Adela Dombu, la influencer literaria se moja sobre el fenómeno BookTube y analiza el caso de 'Tan poca vida'
- Dombu forma parte de la comunidad literaria de BookTube, el gran club de lectura virtual que ha llamado la atención de las editoriales y que está cambiando la manera de divulgar y promocionar los libros: "No tienes que romantizar un libro para hacerlo atractivo"
- 'Tan poca vida', el libro de 'muy larga vida' que ha arrasado gracias a TikTok
Adela Dombu, una referencia en el mundo literario. Pero, ¿cómo? ¿Qué contenidos genera para ganarse ese espacio?
Como en tantos otros sectores, la irrupción de Internet y de las redes sociales ha supuesto un cambio de paradigma en el universo de la prescripción literaria. El éxito de las comunidades literarias online llamadas Booktube, Bookstagram y Booktok (términos que aluden a las plataformas YouTube, Instagram y TikTok) llevan siendo un objeto de estudio para los investigadores desde hace años, dada la capacidad que han demostrado tener para fomentar la lectura entre los más jóvenes, así como para orientar la lectura entre personas de todas las edades. La cercanía que permite el medio digital, así como la posibilidad de participar en el debate y de aunar a personas con los mismos intereses literarios, son los atractivos principales de este “gran club de lectura” virtual.
Así es como lo define Adela Dombu, una de las influencers literarias españolas que forman parte de esta comunidad. Dombu cuenta con 15.500 seguidores en TikTok, 13.500 en Instagram (@adeladombooks) y más de 2.500 en YouTube (@adeladombu).
Dombu se define y se enorgullece de ser una gran lectora --en 2023 leyó sesenta títulos, según dice en su perfil de Goodreads--. Entre sus vídeos hay todo tipo de recomendaciones (de "Tres libros que te van a encantar si te gustan los Bridgerton" a "7 libros para entender el pasado y el presente"), también suele informar sobre los distintos acontecimientos entorno al mundo del libro ("Curiosidades de la Feria del Libro de Madrid") y a plantear reflexiones a sus seguidores sobre sus hábitos lectores ("¿Es mejor leer en papel o en digital?").
Graduada en Comunicación Audiovisual y Periodismo, Dombu también tiene un gran interés en estudiar el impacto positivo que pueden tener las redes sociales en los hábitos lectores de los más jóvenes, el objeto de estudio de su tesis doctoral.
Uno de sus vídeos más vistos en YouTube con casi 2.000 visualizaciones es una reseña sobre la novela Tan poca vida, de Hanya Yanagihara, el libro que causó revuelo en TikTok después de que varias adolescentes se grabaran a sí mismas llorando a lágrima viva mientras lo leían.
¿Cuánto tiempo llevas con tu canal de YouTube y tus otras cuentas?
Empecé en verano de 2020, cuando acabó el confinamiento. En ese momento estaba acabando la carrera de Comunicación Audiovisual, y como parte de mi TFG quise crear un universo transmedia literario que mezclara un blog, un canal de YouTube, una cuenta de Instagram… Mi tutora me dijo que era demasiado ambicioso, pero seguí con el proyecto por mi cuenta y ahora ya llevo más de cuatro años en ello.
¿Qué piensas del fenómeno Tan poca vida?
Había visto muchas recomendaciones por Booktok, sobre todo vídeos de chicas de Estados Unidos que salían llorando mientras lo leían. Decían que el libro las había “destrozado”. Pero no tenía intención de leerlo, porque cuando veo que un libro se vuelve tan viral, me genera un cierto rechazo. También me pasa con las series y con las películas. Sin embargo, después de la recomendación de un buen amigo decidí darle una oportunidad. Al principio fui un poco escéptica, no quería hacerme muchas expectativas porque eso al final juega en contra del libro; pero cuando me quise dar cuenta, ya había leído 150 páginas del tirón. Después de acabarlo puedo decir que es una historia que me ha destrozado, pero que a la vez me ha encantado. He leído muchos libros, pero ninguno que me generara una reacción semejante.
Hay quién dice que tiene el potencial de convertirse en un clásico de nuestro tiempo, ¿tú dirías que es así?
Yo creo que sí. No creo que llegue a estar al nivel del Quijote, por ejemplo, pero sí será un título que caerá en el temario de la Selectividad y que se estudiará de aquí a 15 años. Forma parte de esos títulos que han generado mucho debate, que a pesar del tiempo se siguen leyendo (ya van más de 10 años desde su publicación), historias que tienen valor porque aportan una reflexión, te remueven por dentro y te invitan a replantearte ciertas cosas. Yo creo que la literatura consigue este efecto.
En este caso, ¿qué tipo de reflexión aporta Yanagihara?
A mí me hizo reflexionar mucho la perspectiva del personaje de Malcolm. Pensé, si yo tuviera una persona en mi entorno parecida a Jude (uno de los personajes de la novela, víctima de abusos durante la infancia), un amigo que estuviera sufriendo así, ¿sería capaz de entenderle y ayudarle? Si un día me contestara mal, ¿aceptaría que está pasando por un mal momento y no me lo tomaría como algo personal? Por mucho que estemos concienciados sobre salud mental estos casos se perciben como ajenos, a menos que estés viviéndolo muy de cerca. Se suele pensar que las personas que sufren por salud mental tienen carácteres débiles o bien han elegido su situación, y no se tiene en cuenta que detrás de cada caso hay mucho dolor y sufrimiento, sobre todo con las autolesiones. Estas historias son una manera de acercar a la gente a una realidad que está sucediendo a diario en España y que se entiende desde una perspectiva muy egoísta, sin empatizar con el dolor que hay detrás de ciertas decisiones.
Este tema ha desatado mucha polémica, han acusado a Yanagihara de torturar a su personaje a propósito, de incitar a sus lectores a un comportamiento destructivo o depresivo… Algunos lo califican como “trauma porn”.
A mí me han llegado comentarios de algunos seguidores diciendo que la autora es una verdadera psicópata. Aunque yo no habría hecho lo mismo que Yanagihara, entiendo que es la manera que utiliza para darle dimensión a la realidad que plantea, intentando plasmar a Jude como alguien que no se rinde a las primeras de cambio... La autora quiere mostrar que a pesar de su pasado es una persona que ha tratado por todos los medios de vivir y convivir con su realidad, pero es como si la vida no se lo hubiera permitido. De hecho, el final al principio me sorprendió; es duro, pero creo que es un final justo para el personaje.
¿Crees que debería tenerse en cuenta cómo puede afectar a un adolescente la aproximación que hace la autora hacia la enfermedad mental?
Yo lo he intentado tener en cuenta. Es más, considero importante en este caso avisar: si uno no está mentalmente preparado o no está pasando por un buen momento, no debería leer este libro. A menudo la ficción actúa como un espejo que nos muestra la realidad, en el caso de Tan poca vida se trata de un espejo que refleja una realidad muy dura, la realidad del sufrimiento. También diría que no es una historia que recomendaría a un adolescente. Aquí entra en juego el seguimiento que hagan los padres de los libros que leen sus hijos… Como se dice que leer es algo bueno y hoy en día se dice que los jóvenes no leen, si un padre escucha que su hijo le pide un libro que ha visto en redes sociales, en general no le dirá que no. Pero una novela como Tan poca vida tiene una historia que no eres capaz de dimensionar si tienes 15 años.
Las redes sociales están cambiando la manera en que la gente se aproxima a la lectura, especialmente en el caso de los jóvenes. ¿Cómo crees que ha cambiado el panorama?
Ahora se tienen muy en cuenta las redes sociales. Por poner un ejemplo, los eventos a los que antes asistían solo periodistas ahora se hacen también para influencers. Las comunidades como Booktube, Bookstagram, Booktok están consiguiendo que la gente joven lea más. En cuanto a si es un cambio a mejor o a peor, las recomendaciones siempre podrían ser mejores, pero diría que sigue siendo una comunidad muy sana que tiene un impacto meramente positivo en la prescripción literaria.
Las editoriales se están fijando en vosotros para promocionar libros. Si estas colaboraciones llegaran a normalizarse, ¿pondría esto en riesgo la espontaneidad de vuestras reseñas?
Como creador no es buena idea arriesgarte a perder la credibilidad entre tus seguidores. Si solo publicas reseñas maravillosas y todos los libros que recomiendas son regalos de las editoriales, estás perdiendo naturalidad, que es la clave de una reseña de cualquier tipo. En realidad, lo que buscan las editoriales es que se hable de un libro. Aunque la opinión de algún creador en redes sea negativa, eso no hará que se deje de vender. De hecho, a mí lo que me ocurre es que me entra la curiosidad; me genera el deseo de formarme una opinión propia sobre ese título.
Antes los lectores no tenían un papel tan activo en la divulgación y la prescripción de los títulos, era un papel reservado a los medios. Los expertos dudan sobre el carácter de estas reseñas que se crean en Booktube. ¿Consideras que podrían incluirse dentro de la crítica literaria?
Lo que encuentras en redes sociales no es tan distinto de lo que podrías encontrar en un periódico, salvando las distancias. Noto que la comunidad de Booktube está adquiriendo cada vez más esa dimensión crítica, de una prescripción literaria que no se diferencia tanto de los suplementos culturales que incluyen artículos como 'Las 10 mejores novelas de este año'... Depende del caso, hay reseñas que tienen mejor o peor calidad, aunque cada vez hay más perfiles que hacen buenas críticas. Eso sí, las reseñas más profundas y con un análisis profesional las sigues encontrando a día de hoy en los periódicos.
A mucha gente le preocupa la manera en que hoy en día se estetiza la literatura en redes sociales. ¿Crees que uno de los impactos negativos que podrían tener las redes es que la gente compre un libro porque lo ha visto mucho en Instagram o en Pinterest?
Hace 5 años cualquier edición especial estaba muy justificada, y ahora cada 6 meses tienes una nueva versión de la portada de un libro. Se me ocurre por ejemplo el caso de Una corte de rosas y espinas. La gente ahora quiere una edición así no para disfrutar de una historia que ya ha leído y que le ha gustado, sino para decorar la estantería o para hacerse una foto con la portada en Instagram. Porque parece que ahora si no subes lo que estás leyendo es como si no lo hubieras leído. Es el efecto negativo de las redes sociales: la lectura ya no es algo íntimo, es algo compartido. Romantizar la lectura o estetizarla no es negativo, pero no tienes que romantizar un libro para hacerlo atractivo, te tiene que atraer por otros motivos.