Jean Paul Gaultier (Arcueil, 1952) recuerda que siendo niño se quedó embelesado viendo un espectáculo del Folies Bergère en televisión. Ya entonces le picó el gusanillo de la moda. Solo era cuestión de tiempo. Y no transcurrió mucho. Tres años después, el filme Falbalas del director Jacques Becker le marcaría para siempre. “La vida que vivo ahora depende de esta película”, afirma. Aquel melodrama, ambientado en un taller de alta costura, fue para él una auténtica revelación y su primera escuela de moda. Autodidacta confeso, con tan solo 18 años entró a trabajar como asistente de Pierre Cardin. Desde entonces su trayectoria en esta “profesión cruel y maravillosa” ha sido imparable.
En enero de 2020, tras cinco décadas al frente de su firma, el diseñador anunció su retirada de las pasarelas, no así del mundo de la moda al que continúa vinculado a través de numerosos proyectos. “Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier”, coorganizada por la Fundación La Caixa y La Cinémathèque française, es uno de ellos. Una exquisita exposición de autor que fluye armoniosamente entre la mitomanía y el papel transformador de ambas industrias en el devenir de la sociedad.
Diseñador de vestuario
“Sin el desfile de Falbalas, nunca me habría dedicado a este oficio”, menciona a menudo. “En esa película vi que la moda tenía un elemento de espectáculo, el desfile. El público observaba a las actrices que iban pasando. El movimiento con la música me pareció bellísimo. Quería crear espectáculos como ese, fue mi biblia”, afirma. Así pues, no es de extrañar que sea precisamente el cartel de este iniciático filme el que abre la exposición y la recreación de un suntuoso desfile lo que la cierra.
A lo largo de su prolífica trayectoria, el enfant terrible de la moda francesa ha colaborado en numerosas ocasiones con cineastas y artistas en la creación de vestuario. Incluso, fue el primer modisto en formar parte del jurado del Festival de Cine de Cannes en 2012. El quinto Elemento, de Luc Besson; Lo más cercano al cielo, de su querida amiga Tonie Marshall, a la que dedica la exposición; el corsé que vistió Madonna en su gira Blond Ambition Tour de 1990 y algunos de los vestidos que ha lucido la siempre provocadora Lady Gaga llevan su firma.
Mano a mano con Almodóvar
Pero si hay un director por el que siente auténtica admiración es Pedro Almodóvar. Confiesa que ya antes de conocerle en persona era fan de su trabajo y de las mujeres que mostraba en sus películas. Mujeres de carácter fuerte como Rossy de Palma, Marisa Paredes y Victoria Abril. Ambos creadores comparten numerosos intereses y les une una gran amistad desde hace décadas. Hasta la fecha han colaborado juntos en tres ocasiones: la primera vez en Kika, en el año 1993; le siguió La mala educación, en 2004 y, por último, en La piel que habito, en 2011.
Mas su atracción por la cultura y el folclore de nuestro país se remonta hasta su infancia, cuando veraneaba junto a su familia en el País Vasco francés. El diseñador confiesa su fascinación por la intensidad de la luz, la viveza de los colores, por el flamenco, por nuestras tradiciones. Las películas de Luis Mariano, Sara Montiel y Carmen Sevilla forman parte de sus códigos de referencia.
Femeninas, empoderadas, exuberantes o andróginas
La exposición es un glamuroso desfile que repasa y cuestiona, desde un punto de vista sociológico, los roles de género imperantes durante décadas. La esencia de la feminidad contrasta con la exuberancia de la femme fatale; la virilidad sin ambages frente al dandi o al hombre objeto que Gaultier simbolizó en su emblemática camiseta marinera. En un mismo espacio convergen la ambigüedad, la androginia y el homoerotismo provocador; también exuberantes heroínas y mujeres empoderadas, híper femeninas, pero a la vez revolucionarias y provocadoras. “La moda refleja lo que le va pasando a la sociedad”, apunta. Al igual que en el cine donde constantemente se proyecta la evolución de los eternos paradigmas de lo masculino y lo femenino.
La muestra reúne una cuidada selección de más de 100 piezas de indumentaria así como carteles, fotografías, bocetos y fragmentos de numerosas películas, objetos procedentes en su mayoría de La Cinémathèque française. Hasta 80 looks icónicos del séptimo arte se podrán contemplar en este ecléctico recorrido que transita entre el diseño y la cinematografía. Vestidos inolvidables que lucieron Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes; Grace Kelly en La ventana indiscreta; Marilyn Monroe en Eva al desnudo; Marlene Dietrich en El cantar de los cantares; Sharon Stone en Instinto básico; los trajes de Superman o las futuristas creaciones vistas en La naranja mecánica de Stanley Kubrick. Además se exhiben diseños de alta costura de grandes modistos como Coco Chanel, Balenciaga, Pierre Cardin, Yves Saint Laurent, Hubert de Givenchy y Sybilla.
“Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier” se podrá ver hasta el próximo 5 de junio en CaixaForum Madrid y a partir del 6 de julio en Barcelona.