Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) reinvidica su libertad a la hora de escribir. Hubiera podido formar parte de las habituales capillas literarias, en las que autores, editoriales y medios de comunicación comparten intereses. Pero su amor por la literatura es total, con la idea de que un escritor depende en mayor medida de sus lectores, aunque, claro, nunca se pueden dejar de lado los críticos literarios. Y en su caso, éstos han destacado siempre sus dotes y el manejo magistral de la lengua. En su carrera destacan un puñado de títulos de enorme calidad.
Su último libro es un volumen largo de ochocientas páginas escritas a mano y transcritas, como es tradición, por su padre. Se trata de Mil ojos esconde la noche (Espasa), en la que retrata cómo se buscaron la vida artistas y escritores republicanos, perdedores de la guerra de España, en el París ocupado por los nazis, entre ellos Picasso.
Coños
Fue en 1994, cuando se dio a conocer al gran público con esta obra, que recibió muy buenas críticas, precisamente, por la gran utilización de la lengua.
En Coños, el escritor se burla de los géneros y celebra de forma luminosa el cuerpo femenino.
El silencio del patinador
El libro apareció justo después de Coños, y fue la consolidación de Juan Manuel de Prada, aunque se trataba de un libro de relatos, que amplió en 2010.
Lo que ofrece es una radiografía dura de una realidad que puede estar en cada uno de nosotros. Somos niños a punto de dejar de serlos, o adolescentes insomnes, o bohemios de leyenda.
Las máscaras del héroe
Es 1996 y aparece la primera novela de Juan Manuel de Prada, donde aflora todo su interés por la historia de la literatura española del siglo XX.
En gran medida es el libro que ha inspirado buena parte de la obra posterior del escritor.
La tempestad
En 1997, el escritor obtiene el Premio Planeta de Novela con esta obra, una de las más conocidas y que tiene un inicio magistral:
“Es difícil y obsceno soslayar la mirada de un hombre que se desangra hasta morir, pero más difícil aún es sostenerla e intentar zambullirse en el torbellino de pasiones confusas y secretos póstumos que se agolpa en sus retinas”.
La vida invisible
Esta obra de 2003 se considera una de las más maduras del escritor, que le llevó a ganar el Premio Primavera y también el Nacional de Narrativa.
Justo antes de su boda, el escritor Alejandro Losada conoce durante un viaje a Chicago a Elena, una joven entusiasta y desnortada, y a Tom Chambers, que le hablará de Fanny Riffel, una pin-up de los años cincuenta, que un día desapareció sin dejar rastro. La historia es formidable.
El séptimo velo
Con esta obra, de 2007, Juan Manuel de Prada ganó el Premio Biblioteca Breve, que concede la editorial Seix Barral. El escritor sumerge al lector en una prodigiosa historia.
Hay un secreto familiar oculto durante medio siglo. Y Julio, el protagonista, tras la muerte de su madre, inicia una pesquisa que le llevará a la Segunda Guerra Mundial, por la Francia ocupada por los nazis y por la España que acaba de sufrir la Guerra Civil, además de la Argentina a la que viajan numerosos e importantes nazis.
El derecho a soñar
Juan Manuel de Prada siente predilección por determinados personajes, los que se abrazan a la libertad, los que tienen personalidad.
Lo demuestra con El derecho a soñar, un libro en el que ahonda en la verdad literaria y humana de una mujer única, Ana María Martínez Sagi. El escritor considera que es la obra de su vida. Es la biografía de una mujer, catalana, que, al mismo tiempo, que le permite al autor analizar todo el siglo XX. La publicó en dos volúmenes, en 2022.
Raros como yo
El escritor le gustan otros escritores como él, los “raros”. En esta obra reúne a autores que tuvieron éxito, pero que cayeron en el olvido. De Prada tuvo éxito siendo muy joven, y luego él mismo ha considerado que no ha tenido el mismo eco entre críticos y medios de comunicación.
Aquí habla de Concha Espina, de Felisberto Hernández, o de Leonardo Castellani. Son autores que él mismo redescubrió cuando escribía la biografía de Ana Martínez Sagi.