Personas mirando el escaparate de la inmobiliaria / EFE

Personas mirando el escaparate de la inmobiliaria / EFE

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Eric Sanz, economista: “Nuestros padres con 30 años tenían un piso, para nosotros es imposible”

La raíz del problema no solo está en los bajos salarios, sino en que los ingresos no crecen al mismo ritmo que los precios de los bienes esenciales

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Llegar a fin de mes se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la población actual. Tal como señala Eric Sanz, el podcast La Fórmula del Éxito, "el problema real de la gente es llegar a final de mes, ver que no se te escapa la vida entre los dedos".

Esta situación se refleja en la dificultad cotidiana de hacer frente a los numerosos gastos básicos como llenar el carrito de la compra, pagar el alquiler o cubrir las facturas básicas. La raíz del problema no solo está en los bajos salarios, sino en que los ingresos no crecen al mismo ritmo que los precios de los bienes esenciales: "Si nuestros sueldos no suben al ritmo en el que sube lo que necesitas para comprar ese carrito de la compra para vivir, para pagar tu alquiler, para pagar tus facturas, ahí es donde está el problema", asegura.

Este fenómeno tiene un origen claro: la pérdida de valor del dinero causada por la inflación. La inflación actúa como un impuesto silencioso que reduce el poder adquisitivo de las personas sin que estas lo perciban de forma inmediata.

Sanz lo resume con contundencia: "No somos conscientes de que nuestro dinero va perdiendo valor". Aunque alguien tenga ahorrado 10.000 €, la realidad es que dentro de una década esa misma cantidad servirá para comprar mucho menos, quizá la mitad de lo que hoy permite adquirir. Este proceso desgasta lentamente el bienestar económico y obliga a las familias a replantearse constantemente su manera de gastar, ahorrar e invertir.

El acceso a la vivienda es casi imposible

Otro de los grandes desafíos de la generación actual es el acceso a la vivienda. Como venimos contando hace días, esta es la mayor preocupación de los catalanes. Un problema que está relacionado con el aumento de los precios de la vivienda y la escasez de oferta, lo que dificulta el acceso a una vivienda digna.

Mientras que nuestros padres o abuelos podían adquirir un piso antes de los 30 años, hoy en día este escenario resulta casi imposible. "Nuestros padres o los padres de nuestros padres con 30 años probablemente tenían un piso, para nosotros es imposible que accedamos a eso", subraya Sanz.

Comprar una vivienda requiere actualmente entre 10 y 15 salarios anuales, y quienes lo logran suelen quedar hipotecados durante 30 años. Este cambio no solo es un obstáculo económico, sino también social y cultural: por primera vez, se percibe “una generación que será menos rica que la anterior”.

La educación financiera no interesa a los líderes

La falta de educación financiera agrava todos estos problemas. Gran parte de la población desconoce cómo funcionan los tipos de interés, cuánto se paga realmente de intereses en una hipoteca o incluso cómo interpretar adecuadamente una nómina.

Esta ignorancia no es casual, según Sanz: "No interesa a los gobiernos... que la gente sepa qué es lo que está pasando en el mundo". El resultado es una sociedad más influenciable, dependiente y, en sus palabras, "más esclava". Cuanto menos se comprende el sistema financiero, más fácil resulta para las élites políticas y económicas manipular las condiciones a su favor.

En definitiva, el economista y experto financiero pone de manifiesto un escenario preocupante: la dificultad creciente de cubrir las necesidades básicas debido a la inflación, la imposibilidad de acceder a una vivienda en condiciones dignas, la pérdida de riqueza intergeneracional, el riesgo de un mayor control gubernamental a través del dinero digital y la fragilidad que supone la falta de educación financiera.

Todo esto compone un círculo vicioso en el que la libertad individual y la prosperidad económica se ven cada vez más amenazadas. Romper con este ciclo requiere no solo políticas más justas, sino también un esfuerzo consciente por parte de los ciudadanos para formarse, cuestionar el sistema y buscar alternativas que les permitan recuperar el control sobre su presente y su futuro.