Un joven de 31 años lleva cerca de 10 años sin salir de su habitación en un barrio de Málaga. Así lo ha estimado su madre. En una entrevista para La opinión de Málaga, la mujer ha desvelado que, salvo salidas excepcionales como una visita médica, pasa las horas en su cuarto, en pijama, delante de una pantalla y solo sale para ducharse y comer.
"Come conmigo cuando no está jugando a la Play y por las mañanas, lo mismo se levanta a las 10 de la mañana que a las tres de la tarde, según le haya ido el juego", ha desvelado la mujer. Asimismo, ha explicado que también se pasa horas viendo series, películas y vídeos de YouTube.
Delicada situación
La madre lleva muchos años en paro y solamente cobra una pensión de viudedad de 560 euros tras fallecer su marido en enero de 2020. "Ya no puedo más; estoy muerta por dentro", ha confesado la progenitora, de 58 años.
Según la mujer, su hijo era un buen estudiante que llegó a sacar matrículas de honor en la carrera de Administración de Empresas y también trabajaba para conseguir un dinero extra. Sin embargo, cuando empezó a suspender, decidió dejar de estudiar.
Lesión deportiva
Las relaciones sociales las abandonó poco después, cuando vivió una lesión deportiva. "Tras dejar los estudios ya salía muy poco, se lastimó la rodilla, el médico le mandó un mes de reposo y ahí se acabó", ha revelado la madre para el mismo medio. "A partir de ahí se queda en casa. Los amigos le intentaban sacar, venían el día de su cumpleaños pero él no quería ni que vinieran", ha apuntado.
La mujer ha apuntado que solo puede entrar en la habitación para barrer y fregar. "No abre la puerta, no va a la playa en verano, no hace ejercicio y si está conmigo y me suena el móvil, se levanta, se va a su cuarto y echa la llave", ha expresado.
Diagnóstico
La progenitora ha acudido hasta en dos ocasiones a los juzgados para pedir una revisión psiquiátrica para su hijo, aunque sin mucho éxito. "Primero me dicen que lo van a mandar unos días al Hospital Marítimo pero luego, que él es así porque la da la gana", ha desvelado.
Asimismo, la mujer ha intentado que lo examinen en el Centro de Valoración y Orientación de la Junta de Andalucía como alguien con una posible agarofobia, pero le exigen que acuda a la cita de forma presencial y él no se presenta. "Yo lo que pido es que vayan a casa y le diagnostiquen. Los médicos tienen que acudir a casa. Mi hijo está enfermo, tiene agorafobia y necesita medicación", ha resaltado.