Mercat de pagés de la Sagrera
Barcelona ordena los mercadillos itinerantes: los payeses reclaman mayor consideración
La Coordinadora de Mercats del Pagés pide que sean reconocidos como una categoría diferenciada de otros mercadillos, atendiendo a sus características propias, como la estacionalidad y la logística de transporte, entre otros factores
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Representantes de los mercats de pagés se reunirán con el Ayuntamiento de Barcelona el próximo 2 de septiembre para debatir la futura ordenanza sobre la venta no sedentaria. Los agricultores reclaman un trato diferenciado por las particularidades de su actividad, marcada por la estacionalidad, las temporadas de venta y su labor en el campo.
Esta situación se produce debido a que las licencias para instalar paradas en la vía pública --ya sean de payeses, mercadillos o de segunda mano-- vencerán en octubre. El consistorio deberá aprobar pronto una nueva ordenanza que regule esta actividad.
Prudencia
La Coordinadora de mercats de pagès -que agrupa a más de 60 productores y agricultores-- pide que el órgano municipal aguarde a la ley que prepara la Generalitat sobre mercados campesinos o, si decide avanzar, que al menos los diferencie en la nueva normativa.
También recuerda que el Ayuntamiento de Barcelona ha tenido quince años para ordenar este tipo de venta, por lo que consideran razonable esperar a la nueva ley.
Vencimiento del plazo
La ordenanza actual sigue la Ley de Comercio, Servicios y Ferias de 2017, el decreto de 2015 y la Ley catalana de medidas fiscales de 2010, que exigen a los ayuntamientos regular la venta no sedentaria y otorgar licencias con una duración de 15 años.
En municipios sin normativa específica, esta venta no está permitida en espacios públicos. La mayoría de localidades ya se han adaptado, pero Barcelona aún no. Las licencias otorgadas en 2010 se renovaron automáticamente hasta octubre de este año, por lo que los permisos de muchos mercados caducan entonces.
Una paradista en un mercadillo de Barcelona
Adaptación
Desde el ayuntamiento sostienen que ahora "están trabajando en la elaboración de una nueva ordenanza" y recuerda que en Barcelona "los mercados callejeros se autorizan desde los distritos, teniendo en cuenta la oferta comercial y las necesidades de cada territorio y con criterios de ciudad".
Las fuentes municipales, además, señalan que en "la mayoría de casos, los distritos optan por la continuidad de las ferias y mercados callejeros actuales, requiriéndoles que se adapten a los nuevos requisitos legales".
El caso de Eixample
A mediados de julio, el distrito del Eixample lanzó una resolución que pone en riesgo la continuidad de los mercadillos de los payeses en el barrio, al proponer una “suma de paradas”, lo que obligaría a que cada paradista --sea productor o agricultor-- gestione una licencia individual.
La coordinadora califica esta medida de “absurda”, ya que siempre se han tramitado licencias colectivas y muchos de estos productores solo participan de forma interrumpida, dependiendo de la temporada de sus productos.
"Esto no tiene base legal. Si se realiza una ocupación de la vía pública, debe contarse con una licencia colectiva y un plano aprobado por el Ayuntamiento; no se puede simplemente colocarse en medio de la calle. Además, aplicar la normativa general de comerciantes a los agricultores genera dificultades. A los comerciantes se les exige mantener la parada durante quince años, mientras que algunos agricultores solo venden sus productos durante unas semanas, como las cerezas, o unos meses, como ocurre con los cítricos", defiende Xavier Montagut, portavoz del gremio que acoge ocho mercadillos en la ciudad.
Otros barrios
La resolución de Eixample establece que la medida entrará en vigor en octubre, mientras que en otros distritos se han anunciado cambios aún sin concretar, aseguran desde la coordinadora.
Ante esta incertidumbre, el grupo asegura que continuarán vendiendo en el mes de septiembre, pero desconocen qué ocurrirá a partir de octubre.
Aminorar la competencia
Por otra parte, consideran que la postura del Eixample podría estar vinculada a la promoción de sus propios mercados municipales, por lo que no descartan que este nuevo modelo --de aplicarse-- reduzca la competencia o la limite.
"El supuesto nuevo funcionamiento dejaría a los mercados de payés sin dinamización y sin criterios de participación, además de imposibilitar su crecimiento con la participación de nuevas productoras y de vetar el acceso a los productores de temporada", denuncia la coordinadora en un reciente comunicado .
Fuentes del gremio señalan que cumplir la medida será complicado debido a los plazos, las contradicciones y la falta de coherencia de la normativa. Por ello, han llevado el caso al Ayuntamiento de Barcelona, que, según aseguran, les ha dado la razón. De cualquier forma, el próximo 2 de septiembre esperan aclarar la situación.
Mercado de proximidad
La coordinadora demanda la continuidad de un permiso colectivo que se aplique con flexibilidad y que se espere a la nueva ley de la Generalitat.
"Esperamos esta normativa porque se está haciendo desde Agricultura y tiene en cuenta los problemas de los pequeños agricultores. La producción no se puede poner en juego porque un ayuntamiento no haya sacado una normativa. Confiamos en que esta situación no llegue a producirse. Los mercados llevan 9, 10, 11 años y seguirán existiendo, la gente los quiere, los productores los quieren, van bien. Es comercio de proximidad", aseguran las fuentes consultadas.
Asimismo, destacan que dan prioridad a los productos ecológicos. Cada mercado cuenta con un número limitado de productores, porque no hay suficiente demanda para todos. Por eso, buscan que los productos sean ecológicos y provengan directamente del agricultor, evitando la reventa.