Hay que buscar el equivalente en la vida real. En algunos casos el nombre aparece raudo. En otros hay que pensarlo con más calma. El lector deberá extraer sus conclusiones, pero lo que ha escrito el gallego Pedro Feijoo en su obra Nadie contará la verdad (Ediciones B) no dejará indiferente a nadie. La ficción tiene un gran poder para reflejar la realidad. Y Feijoo ha querido, de forma deliberada, desgranar una forma de gobernar en la que el clientelismo es la norma. ¿Hasta qué punto? La novela, enmarcada en el género negro, con una fórmula detectivesca, parte de un suicidio para señalar cómo se presiona a la administración, con intereses cruzados, y cómo ésta toma partido por un bando en detrimento de otro.
La novela de Feijoo, que ha obtenido el Premio Xerais de Novela 2023, el que tiene más prestigio en lengua gallega, titulada Ninguén contará a verdade, refleja el poder de la corrupción, hasta el punto de que cuando se consigue tirar del hilo se decide no hacer nada, porque se pondría en cuestión el propio sistema democrático. ¿Una exageración?
Feijoo admite que detrás de los nombres de la novela hay nombres reales. Se trata de identificarlos. Lo que plantea Nadie contará la verdad es de un enorme interés para los que siguen la política española (Hay elecciones gallegas este domingo, 18 de febrero). El líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo es, en la obra, Ernesto Armengol, que decide dar el salto, desde la presidencia de la Xunta de Galicia, a la política en Madrid, como candidato a la Moncloa. El lector adivinará a su sucesor, Alfonso Rueda, que intenta mediar entre dos grupos poderosos de empresarios y comisionistas, que desean mantener su influencia o incrementarla. El relato es apasionante porque Pedro Feijoo asegura que se trata de diálogos que son producto de conversaciones reales con los verdaderos protagonistas de la vida política y empresarial gallegas. “A veces creo que he contado más de lo que debería”, señala a Letra Global.
Lo que se expone es una parte de la trama Gürtel, que tuvo sus ramificaciones en Galicia, en el caso de la financiación ilegal del PP. Y las comisiones que distintos empresarios cobraban de la administración a partir de contratos públicos. Una práctica que se vivió también en otras comunidades como Catalunya, con la trama del 3% que afectó a CiU. Todo ello relatado a partir de reuniones secretas y con el enfrentamiento entre dos grupos, uno mucho más poderoso que el otro.
La literatura como la mejor lupa para seguir la realidad, pero con el atractivo de que, al mismo tiempo, funciona como una obra de entretenimiento. ¿Es lo que ha pretendido Pedro Feijoo? Ese es, sin duda, su gran objetivo: “Lo mejor es que el lector pase unas buenas horas con una trama que tiene momentos de mucha tensión, --un asesinato en el Puente de Vigo-- y si sirve para una reflexión en profundidad sobre la sociedad actual gallega, pues mucho mejor”, señala. Pero, ¿quién desea esa segunda lectura?
Detrás de uno de los personajes centrales, que actúa como gran patriarca, como el que infunde temor por la información que atesora, está José Manuel Romay Beccaría, el mentor de Alberto Nuñez Feijóo. También aparece, como presidente de la entidad financiera más importante de Galicia el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet. Es venezolano, y en la novela no se oculta la nacionalidad, aunque con otro nombre. La relación que se establece entre Escotet y la presidencia de la Xunta es total, la misma que se ha establecido en los medios entre Escotet y Feijóo en los últimos años. Y también, esta vez con nombres y apellidos, surge la figura de Manuel Fraga, como gran muñidor del modelo de gobierno autonómico gallego.
Las dudas de Feijóo surgen de forma descarnada. Enfrascado ahora el líder del PP en la cuestión de la Ley de Amnistía, el personaje que lo refleja en la novela señala: “Carla (…), ¿Tú estás convencida de esto? Quiero decir…Renunciar a la presidencia de la comunidad, dejar todo esto… ¿No crees que nos habría ido mejor quedándonos aquí?” Es un pasaje determinante en Nadie contará la verdad. Carla Pérez Guerra no es otra que Mar Sánchez Sierra, la mano derecha de Nuñez Feijóo en Galicia y ahora en Madrid. ¿Hizo bien Feijóo en dejar Galicia?
La novela busca lo imposible. Y lo encuentra. Y esa es la gran paradoja que plantea Feijoo, --con el mismo apellido que el presidente del PP, pero sin la tilde en la primera o—y es que sacar a la luz la corrupción plantea un grave problema si esa corrupción es sistémica. Porque supone una enmienda a la totalidad sobre cómo se han construido los gobiernos democráticos, en este caso el autonómico gallego. ¿Es imposible que las administraciones no caigan en redes clientelares? ¿Es del todo evitable que grupos de interés, con poder en la sociedad civil, no tengan una gran ascendencia en las administraciones? Los expertos señalan que los países nórdicos han sabido salir de esa tela de araña, con muchos parapetos y exigencias de transparencia. Pero, ¿lo han logrado del todo?
Siguiendo la pista de los nombres, --es un juego también para el lector—la novela avanza y una periodista, con la colaboración de un alto cargo de la administración –no podría ser de otra manera—consigue algo soñado: contratos, nombres, firmas, reuniones, actas y números de cuenta. Pero es que ¡se trata de todos los años de existencia del gobierno autonómico! ¿Se debe publicar?
La literatura tiene una enorme fuerza, pero todo depende de la lectura y de la interpretación de cada lector. Feijoo, con un talento narrativo enorme, maneja la situación. Y plantea ese dilema final: Nadie contará la verdad, porque la verdad ya la sabemos previamente. Otra cosa es la reacción que el conjunto de la sociedad quiera exhibir. Pongamos, en todo caso, que es “entretenimiento”. Palabra de Pedro Feijoo.