“La economía avanza, pero el cáncer sigue siendo el déficit”, o “los impuestos son excesivamente altos, existe un infierno fiscal”. Son comentarios, o titulares de los medios de comunicación cuando abordan la situación económica, sea la de España o la del conjunto de la Unión Europea. Hay una mirada sobre la economía. ¿Justa, precisa? El periodista especializado en asuntos económicos, Yago Álvarez, entiende que no, que lo que se define como economía debería tener muchos otros ángulos. “Ves un programa de deportes, o El Hormiguero o sobre cosas paranormales, y en todos escuchas mensajes contra los impuestos”, señala, en esta entrevista con Letra Global. Es lo que plasma en Pescar el Salmón (Capitán Swing), un libro en el que disecciona la economía, desde la perspectiva de los medios de comunicación, jugando con las 'páginas de color salmón' que suelen ser las dedicadas a los asuntos económicos.
Álvarez (O Porriño, 1980) considera que la economía, su difusión, debe contar con elementos simplificadores, con la idea de que pueda ser entendida, pero con clarificaciones, sin engaños. “En muchas ocasiones, Feijóo, por ejemplo, se dice que la economía de un país es como la de una familia, y no es para nada lo mismo. Pero es que, además, se miente, porque se dice que el Estado no puede endeudarse tanto, de la misma forma que no lo hace una familia. Y hay familias que deben mucho más que el PIB que generan. Si tomas un sueldo y lo comparas con la hipoteca que se contrata, te endeudas muy por encima del PIB familiar”, señala el autor de Pescar el salmón.
Pero, ¿qué se comunica sobre la economía, qué se entiende como tal? Lo que propone Yago Álvarez es que se pueda discernir entre el “liberalismo ideológico imperante” y la economía, la de “una mujer que se queda sola, con hijos, y sabe cómo economizar, cómo priorizar para salir a flote”. Lo que se cuenta, por tanto, a su juicio, es “una forma de entender el mundo, donde la inflación es muy negativa, donde lo que interesa es controlar esa inflación porque los que tienen capital necesitan rentabilizarlo, y no perder valor”. El mensaje es que “no hay alternativa al modelo económico capitalista liberal como señalaba Thatcher”. ¿Pero lo hay? Álvarez admite que el mensaje ha calado tanto que apenas hay grietas para otra cosa, y que lo importante, lo que él denuncia, es que “se trata de una guerra cultural en la que ese modelo ha ganado muchas batallas, tantas que muchos obreros votan a la derecha porque creen que les beneficiará”.
Esa guerra cultural, que partió del esfuerzo de ese liberalismo económico con victorias en los años ochenta, con Thatcher y Reagan, en el Reino Unido y Estados Unidos, ha logrado que algunos mensajes se vean como “casi innegociables”. ¿En qué medida? Yago Álvarez señala que en los programas de televisión, de cualquier tipo, se acaban colando determinadas ideas. “Ves un programa de deportes, o El Hormiguero o un programa sobre cosas paranormales, y en todos escuchas mensajes contra los impuestos, que se ven algo negativo, o se habla de infierno fiscal”, señala. “A veces los que lo dicen no se dan ni cuenta, porque han aceptado una batalla cultural, son mantras que no se atreven a romper”, añade.
La propiedad de los datos
¿Hay otros enfoques posibles, otros actores que buscan alternativas? Los hay, pero “están en posiciones muy minoritarias”. La propia denominación de las cosas, que se enseñan en las facultades de economía, es clave para este periodista económico. De las asignaturas o departamentos en las facultades que se denominaban Economía Política, se ha pasado a enseñar “mercados y macroeconomía”. A quellas asignaturas se asocian a un relato marxista, y han pasado al olvido.
¿Manda más la política o la economía? ¿Es la economía la que se impone a la política, marcando un modelo que no puede tener alternativa? El viejo dilema no es tal para Yago Álvarez, que entiende que siempre es la política, y que la que impera, desde hace varias décadas, con mayor o menor intensidad, “es el liberalismo ideológico”, que busca siempre “ampliar espacios para el ámbito privado”.
¿El experimento argentino de Milei, qué representa? Para Álvarez “es una vuelta de tuerca, porque cuando el liberalismo conservador falla, aparece ese liberalismo libertario, salvaje, que tiene un objetivo, el de acumular a partir de la desposesión, todo para el sector privado”.
¿El peligro más evidente? “Las grandes empresas tecnológicas, que tienen algo muy valioso, lo más valioso en estos momentos: los datos”, desde posiciones que “no son propias de un demócrata”.
Álvarez no propone ninguna revolución, pero sí “unas gafas para entender mejor la información económica”. Es lo que ofrece con Pescar el salmón.