Lluis Macià

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Lluis Macià, 3ª generación de frutero, sobre la dura situación en los mercados: “He hipotecado mi vida personal por mi trabajo"

El horario prolongado lleva a los propietarios a renunciar mucho a su vida personal y a dedicar muchas horas de su vida familiar al trabajo

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El sector de los mercados en España abarca más de 1000 mercados y aproximadamente 47.000 paradas, generando entre 140.000 y 150.000 puestos de trabajo cada día. Sin embargo, la continuidad de este negocio requiere un sacrificio considerable por parte de sus propietarios.

Lluis Macià, frutero de tercera generación, sintetiza la dura realidad que enfrentan los propietarios de las paradas en los mercados tradicionales españoles, un sector que, a pesar de las dificultades, sigue siendo un pilar económico y social en el país.

El esfuerzo personal es uno de los mayores desafíos. Son muchos comerciantes los que se levantan a las 3 de la mañana y terminan a las 2 del mediodía, tras una larga jornada.

Este horario prolongado lleva a los propietarios a renunciar mucho a su vida personal y a dedicar muchas horas de su vida familiar al trabajo. “He hipotecado mi vida personal por mi trabajo", afirma Macià que lo hizo "sin darse cuenta" debido a que le gustaba su labor.

Además, el negocio implica una alta carga fiscal, con el pago de muchísimos impuestos al Estado, lo que en ocasiones genera la sensación de estar trabajando para el propio Estado.

Si bien se puede ganar dinero en una parada si se hacen las cosas bien, la gestión diaria presenta obstáculos. El negocio implica una alta carga fiscal, con el pago de muchísimos impuestos al Estado, lo que en ocasiones genera la sensación de estar trabajando para el propio Estado.

Pero, lo más difícil y complicado de gestionar para algunos propietarios es el tema del personal. Esto se debe a la dificultad de encontrar personal cualificado y que tenga ganas de trabajar. Se observa que la gente es poco constante.

Esta dificultad se acentúa porque muchos dueños, aunque manejen equipos grandes como Macià que emplea a 10 personas, originalmente aprendieron sobre su producto (fruta y verdura) y no estudiaron de recursos humanos.

Las transformaciones del mercado y la clientela

El negocio ha cambiado drásticamente debido a la evolución de las prioridades del cliente. Antes, la clientela solía comprar a diario. Ahora, la gente tiene poco tiempo y prefiere venir una vez a la semana si es posible. Asimismo, buscan "mucha cosa preparada" y "todo muy preparado y muy rápido" por facilidad y comodidad.

Por ende, como respuesta, los mercados han incorporado productos listos para consumir que antes se dudaba en vender, como el arroz hervido, además de artículos que han funcionado muy bien como las croquetas, los libritos y los flamenquines.

Por otro lado, el cliente se ha vuelto más especialista, sabe más y entiende más, preocupándose por la cocina y la salud. Esta demanda exige que el vendedor se esfuerce más y esté en continua evolución. La restauración potente en Cataluña y España ha puesto de moda productos exclusivos como los guisantes de lágrima.

A pesar de los desafíos y la preocupación de que el sector se pueda perder, los propietarios se muestran resilientes. La competencia con los supermercados se considera buena, y creen que, al enfocarse en la calidad y la especialización, el mercado tradicional se quedará y puede coexistir con las grandes superficies.