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El escritor islandés Ragnar Jonasson (Reikiavik, 1976) es un estajanovista de todo lo relacionado con lo novela negra. A los diecisiete años se convirtió en el traductor de Agatha Christie. Luego fue uno de los fundadores del festival de novela negra de Islandia, que aún se celebra y goza de un notable éxito. Como escritor, puso en marcha dos series, Islandia negra, seis volúmenes protagonizados por el poli novato Ari Thor, una especie de Jessica Fletcher que resuelve crímenes horribles sin moverse de su pueblo, y las aventuras de la inspectora al borde de la jubilación Hulda Hermannsdottir, de las que lleva ya escritas cuatro.

Jonasson ha tenido suerte con el mundo editorial español, que ha publicado todos sus libros (Seix Barral se ha hecho cargo), que se venden muy decentemente. Es por eso que la nueva serie de Sky Showtime The darkness, protagonizada por la tal Hulda, no pillará del todo por sorpresa a la audiencia, incluyendo a los que, sin saber nada del señor Jonasson, reparen en que la protagonista de esta miniserie de cuatro episodios es la actriz sueca Lena Olin (Estocolmo, 1955, inolvidable sex symbol en la adaptación de la novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser, a cargo del norteamericano Philip Kauffman) y en que el director de los cuatro capítulos es su marido, el respetable cineasta, también sueco, Lasse Halstrom (Estocolmo, 1946).

Horror personal

The darkness (La oscuridad) es una serie islandesa, pero está rodada en inglés (el guionista, Sam Shore, es británico), lo cual permite que la protagonice una espléndida actriz sueca y que aparezcan algunos actores británicos (como Douglas Henshall), pero genera cierta confusión entre los espectadores acostumbrados a verlo todo en versión original. Ya sabemos que todos los islandeses hablan inglés, conscientes como son de que con su idioma no hay manera de llegar muy lejos (aunque las novelas de Jonasson, como las de Arnaldur Indridasson, se traduzcan a un montón de idiomas), pero el realismo se resiente en The darkness al ver a todo el mundo hablando en inglés, como si Islandia careciese de una lengua propia.

Imagen de la serie 'The darkness'

Superada esta pequeña contrariedad lingüística (también puede verse doblada al español, puestos a encajar dignamente la ausencia de una versión original canónica), The darkness ofrece suficientes motivos de disfrute para los adictos al Nordic Noir (sector Arctic). La protagonista, Hulda, no es una simple policía en busca de la resolución de un casi peliagudo. Como en todo thriller nórdico que se respete, la buena mujer arrastra un horror personal de padre y muy señor mío; en este caso, el suicidio de su hija adolescente años atrás, que se resolverá a media serie de la peor manera posible.

Extraño romance

A todo esto, sus jefes -gente rutinaria y burocrática más no poder- no ven la hora de perderla de vista: la consideran una vieja gloria que molesta más que otra cosa, cuando Hulda vale mucho más que todos ellos juntos. Pese a los intentos de la superioridad por quitarle de las manos su último caso, una serie de asesinatos de chicas inmigrantes de países del este en busca de papeles y refugio a la que no se concede la importancia debida porque, total, ¿a quién le importa la desaparición de unas pobres desgraciadas de la Europa más pobre y miserable?, Hulda logra conservarlo y tirarlo adelante con la complicidad de un novato gay que ha vuelto a su Islandia natal tras una larga temporada trabajando en la policía metropolitana de Londres.

The darkness transcurre en una Reikiavik permanentemente nevada y se centra, básicamente, en la atormentada psique de la inspectora Hulda, víctima de los horrores personales y profesionales sufridos a lo largo de su vida. Aunque el final de esta entrega está entre abierto y confuso (a Hulda le pegan un tiro, pero no podemos creer que la hayan matado), quiero creer que habrá nuevas aventuras de esta poli de la tercera edad cargada de buena fe. Haberse desecho del marido (una persona aparentemente buena que tal vez no lo era tanto: hasta ahí puedo leer sin incurrir en el spoiler) y haber iniciado un extraño romance con su vecino el viudo Pertur (Henshall) -por no hablar del montón de novelas protagonizadas por Hulda que podemos encontrar en las librerías- permite hacerse la ilusión de que habrá nuevas entregas de la inspectora prejubilada, a la que Lena Olin da vida de manera impecable.

En resumen: otra alegría para los adictos al policial nórdico que llega en un momento climático muy adecuado, cuando ya se puede ver The darkness en el sofá, cubierto por una mantita. Cada plano da frío, pero la experiencia merece la pena.