-Hola. Te conozco del cole, le dije. --Yo no, contestó. --Bueno. --Empecé a llorar en silencio, tragándome las lágrimas…
Ese intento de conversación lo pueden recordar muchos lectores. La chica por la que se suspira, mientras el chico para inadvertido. Ella no tiene conocimiento de su existencia. Pero podría suceder que la persistencia, o, luego, la complicidad, llevara a los dos a crecer juntos y a enamorarse. Ese primer amor que crece, que no se podrá olvidar jamás. Tampoco la separación posterior, porque los dos derivarán hacia caminos distintos, aunque siempre desde un respeto y una educación exquisita, porque se quieren, porque saben lo que han tenido en común. Es esa delicadeza, desde la literatura, que brota con fuerza, la que caracteriza la primera novela de Xavier Orri, Será contigo, editada en Salto de página, un sello de Malpaso.
Orri (Barcelona, 1980) narra con elegancia y lleva al lector hasta París, con Ernesto y Ada, que llevan toda una vida en pareja. Y lo hace con una banda sonora, con canciones que marcan, que son también generacionales. Desde Calgary 88, de Antònia Font, a Perfect Day, de Lou Reed, o Detener el tiempo, de Nacho Vegas, La valse à mille temps, de Jacques Brel, Pequeño vals vienés, de Silvia Pérez Cruz, Nothing but flowers, de Talking Heads, o el bonus track, como le llama Orri, que representa Il n’y a pas d’amour hereux, de Françoise Hardy, con la que se cierra el libro.
Son estados de ánimo, situaciones distintas, con otros muchos personajes, y con una característica: no hay gritos, hay argumentos, y giros y actitudes que constatan los problemas vitales de nuevas generaciones que se enfrentan –como todas a lo largo del tiempo—a la precariedad laboral y residencial.
Los nuevos escritores, es el caso de Orri, huyen del barroquismo literario. Logran la conexión con el lector, porque le susurran, le van explicando las sensaciones del protagonista, sus miedos y sus esperanzas, con guiños constantes. ¿Nos gusta The war on Drugs? Claro. Ese grupo indie es muy indicado. La situación vale la pena, ya lo comprobará el lector. Hay sexo, hay vida, hay desamor, y entendimiento. Y eso se traduce en una literatura de altura, para adultos que saben que fueron jóvenes. Para jóvenes que quieren madurar sin traumas, aunque conscientes de las dificultades, que son enormes.
Una mirada masculina, la de Ernesto, que sabe que el sexo, por sí solo, no conduce a nada, aunque pueda ser un buen paliativo en momentos bajos. La educación sentimental es lenta, exigente. No todos consiguen una buena calificación. Pero de lo que se trata es de aprender sin brusquedades, siempre con un punto de elegancia.
Orri no es un adolescente. Hay madurez en su primera novela. Consigue que el hombre ya maduro mire hacia atrás y recuerde su primer o sus primeros amores. Nunca se abandonan. ¿Pudo haber sido de otra manera? Nunca depende de uno mismo, aunque se pudieran cometer muchos errores. El propósito de enmienda siempre es positivo, pero lleva a la lágrima. A veces esas lágrimas son dulces.
Periodista y politólogo, Xavier Orri ha plasmado eso que se ha denominado la vida líquida, todo fluye, todo se toma y se deja. El amor también se va, aunque ella se quede, como decía el humorista Joan Capri. Pero lo que queda siempre es la literatura, la literatura con poso, la de Será contigo.