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La vivienda es la principal preocupación de los catalanes y de todos los ciudadanos de España. Acceder a una vivienda como bien sabemos es uno de los derechos fundamentales de la Constitución Española, sin embargo, no todos tienen acceso a ella debido a los precios del mercado inmobiliario.

Concretamente, Cataluña es una de las comunidades autónomas donde el precio de la vivienda es de los más elevados de España. Si echamos la vista atrás, hay en varias comunidades donde estos han duplicado las cifras en la última década.

Según los últimos datos del portal inmobiliario Idealista, el precio del alquiler en España alcanza los 14,5 euros por metro cuadrado, lo que representa un aumento del 10% más que el año anterior.

Concretamente, en Cataluña es la segunda comunidad más cara, con 19,1 euros por metro cuadrado, solo por detrás de Madrid, donde el precio asciende a 21,1 euros por metro cuadrado.

Además, Barcelona “se encuentra en el top 4 de las capitales de provincia con los precios unitarios más altos de compraventa”.

Según David Moure, Personal Shopper Inmobiliario (PIS), el mercado inmobiliario está sufriendo una crisis estructural debido a la poca oferta de vivienda y a la elevada demanda. Por esta razón, asegura, “los precios de las viviendas han subido un 15% más que el mismo periodo del año anterior (2024) y un 1,5% más que el mes anterior”.

Esto supone que, en las ciudades más caras de España, como las Islas Baleares, donde el precio del metro cuadrado se ubica en 5.000 euros, y en San Sebastián, alcanza los 6.300 euros, la persona que quiera comprarse “un piso de 100 metros cuadrados tiene que pagar 6.300 euros, una barbaridad”.

El desequilibrio entre oferta y demanda se acentúa en toda España. La demanda relativa en compraventa ha subido un 1,07, con una media de 4,68 leads por anuncio, lo que representa un aumento del 25% respecto al año pasado.

Esto se suma a que el stock inmobiliario (viviendas en venta del total) ha caído al 3,17%, cifra inferior al 3,56% del año anterior, lo que consolida la situación de menos oferta y más demanda.

Ante esta situación, las leyes de zonas tensionadas se mantienen vigentes en la comunidad y deben asumirse. Cataluña también está pendiente de regulación para el alquiler por habitaciones, buscando que la suma total de las rentas de las habitaciones no supere el índice de precios.