Una mujer critica el servicio de Taxi en Barcelona: "35 minutos desde que llamé y no apareció nadie, tuve que llamar a un cabify"

El sector del taxi cada vez está más deteriorado debido a varios motivos y entre ellos la llegada de los VTC, es decir, los vehículos de transporte con conductor.

Los taxistas denuncian que la falta de control está menoscabando sus condiciones de trabajo y poniendo en riesgo la sostenibilidad de un servicio que consideran de interés público.

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Por otro lado, según recoge Metrópoli Abierta en una conversación con Juan Fernández, taxista, también denuncian las condiciones del sector en lugares como el aeropuerto del Prat, donde asegura que los taxistas trabajan sin servicios básicos: “No hay lavabos decentes, ni lugares donde comer, ni bancos donde sentarte”.

Además, tantos los taxistas como la sociedad critican la escasez de taxis, especialmente en el aeropuerto, el abuso por parte de las aseguradoras y la subida constante de tarifas que consideran insuficiente.

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Una situación que genera varias polémicas entre los usuarios y que se ve agravada por la competencia desleal y la falta de taxis disponibles en determinados horarios y zonas.

La polémica del taxi 

Tanto es así, que en TikTok, una mujer ha relatado lo que ha sufrido con el servicio de Taxis en la ciudad condal. Indignada por la falta de servicio en una parada de taxi, aseguró que después de llamar previamente, el servicio no llegó: “Hace 35 minutos que he llamado y aquí no aparece nadie. ¿Ahora qué tengo que hacer?”, explica.

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Ante la imposibilidad de conseguir un taxi, se vio obligada a llamar un Cabify para poder realizar su viaje.

No fue la única situación que le toco vivir con el servicio de Taxis. En esta ocasión, necesitaba del transporte público para llevar a su abuela al médico y para ello se anticipó a la necesidad, contratando el día anterior un taxi específicamente equipado con una rampa para introducir la silla de ruedas de su abuela.

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Sin embargo, el taxi que había contratado no apareció al día siguiente. Aunque siguió llamando y finalmente le enviaron un taxi, este segundo vehículo llegó con la rampa averiada: "no le funcionaba", argumenta.

Debido a la disfuncionalidad del taxi, la mujer se enfadó y le dijo al taxista que se fuera, pues no podía meter a su abuela en esas condiciones. Como consecuencia, llegó tarde a la cita médica con su abuela.

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Y, por ende, tuvo que llamar de nuevo a un Cabify, cuyo conductor, "pobrecito el hombre," tuvo que ayudarle a meter a su abuela en el coche para poder ir al hospital. Para la vuelta del hospital, la situación se repitió: al llamar un taxi con espacio para la silla de ruedas, no obtuvo respuesta, forzándola a llamar de nuevo a un Cabify para regresar a casa.

La mujer afirmó rotundamente que con el servicio de Cabify "nunca tengo ningún problema, nunca". Tras las malas experiencias, presentó una reclamación, aunque dudó de su utilidad.