Edificio histórico de San Petersburgo.

Edificio histórico de San Petersburgo.

Letra Clásica

Los mejores libros para viajar a San Petersburgo

Una guía de recomendaciones literarias, desde la poesía clásica rusa a estudios de arte, sobre todas las edades históricas de la gran capital imperial de los zares

9 agosto, 2019 00:00

Voy a proponer algunos libros para leer y viajar a San Petersburgo. No son todos los que están, ni están todos los que son, pero trazan un itinerario más que sugerente para visitar la gran ciudad rusa. Si se leen antes de viajar, se seguirán nombres y lugares. Si se leen durante el trayecto, se fijarán las imágenes de la ciudad. Si se leen a la vuelta, recordarán la visita. Y si se releen harán del viajero alguien más sabio. Una figura, como sabemos, con la que se le ha vinculado desde la antigüedad: el que viaja ve y el que ve, reflexiona, y el que reflexiona es diferente (y algo más inteligente) que el que no viaja. Para turistas o para viajeros, aquí va una brevísima lista de libros para retener la experiencia de visitar Píter, como la llaman sus habitantes: la ciudad imperial y revolucionaria.

Petersburgo, Andréi BielyPetersburgo de Andrei Biely (Akal). Esta novela es una de las grandes obras de la narrativa rusa y, según Nabokov, una de las cuatro novelas del siglo XX. En principio, parece contar los acontecimientos históricos que se suceden entre septiembre y octubre de 1905 en la Plaza de Invierno. Sin embargo, son solo el trasfondo o, mejor, el apoyo para mostrar cómo actúan los seres humanos y desarrollan su personalidad en función de los acontecimientos. La acción tiene lugar durante 24 horas. Un revolucionario debe matar a su padre, zarista, poniendo una bomba en su estudio. Asistimos a la duda, la inquietud y los esfuerzos por situarse frente al comienzo de una nueva época. Novela inclasificable (publicada entre 1913-1914) casi simbolista, mística, política, de vanguardia, hace de la ciudad su protagonista principal. Ella es la causante de los acontecimientos, y estos toman forma en función de la ciudad que los contiene. Envidiable la manera en que Biely es capaz de extraer a partir de un contexto urbano un gran derroche de imaginación y ficción. 

Historias de San Petersburgo, GogolHistorias de San Petersburgo de Nikolai Gogol (Alianza). Un clásico que recoge cinco relatos que transcurren en la capital de la Rusia imperial. La avenida Nevski Prospekt, por ejemplo, puede recorrerse mientras se leen fragmentos del cuento, Avenida Nevski: “Porque en San Petersburgo esa avenida lo es todo […] y se convierte en la exposición más notable de todas las mejores producciones humanas”. Publicados entre 1835 y 1842, recogen el estilo literario modélico del autor: detallado, incisivo, psicopedagógico. También su ironía y humor y sobre todo la característica combinación de sátira social, ternura y fantasía de sus obras. Gogol, gran amigo de Pushkin (o quizás al revés) es el único autor, junto con Dostoyevski, que se atrevió a criticar la ciudad imperial antes de la Revolución.

El canto y la ceniza, Anna Ajmátova y Marina TsvetáievaEl canto y la ceniza. Antología poética de Anna Ajmátova y Marina Tsvetáieva (Galaxia Gutenberg). Anna Ajmátova representa en su cuerpo y poesía la transformación de San Petersburgo en Leningrado y el terror de la época. Entre 1922 y 1952 vive en un apartamento compartido en el palacio de Sheremétev. Ella, la autoridad moral más importante de la época, sufre una existencia sin respiro. En las largas colas de visita a la prisión, mientras espera noticias de su hijo y marido, una mujer le pregunta si puede dar cuenta de esa espera, de ese pavor. Los ciclos poéticos de Réquiem y Poema sin héroe son su respuesta. Esta antología, con prólogo de Olvido García Valdés y epílogo de Monika Zgustova, recoge además otros de sus poemas, tan bellos como estremecedores. Merece la pena visitar su apartamento y leer allí alguno: “Apacible fluye el Don apacible./ Amarilla la luna entra en mi casa./ Entra, ladeada la gorra;/ la luna amarilla percibe una sombra./ Esta mujer está enferma,/ esta mujer está sola”. Como escribió su amigo Mandelstam: “los contemporáneos que la oyen son más afortunados que las generaciones futuras”.   

El jinete de bronce de Alexander Pushkin (Hiperión). El último poema narrativo del fundador de la lengua moderna rusa narra la inundación que sufre la ciudad en 1824. El desastre se trenza a la par que la vida de Eugenio, funcionario que pierde a su pareja en la riada y enloquece por la tragedia. Una noche, acude a la estatua del zar Pedro I en la plaza de los Decembristas y le increpa, como responsable de su desgracia. En su locura, cree que “el jinete de bronce” le persigue por la ciudad para castigarle por sus insultos. El poema recoge la expresividad y el realismo del mejor Pushkin, también las dudas y críticas veladas a la política social imperial. De nuevo, la gran protagonista es San Petersburgo, acompañada esta vez por el zar Pedro I. La estatua de bronce del emperador sigue hoy al lado del Neva: “¡Qué ideas en su frente!/ ¡Qué energía/ se oculta en él!/ ¡Qué fuego en su caballo!/ Orgulloso caballo, ¿adónde corres? […] ¿No eres tú, por ventura, quien del fondo/ de los abismos, con tu férrea brida/ has conseguido encabritar a Rusia?”.

En la ciudad liquida Marta Rebon portadaEn la ciudad líquida de Marta Rebón (Caballo de Troya). Este libro, publicado en 2017, presenta lo mejor de las derivas que está adquiriendo el ensayo en la actualidad en nuestro país. Libro líquido, con vasos que comunican entre sí textos, imágenes y lugares, Rebón se pasea con una enorme libertad entre autores, como Pasternak, Chéjov, Tsypkin o Nadiezhda Mandelstam, entre otros. Su prosa es elegante y culta, y permite asomarse a rincones y libros de San Petersburgo y de Rusia, fuera de las referencias más comunes. Lectura gozosa y viaje iniciático, resulta perfecto para iniciar la experiencia del viaje antes de llegar a San Petersburgo. 

La caballería roja, la casa encendidaLa Caballería Roja. Creacion y poder en la Rusia soviética de 1917 a 1945 (La Casa Encendida). Catálogo de la exposición del mismo nombre, recoge una selección de textos sobre las indagaciones estéticas y el compromiso político en la Rusia soviética entre 1917-1945. Un estudio que quedaba por hacer. El libro se responde al interés suscitado a partir de la apertura de varios archivos estatales en Rusia. La investigación presenta la iconografía y la sintaxis de un periodo de enorme talento creativo. Años que muestran la tensión entre la fase eufórica inicial artística tras la Revolución de 1917 y la época estalinista, cuando cualquier elemento era ideológicamente significante. Obras literarias, musicales, teatrales, pictóricas y cinematográficas, y autores como Mayakovski, Pasternak, Prokofiev, Eisenstein o Sostakovich dan cuenta de una vida cultural de gran dinamismo con la que recorrer tanto San Petersburgo como Rusia.