y mujeres españolas.