A lo largo de la historia, el ser humano ha ido evolucionando y adaptándose a su entorno para poder sobrevivir. Desde los primeros homínidos hasta ahora, las diferencias físicas y anatómicas que se pueden evidenciar son extraordinariamente visibles y evidentes. Sin embargo, el proceso de la evolución humana no se ha estancado con la llegada de la modernidad. Los hombres y mujeres actuales también han experimentado cambios con respecto sus antecesores más directos, y por supuesto, nada tendrán que ver con los humanos del futuro, aunque pueda dar miedo pensarlo.
Tal es así que un grupo de expertos internacionales en fisionomía contactados por el diario argentino Clarín ha evidenciado las características más relevantes en el rostro de los humanos futuros. El estudio de este equipo de expertos, bautizado como Making Faces.The Evolutionary Origins of the Human Face, concluye que estas personas contarán con una bóveda craneal mucho más marcada que la actual -con forma abombillada- que irá acorde con el aumento del tamaño de los ojos y con una disminución de la mandíbula y el mentón.
Rostro de los seres humanos del futuro / CLARÍN
Los más expresivos de la Tierra
Según el genetista Adam Wilkins, autor principal del estudio, el rostro de los humanos es su sede sensorial. “Nuestros ojos están muy juntos y miran hacia adelante, los arcos dentales humanos son desproporcionadamente pequeños en relación con el resto del cuerpo: tenemos dientes más chicos. Es decir, las características físicas de nuestra cara son inusuales”, a lo que el investigador añade que “en términos faciales, somos el animal más expresivo de la Tierra, capaces de recrear alrededor de 50 gestos. Eso ocurre porque tenemos un conjunto completo de músculos, los miméticos, que sólo se encuentran en los mamíferos. Por eso, otros vertebrados no son expresivos facialmente: carecen de la capacidad total de mover su piel sobre su cara”.
En definitiva, la evolución del rostro de los humanos es una ciencia fascinante a la que a día de hoy es imposible poner límites. El futuro de esta evolución reside en los cambios que el cuerpo realice para adaptarse al entorno. ¿Será el problema del cambio climático una influencia directa en los cambios fisionómicos del futuro? ¿Nuestro cuerpo podrá adaptarse de nuevo a un entorno más hostil? Estos interrogantes son tan solo algunos de los que ahora se ponen sobre la mesa gracias a esta revelación de la anatomía humana futura.