Cientos de miles de investigadores y médicos de todo el mundo estudian la manera de desarrollar una vacuna y tratamiento para vencer la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Ahora, una revista especializada ha elaborado un informe que recopila los enfoques más prometedores.
La publicación de expertos de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) Frontiers in Microbiology, dirigida a la comunidad investigadora, señala entre otros el progreso rápido de antivirales seleccionados, como el remdesivir y la terapia génica.
Vacunas
El texto indica que las vacunas son sin duda el método más eficiente. Señalan que los más exitosos serán los que porten el dominio de unión al receptor de la proteína S del virus, que le permite unirse y fusionarse con las células huésped. Asimismo, apuntan que se han de tener en cuenta las vacunas tradicionales con cepas del SARS-CoV-2 atenuadas vivas, inactivadas y basadas en subunidades, pero también aquellas basadas en ADN/ARN y en vectores de nanopartículas o virales.
Los investigadores subrayan que la secuencia de aminoácidos de la citada proteína es muy diferente entre los coronavirus existentes por lo que las vacunas contra una cepa generalmente no funcionarán contra otra. A esto cabe añadir que las vacunas pueden tardar entre 12 y 18 meses en estar listas para su uso generalizado por lo que también señalan otras soluciones para frenar la expansión del virus.
Antivirales
En este sentido, los segundos tratamientos más efectivos son los antivirales de amplio espectro. Entre ellos destacan los análogos de nucleósidos, que imitan las bases en el genoma de ARN del virus y se incorporan por error en las cadenas de ARN nacientes, de esta manera se detiene el proceso de copia del patógeno en el organismo.
El problema de algunos de estos tratamientos es que el SARS-CoV-2 tiene una enzima llamada 'de corrección de pruebas' que puede eliminar esos desajustes, lo que provoca que algunos análogos de nucleósidos no funcionan bien. Aun así, indican que la beta-D-N4-hidroxicitidina y remdesivir, parecen estar funcionado de manera adecuada.
Plasma
El tercer tratamiento más efectivo puede ser el plasma sanguíneo de pacientes recuperados, con niveles bajos de una gama de anticuerpos contra el virus. El método consistiría en extraer el plasma, el líquido de la sangre --sin glóbulos rojos, ni blancos--, de un donante que haya superado el coronavirus y hacerle una transfusión a un paciente que sigue contagiado.
Con una transfusión de los anticuerpos resistentes al SARS-CoV-2 se ofrece una inmunidad pasiva contra el virus, mientras que con las vacunas ésta resistencia es activa ya que se provoca que el organismo genere por si sólo dichos anticuerpos. No sería la primera vez que se usa el plasma para una enfermedad viral, ha resultado efectivo contra el hantavirus en Sudamérica y contra el ébola en África.
Genes
Finalmente, los autores, destacan que la alternativa más atractiva hasta que llegue vacuna es la terapia génica administrada a través del virus adenoasociado (AAV). Esto implicaría la entrega rápida y dirigida de anticuerpos, inmunoadhesinas, péptidos antivirales e inmunomoduladores a las vías aéreas superiores, para brindar protección a corto plazo. Debido a la rápida renovación de las células los riesgos de toxicidad son mínimos. Calculan que tales herramientas pueden desarrollarse, adaptarse y probarse en el plazo de un mes.
Este método también ofrece una pastilla basada en AAV y según el doctor Long Ping Victor Tse “puede usarse como una alternativa rápida. Es sencilla y solo contiene dos componentes, el vector viral y el anticuerpo”. Asimismo, dice que “son seguros y efectivos para el uso humano". "En teoría, una dosis única podría generar una respuesta protectora en una semana y durar más de un año”, concluye. Pese a que este tipo de tratamientos son caros, los expertos indican que el precio podría reducirse por ser una enfermedad infecciosa, que tiene un mercado más grande.