Sergio Rodríguez, inversor inmobiliario / Excellence Real Estate Circle

Sergio Rodríguez, inversor inmobiliario / Excellence Real Estate Circle

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Sergio, inversor inmobiliario, sobre la nueva Ley de Vivienda: “Estamos a un paso de que nos prohíban comprar viviendas”

Sergio señala que en Cataluña se lo están tomando muy en serio y que parece haber incluso informes jurídicos que avalan esta postura

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Cataluña se ha convertido en el centro de un intenso debate inmobiliario tras ser la primera comunidad en España en aplicar el tope a los precios del alquiler previsto en la Ley Estatal de Vivienda de 2023.

El foco de esta discusión es la posible introducción del llamado “modelo Ámsterdam,” una medida diseñada para evitar que compren viviendas aquellas personas cuya finalidad principal sea la inversión.

El contexto de este debate es una profunda crisis de vivienda en Cataluña, caracterizada por una grave escasez de oferta, especialmente de alquiler, y un desequilibrio masivo entre la oferta y la demanda.

Los precios elevados dificultan el acceso a la vivienda, afectando principalmente a jóvenes y trabajadores, con Barcelona y sus alrededores como el epicentro del problema.

A pesar de los aumentos en la construcción, el déficit acumulado no se cubre, y las tensiones persisten debido a la falta de suelo, los trámites burocráticos y la incertidumbre que afecta a los propietarios.

Para el inversor inmobiliario Sergio, la situación es crítica. En esta línea, advierte que se acerca “la peor crisis inmobiliaria vista hasta ahora”. El experto afirma que el sector está “a un paso de que nos prohíban comprar viviendas”.

Ante esta propuesta que está estudiando el Gobierno de Illa, el inversor inmobiliario subraya que se ha generado un "discurso de odio contra todo el ecosistema inmobiliario", al punto que, según él, ya no saben por dónde atacarlo.

Aunque la información sobre los detalles de la prohibición es escasa, Sergio señala que en Cataluña se lo están tomando muy en serio y que parece haber incluso informes jurídicos que avalan esta postura. Lo poco que se sabe sugiere que no se podría comprar vivienda a menos que fuera para vivir en ella, posiblemente de forma temporal y limitada a zonas tensionadas.

Sin embargo, Sergio subraya contradicciones notables. Mientras se restringe la inversión individual, sí se aceptarían las compras de segundas viviendas o de propiedades destinadas a familiares.

Lo que más le llama la atención es que, al mismo tiempo, "sí se podrían comprar edificios enteros". Sergio critica la incoherencia de este planteamiento: "¿Cómo puedes prohibir comprar si no es para vivir y dejes comprar un edificio? es que eso no tiene ningún sentido en absoluto".

El inversor defiende el papel de su sector, argumentando que el objetivo de quienes compran, reforma y venden, o compran y ponen en alquiler, es que se pueda vivir en esas propiedades.

Para Sergio, prohibir esta actividad elimina la "última oportunidad" que queda para incorporar más vivienda de alquiler en el mercado. Reitera su advertencia, asegurando que el sector se encuentra "a un paso de una catástrofe absoluta," y cuestiona si, de aprobarse la medida, "¿Se hundiría todo?".