La hormiga Drácula, conocida con el nombre técnico de Mystrium camillae, es el insecto más veloz del mundo en lo que se refiere al movimiento de sus mandíbulas, ya que puede abrirlas y cerrarlas a una velocidad que alcanza los 360 kilómetros por hora. “Estas hormigas son fascinantes debido a que sus mandíbulas son muy inusuales”, explica Andrew Suarez, uno de los investigadores principales en el estudio de estos animales, que ha aportado estos datos junto con un equipo científico procedente de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos.

Incluso entre las hormigas que amplifican sus mandíbulas, las hormigas Drácula son una especie única, ya que en lugar de usar tres partes diferentes para morder --el muelle, el pestillo y el brazo de palanca--, este insecto las combina en una sola. Para ello, estos insectos activan sus mandíbulas presionando las puntas juntas y cargando la tensión interna que se libera cuando una mandíbula se desliza sobre la otra, similar a lo que ocurre cuando se chasquean los dedos.

Cámaras ultrarrápidas y tecnología de rayos X

Al contrario de otras hormigas, como las del género Odontomachus, la mandíbula de las Drácula permite que puedan atacar a otros artrópodos aturdiéndolos contra una superficie o simplemente empujarlos.

Para conseguir determinar la velocidad exacta de las mandíbulas de esta especie, los investigadores utilizaron cámaras ultrarrápidas y tecnología de rayos X, necesaria para observar en profundidad la anatomía del animal. Después de las primeras investigaciones, el resultado ha sorprendido incluso a los propios científicos, puesto que la velocidad alcanzada (360 kilómetros por hora) es muy superior a la de otras especies similares. El estudio se ha publicado en la Royal Society Letters y puede leerse bajo el título Snap-jaw morphology is specialized for high-speed power amplification in the Dracula ant, Mystrium camillae.