Javier López Zafra (L'Oréal) y Miguel Ángel Feito (OCU)

Javier López Zafra (L'Oréal) y Miguel Ángel Feito (OCU)

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L'Oréal y la OCU, en el foco por una supuesta campaña coordinada contra Isdin

Documentos internos revelan años de colaboración entre la multinacional francesa y la organización de consumidores para erosionar la reputación del laboratorio español líder en fotoprotección

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Una sucesión de hechos aparentemente aislados ha acabado destapando una supuesta ofensiva coordinada de L'Oréal, gigante global de la cosmética, y la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) contra el laboratorio español Isdin, líder del mercado de fotoprotección en España. Así lo acreditan diversos documentos internos y comunicaciones reveladas recientemente por Crónica Global y otros medios.

El conflicto entre ambas compañías se remonta a 2018, cuando L’Oréal, liderada en el mundo por Nicolas Hieronimus, denunció a Isdin ante Autocontrol --organismo de autorregulación publicitaria-- alegando que uno de sus protectores solares ofrecía menos eficacia de la anunciada. La reclamación fue desestimada, pero dejó al descubierto la presencia de L'Oréal en el organismo, donde su secretario general en España, Javier López Zafra, ocupa además la vicepresidencia.

Miguel Ángel Feito, presidente de la OCU; Ileana Izverniceanu, y Javier López Zafra (L'Oréal)

Miguel Ángel Feito, presidente de la OCU; Ileana Izverniceanu, y Javier López Zafra (L'Oréal) FOTOMONTAJE CG

Críticas constantes

En paralelo, la OCU --presidida por Miguel Ángel Feito-- lanzó en 2019 una campaña crítica contra otro producto de Isdin, que fue replicada por asociaciones de consumidores en distintos países europeos. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) tuvo que intervenir y emitir un comunicado en defensa de la seguridad de los productos de la marca catalana.

Desde entonces, la OCU ha continuado señalando de forma reiterada a Isdin en sus comparativas anuales sobre fotoprotectores, intensificando sus críticas en 2024 y 2025. Como respuesta, Isdin ha interpuesto una demanda por competencia desleal, en la que denuncia falta de rigor científico y sesgo en las evaluaciones de la OCU. Según fuentes judiciales, el juzgado habría prohibido provisionalmente a la OCU mencionar productos de Isdin en sus publicaciones mientras se resuelve el litigio.

Alcance internacional

Lo que parecía una mera coincidencia en los ataques de L'Oréal y la OCU ha sido desmontado por las revelaciones de EscudoDigital y Crónica Global en junio de 2025. Estos medios publicaron correos intercambiados desde 2019 entre responsables legales de ambas entidades que demostrarían un acuerdo tácito para dañar la reputación de Isdin.

Según estos documentos, la multinacional francesa habría ofrecido a la OCU información y apoyo para campañas contra el laboratorio español. Las acciones contra Isdin habrían tenido, además, una dimensión internacional. En Francia, Pierre Fabre también emprendió acciones legales contra Isdin en 2020.

Exterior de una sede corporativa de L'Oréal en Francia

Exterior de una sede corporativa de L'Oréal en Francia Europa Press

Presiones en México

En México, según El Confidencial, la firma francesa habría presionado al Gobierno para intentar retirar productos del laboratorio español, sin éxito. Y en Perú, la desaparición de Isdin de varias cadenas de farmacias generó alertas entre los consumidores y protestas en redes sociales.

El caso abre un debate profundo sobre los límites de la competencia comercial, el papel de las organizaciones de consumidores y la transparencia exigible a las grandes corporaciones globales. Frente a la maquinaria de comunicación e influencia de L'Oréal, Isdin ha conseguido hasta el momento mantenerse en pie, con el respaldo de resoluciones judiciales y organismos oficiales.

Las prácticas de L'Oréal

El periodista Carlos Díaz Güell escribió hace años un libro, L'Oréal: Le Roi c’est Moi, denunciando cómo el gigante francés de la cosmética ha construido su hegemonía global en el sector mediante prácticas de presión institucional, influencia regulatoria y campañas indirectas de descrédito contra competidores emergentes como la que está sufriendo Isdin.

Según el autor, L'Oréal no solo domina el mercado a través de su tamaño y capacidad de liderazgo, sino que actúa como un poder fáctico, utilizando a organismos como asociaciones de consumidores o entes de autorregulación para erosionar la reputación de rivales sin exponerse directamente.

Las denuncias de Facua

Esta estrategia, revestida de aparente legitimidad, revela un modelo de competencia desleal sistematizada y cuidadosamente orquestada.

Facua-Consumidores en Acción, una de las principales asociaciones de consumidores sin ánimo de lucro en España, ha denunciado en múltiples ocasiones a la OCU por operar bajo un modelo comercial encubierto que, a juicio de esta organización, vulnera la legislación vigente sobre asociaciones de consumidores y compromete gravemente su independencia.

Según Facua, la OCU no es una entidad estrictamente cívica o sin fines de lucro, sino que forma parte de un entramado empresarial europeo con sede en Bruselas: el grupo Euroconsumers, bajo el liderazgo europeo de Antonio Balhanas, integra a entidades como Test-Achats (Bélgica), Altroconsumo (Italia), Deco Proteste (Portugal) y Proteste (Brasil).

Este consorcio internacional funciona como un bloque de presión coordinado, que a menudo utiliza el lenguaje y apariencia de defensa del consumidor para desarrollar actividades con objetivos claramente comerciales. Entre las malas prácticas atribuidas a la OCU, Facua destaca las siguientes:

-Firma de convenios con ánimo de lucro: hasta 47 acuerdos comerciales firmados entre 2018 y 2023 están siendo investigados por el Ministerio de Consumo, a raíz de una denuncia de Facua. Estos acuerdos permitirían a la OCU cobrar comisiones por promocionar servicios como kits solares, cursos de idiomas o tarifas eléctricas, vulnerando la neutralidad que se le presupone como asociación de defensa del consumidor.

-Publicidad encubierta a cambio de comisiones: la OCU ha promocionado productos y servicios de empresas como Robinsun (kits solares) o Vaughan (idiomas), cobrando comisiones por alumno o unidad vendida. Esta actividad comercial quedaría camuflada como recomendación objetiva, cuando en realidad tendría un componente económico directo.

-Subastas de energía opacas: en sus campañas de "subastas colectivas", la OCU habría actuado como intermediario comercial cobrando comisiones a las empresas energéticas por cada cliente captado. Uno de los casos más sonados fue el de Octopus Energy, con pago a la OCU cerca de 440.000 euros en 2023 a cambio de 24.000 clientes, sin que los consumidores fuesen plenamente informados de la relación contractual existente entre ambas entidades.

-Falta de transparencia en los estudios comparativos: la OCU ha sido acusada de utilizar metodologías poco rigurosas y sesgadas en sus informes comparativos, como ocurrió en el caso de los protectores solares de Isdin, lo que derivó en una demanda judicial por competencia desleal. La Agencia Española de Medicamentos (Aemps) tuvo que emitir un comunicado en 2019 para desmentir la información difundida por la OCU y defender la calidad de los productos.

-Omisión de información en el Registro de Asociaciones: la OCU no habría comunicado en su totalidad los convenios suscritos con empresas a las autoridades competentes, incumpliendo así las exigencias legales sobre transparencia y publicidad de las entidades de consumidores.

-Incumplimientos en acciones colectivas: en algunas campañas de reclamaciones internacionales, como la impulsada tras el escándalo del dieselgate, Facua ha denunciado que la OCU prometía compensaciones monetarias a los afectados que finalmente se sustituyeron por suscripciones a revistas internas o descuentos, sin cumplir con lo ofertado inicialmente.

En conjunto, Facua considera que la OCU podría haber cruzado la línea crítica al actuar como comisionista de grandes compañías mientras se presenta como defensor imparcial del consumidor. Reclama que se establezcan mecanismos más estrictos de control, fiscalización y separación entre actividades comerciales y representativas, para evitar que organizaciones supuestamente cívicas se conviertan en plataformas de negocio disfrazadas de activismo ciudadano.

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Solicitud OCU Ley Orgánica 2/1984 Rectificación:

 

"OCU no ha llevado a cabo ninguna acción en concertación con L’Oreal o con ninguna entidad contra ISDIN.  OCU, de forma regular, en el marco del International Consumer Research & Testing (ICRT) realiza análisis de fotoprotectores solares para proporcionar información a los consumidores.  OCU no tiene ánimo de lucro de acuerdo a sus estatutos y está inscrita en el Registro de Asociaciones de Consumidores y Usuarios.”