Científicos como Margarita del Val, viróloga del CSIC, y Alfredo Corell, inmunólogo de la Universidad de Valladolid, han advertido en el BNEW que la globalización y la pérdida de biodiversidad ligada a la crisis climática han provocado desde hace años un crecimiento en el número de epidemias a nivel mundial. Un riesgo que prevén que vaya en aumento en el futuro, entre otros motivos por la llegada de nuevos insectos causada por el calentamiento global y que ha traído a España enfermedades tropicales como el dengue.
Según Correll, la única solución es el desarrollo de “vacunas accesibles para todo el mundo”. Un aspecto en el que ha coincidido Del Val: “No solo requerimos una inversión tremenda, hace falta mucha más investigación hacia vacunas más potentes para combatir las pandemias, que bloqueen completamente la transmisión, las actuales no lo hacen, y más potentes contra los agentes infecciosos que no conocemos actualmente”.
El creciente lastre de las epidemias
Ambos expertos se han mostrado esperanzados con el desarrollo de nuevas tecnologías contra las epidemias más allá de las vacunas de ARN mensajero utilizadas en la lucha contra el Covid, como las basadas en adenovirus, proteínas purificantes, los sistemas de replicones o la investigación en inmunidad celular, las células de memoria o las partículas similares a virus (VLP).
Serge Morand, ecólogo del Centro Nacional para la Investigación Científica francés (CNRS), ha alertado que en la última década tanto humanos como animales han sufrido el creciente impacto de las enfermedades infecciosas. “Incluso las plantas y las cosechas han sido consumidas por las epidemias a causa del crecimiento en el comercio internacional y los viajes”. El investigador del CNRS ha advertido que la pérdida de biodiversidad --que ha ejemplificado con el hecho de que haya más de 13.000 millones de pollos en el planeta, más que el total pájaros en libertad-- implica que se está “perdiendo un ecosistema importante que regula la transmisión” de estas enfermedades.
Mitigación y prevención
“El crecimiento exponencial de la población provocó desequilibrios y es en gran parte responsable de que nuestro planeta esté a la deriva en lo económico y lo ambiental”, ha añadido Alberto d'Andrea. El director de Nanotecnología y Nuevas Tecnologías de la Universidad CAECE (Argentina) ha augurado, por otro lado, que gracias a los avances en biotecnología, nanotecnología y cognotecnología, “si viene un colapso ambiental podríamos pasar del hombre mortal al hombre robotizado inmortal mediante un software”. Este nuevo ser “no necesitaría agua, oxígeno, alimentos, no tendría genes ni problemas celulares. No habría ninguna posibilidad de que hubiera pandemias”, ha señalado.
Morand ha cerrado su intervención con un llamamiento a defender unos sistemas sanitarios públicos robustos para “prevenir y parar las pandemias”, así como el resto de problemas derivados de la crisis climática que lastran la sanidad de las ciudades, como las olas de calor. “Tenemos que mitigar este problema muy pronto, de lo contrario, el impacto será más y más importante para la sociedad y la economía”, ha apuntado.