Barcelona recupera una librería histórica en el casco antiguo, la Llibrería Sant Jordi
Barcelona recupera una librería histórica en el casco antiguo: "La ciudadanía lo ha conseguido"
El local reabre con un nuevo espacio gastronómico con platos y productos 100% catalanes
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“Siempre luchas para que sea posible, pero hubo un momento en que parecía insalvable, una batalla perdida”. Con estas palabras Cristina Riera recuerda cómo hace un año daba por imposible recuperar una de las librerías históricas más queridas de Barcelona.
El fallecimiento de Josep Morales, antiguo propietario de la Llibrería Sant Jordi, dejó el negocio huérfano y a merced de la especulación inmobiliaria.
Riera, compañera de Morales, removió cielo y tierra para que alguien se hiciera cargo. Pero en febrero de 2025 tuvo que echar el cierre. Aun así, siguió con su batalla. Y, curiosamente, llegó Sant Jordi.
A pesar de que el 23 de abril estuvieron con las persianas bajadas, algo empezaba a gestarse. Casi sin fuerzas, harta de no encontrar a quien quisiera asumir el local, apareció Rafa Serra, uno de los rescatadores de librerías más importantes de la ciudad.
Una nueva vida
El fundador de Temps d'Oci, amante de Barcelona, decidió darle una nueva vida a la Sant Jordi. Cuenta con la experiencia que le dio la resurrección del Espai Quera, la librería más antigua de Barcelona, que sigue abierta gracias a su intervención.
Si para aquella no contaron con ayudas, para la librería Sant Jordi Serra sí dispuso de dos grandes aliados: las subvenciones del Ayuntamiento de Barcelona y la masiva movilización ciudadana y mediática.
Fachada de la Lliberia Sant Jordi
Los problemas de la Sant Jordi
Ahora, “este local tiene tres problemas: la librería, el escaparate y la fachada están protegidas. Por tanto, si conseguir realizar una actividad complementaria en un local pequeño es complicado, aquí hay que multiplicarlo por cuatro”, explica a Crónica Global.
“Dependíamos de muchos departamentos”, señala, pero aun así lo han logrado. Este 10 de diciembre, el local del número 41 de la calle Ferran volvía a abrir la persiana. Renovado.
Las reformas
“Hemos climatizado el local, hemos cambiado toda la instalación eléctrica y hemos montado detrás la cocina, conservando el resto”, repasa. Pero la esencia se mantiene. Cuando uno entra, no ve cambio alguno. Está como la original. Pero detrás hay una sorpresa.
Como muchas otras librerías de la ciudad, la librería Sant Jordi cuenta ahora con una zona de degustación regentada, ni más ni menos, que por Judit Giménez, responsable de la Bodega La Palma, del Bellafila y del espacio gastronómico del Espai Quera.
Espacio gastronómico de la Llibreria Sant Jordi
Nuevo espacio gastronómico
Ella y Rafa han creado un espacio íntimo que combina la estructura original de la rebotica con un banco, cuatro mesas y varias sillas, donde sentarse a degustar un buen vino y unas tapitas. “Todo catalán”, subraya Giménez.
La cocinera ha elaborado una carta de “platos frescos, picoteo” y poco más para disfrutar de este espacio recuperado. “Una carta muy reducida”, según la catalana, pero con comida de calidad.
Una carta 100% catalana
“Puedes hacerte un vinito con un quesito, un buen embutido de Vic, una ensaladita con ventresca, una mojama, jamón…”, adelanta. “Y luego hay una quinta gama de plato catalán: una patita de pollo a la catalana, un fricandó, una carrillera… y para el frío, una sopa de cebolla, por ejemplo”, continúa.
El objetivo es claro: convertir esta librería en un espacio para los barceloneses, no solo para los turistas. Un lugar donde puedan entrar a mirar libros o sentarse a tomar un vino en un entorno reservado a la cultura.
Vinos en la Llibrería Sant Jordi
Serra ha heredado el fondo bibliográfico de 2.500 libros dedicados a fotografía, diseño y arquitectura, y le ha sumado novedades literarias y clásicos. Algo que ya se nota.
El 10 de diciembre, en las estanterías de la Sant Jordi, además de los libros de gran formato, en las mesas había espacio para ejemplares de Simone Weil, Mercè Rodoreda, Clara Serra, Virginia Woolf y Carlota Gurt, entre otros.
Más allá de libros y tapas
Y habrá más. Serra pidió la licencia de Cultura y Vida al Ayuntamiento de Barcelona para organizar actividades culturales. Esto le obliga a realizar 40 actividades durante todo el año, casi una por semana, como le recordaba Jaume Clotet durante la inauguración.
“Ya hay una programación hecha, que empezará en enero”, adelanta a Crónica Global Rafa Serra. Ahora toca disfrutar y atraer al cliente. “Ahora es el suflé y de aquí a unos meses llegará la vida real”, reconoce Serra.
Libros a la venta
Expectativas
Las expectativas son optimistas, pero también realistas. “Lo hicimos con el Espai Quera, que fue más complicado, porque la cogimos durante el Covid, y ahora es un espacio sostenible sin apoyos públicos. Espero y deseo que aquí sea más fácil”, señala.
Si uno debe juzgar por la inauguración, no cabe duda de que la Sant Jordi ha vuelto a la vida. “La ciudad lo ha hecho posible”, celebra agradecida Riera. Ahora solo queda cuidarla y mantenerla. Espacios como estos quedan muy pocos en Ciutat Vella.